Primeros pasos en el deshielo con Siria
Si Barack Obama desea un Oriente Pr¨®ximo estable, las capitales ¨¢rabes m¨¢s influyentes no pueden ser aisladas, y Damasco es de las decisivas. Por ello la secretaria de Estado, Hillary Clinton, anunci¨® ayer en Jerusal¨¦n que EE UU enviar¨¢ dos emisarios a Siria para entrevistarse con el presidente Bachar el Asad. La jefa de la diplomacia se expres¨® cautelosa. "No podemos predecir", advirti¨®, "cu¨¢l ser¨¢ el futuro respecto a nuestras relaciones con Siria". No caben dudas, sin embargo, de que la Administraci¨®n estadounidense se ha embarcado en una aventura diplom¨¢tica que requiere exquisita prudencia, en una regi¨®n donde es inevitable que la onda expansiva de cualquier decisi¨®n pol¨ªtica atraviese fronteras.
Siria es crucial a la hora de fomentar la estabilidad. En su suelo se afincan las organizaciones palestinas Ham¨¢s y Yihad Isl¨¢mica; es socio fundamental de Ir¨¢n desde hace d¨¦cadas, y a partir de 2007 inici¨® un proceso de negociaciones indirectas con Israel para recuperar la meseta del Gol¨¢n, ocupada en 1967, y firmar un acuerdo de paz. Su influencia en L¨ªbano es tambi¨¦n crucial. El tribunal internacional reci¨¦n creado para juzgar el magnicidio en 2005 del ex primer ministro liban¨¦s Rafik Hariri -las sospechas recaen sobre Siria- es un escollo que habr¨¢ que salvar.
Ese a?o Washington retir¨® a su embajador en Siria. Pero en los ¨²ltimos meses los contactos entre ambos pa¨ªses se multiplican. El senador dem¨®crata John Kerry visit¨® Damasco la semana pasada. Es prematuro hablar del pleno restablecimiento de relaciones, pero el deshielo es un hecho.
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