Sud¨¢n deja a un mill¨®n de refugiados sin ayuda al expulsar a 13 ONG de Darfur
Un brote de meningitis y nuevos enfrentamientos armados amenazan a la poblaci¨®n
El presidente de Sud¨¢n, Omar al Bashir, ha tomado como reh¨¦n a m¨¢s de un mill¨®n de refugiados en Darfur en su pulso contra la justicia internacional. A la orden de detenci¨®n dictada por la Corte Penal el pasado mi¨¦rcoles y que le acusa de cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad, Al Bashir respondi¨® el jueves con la expulsi¨®n de equipos de 13 ONG que asisten a los desplazados en Darfur. La orden, alerta Naciones Unidas, deja a m¨¢s de un mill¨®n de personas sin ayuda alimentaria y asistencia m¨¦dica, e interrumpir¨¢ los proyectos de saneamiento e infraestructuras b¨¢sicas iniciados en los ¨²ltimos dos a?os.
"Con esta expulsi¨®n, Darfur se encamina a una nueva cat¨¢strofe", resume Marta Ca?as, responsable de programas en Darfur de M¨¦dicos sin Fronteras. "La situaci¨®n hab¨ªa empeorado en las ¨²ltimas semanas con un brote de meningitis y nuevas oleadas de desplazados. En muchas zonas se estaba llegando al l¨ªmite. Ahora, con la orden de dejar de trabajar, se deja a cientos de miles de personas en una situaci¨®n de absoluto desamparo: sin comida, sin medios para conseguir agua y sin las m¨ªnimas necesidades cubiertas".
"Jartum hace el peor de los chantajes", dice un trabajador humanitario
Los mensajes de otras organizaciones expulsadas suenan igualmente angustiosos. "Si salimos del pa¨ªs, m¨¢s de 450.000 personas se quedar¨¢n sin asistencia humanitaria urgente y se ver¨¢n obligadas a valerse sin ning¨²n recurso de agua y alimentos", asegura un portavoz de Acci¨®n contra el Hambre, mientras Save the Children se?ala que "la vida de cientos de miles de ni?os est¨¢ en peligro". Francisco Yermo, de Oxfam, alerta de que "el riesgo ahora es que tambi¨¦n se pierda todo el trabajo hecho, ya que el Gobierno de Sud¨¢n est¨¢ confiscando equipos inform¨¢ticos y otros bienes de las organizaciones expulsadas".
El desconcierto imperaba ayer entre las ONG afectadas, ya que la decisi¨®n de Jartum no las afecta a todas por igual ni se extiende a todos sus equipos desplazados a Darfur. M¨¦dicos sin Fronteras, por ejemplo, ha recibido la orden de que abandonen el pa¨ªs sus equipos procedentes de Holanda -que asisten a 200.000 personas en los campos de Kalma, Muhajariya y Feina- y Francia -170.000 refugiados en Niertiti y Zalingei-, pero Jartum no ha dicho nada a otros equipos espa?oles, belgas y suizos que tambi¨¦n trabajan en Darfur.
Esta actuaci¨®n del r¨¦gimen alimenta la impresi¨®n de que Jartum est¨¢ "haciendo el peor de los chantajes: poner cientos de miles de personas sobre la mesa ante la comunidad internacional para intentar que quede sin efecto la orden contra Al Bashir", afirma un responsable humanitario que pide el anonimato ante lo delicado de la situaci¨®n sobre el terreno. ?sta es especialmente grave en uno de los mayores campos de Darfur, Kalma, donde viven m¨¢s de 90.000 refugiados, y en localidades como Niertiti. "El brote de meningitis se ha extendido. Ten¨ªamos dise?ado un plan para vacunar urgentemente a 121.000 personas. Todo el trabajo se ha interrumpido ahora y la poblaci¨®n quedar¨¢ a expensas de la enfermedad", explica Ca?as.
El segundo mayor foco de inestabilidad en las ¨²ltimas semanas han sido los enfrentamientos mantenidos en Darfur Sur por facciones rebeldes con las tropas del Gobierno, lo que ha provocado nuevas oleadas de desplazados (entre 20.000 y 50.000 personas, seg¨²n la fuente) que han llegado a los saturados campos de Darfur Norte, como el de Shangil Tobai.
La expulsi¨®n de ONG no afecta al sur de Sud¨¢n -bajo control del Gobierno aut¨®nomo surgido tras la cruenta guerra civil que enfrent¨® al norte musulm¨¢n con el sur cristiano-, donde las organizaciones siguen trabajando sin problemas. Pero s¨ª pone en riesgo otra delicada zona del pa¨ªs: las provincias -Abyei, Kordofan Sur y Nilo Azul- denominadas de "transici¨®n" entre el norte y el sur, seg¨²n International Crisis Group. "Los acuerdos de paz trazaron una frontera inestable, con comunidades alejadas de sus poblaciones afines. La tensi¨®n se ha contenido hasta ahora gracias a las inversiones y a los programas de asistencia. Al expulsar tambi¨¦n a ONG en esta zona, Jartum est¨¢ disparando el riesgo de desestabilizaci¨®n", afirma Nick Grono.
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