Centrados en el futuro
La pol¨ªtica espa?ola ha dado un giro inesperado. Lo que parec¨ªa para algunos un acontecimiento m¨¢s o menos lejano -que el PSOE cediera espacio pol¨ªtico en campo abierto- por fin se ha producido. De este modo se ha vuelto a confirmar que la historia no s¨®lo gatea sino que, como se?ala Nassim Taleb en El cisne negro. El impacto de lo altamente improbable, es capaz de dar saltos. En poco m¨¢s de una semana, el Partido Popular ha logrado concatenar bajo el liderazgo de Mariano Rajoy una serie de ¨¦xitos de enorme fuerza pol¨ªtica: la dimisi¨®n de un ministro socialista; la recuperaci¨®n del Gobierno de Galicia tras una victoria sin paliativos de Alberto N¨²?ez Feij¨®o y, finalmente, convertirse en Euskadi en un partido que puede contribuir decisivamente a que se materialice el sue?o de ver elegido lehendakari a un pol¨ªtico no nacionalista.
El PP va a concentrarse, tras su victoria en Galicia, en ofrecer una alternativa fiable
Hasta las europeas no sabremos si se ha producido un cambio de tendencia pol¨ªtica
Estos logros se han conseguido a pesar de que el momento pol¨ªtico no era propicio. De hecho, en las ¨²ltimas semanas el Partido Popular ha sido sometido a una dur¨ªsima operaci¨®n de descr¨¦dito que trat¨® de cuestionar el liderazgo de Mariano Rajoy y de inutilizarnos como alternativa de gobierno a los socialistas. Estas circunstancias han hecho que los populares hayamos tenido que afrontar las campa?as electorales vasca y gallega bajo la presi¨®n de una atm¨®sfera perversa que ha secuenciado filtraciones de un sumario judicial que tendr¨ªa que haber sido secreto e instruido sin menoscabo de la presunci¨®n de inocencia y, por supuesto, desde el respeto escrupuloso del principio de separaci¨®n de poderes y el derecho al juez natural y predeterminado por la ley.
Afortunadamente, nuestro partido ha reaccionado adecuadamente frente al intento de hacer de un sumario judicial un arma electoral. Hemos puesto en valor las dificultades y hemos visto en ellas una oportunidad pol¨ªtica que nos ha permitido llevar la iniciativa y marcar la agenda de los acontecimientos. Al hacerlo, se ha fortalecido nuestra cohesi¨®n y unidad internas acallando las desavenencias que algunos propalaban interesadamente con el fin de desmovilizar a nuestro electorado; se han asumido responsabilidades y nos hemos comprometido p¨²blicamente a exigir las que en su caso se dedujeran de las imputaciones que puedan efectuar los ¨®rganos jurisdiccionales competentes. Al mismo tiempo, no hemos dudado en confiar en nuestras instituciones apelando a la plena vigencia del Estado de derecho, person¨¢ndonos en los tribunales y ejerciendo todas las acciones parlamentarias, disciplinarias, procesales y judiciales disponibles con el fin de salvaguardar la imagen de honradez del Partido Popular y sus militantes y, as¨ª, poder cubrir el flanco de nuestro cr¨¦dito para localizar todas nuestras energ¨ªas pol¨ªticas en hacer aquello que esperaban
-y esperan siempre- los ciudadanos de nosotros: que trabajemos por ser alternativa pol¨ªtica y merecernos as¨ª el apoyo de una mayor¨ªa que devuelva a los ciudadanos su confianza en el futuro.
Creo que el electorado ha valorado cada una de nuestras iniciativas. Lo ha demostrado a trav¨¦s de las urnas. El ¨¦xito electoral alcanzado el 1 de marzo es el fruto de un partido que ha sido fiel al liderazgo de Mariano Rajoy y al proyecto de moderaci¨®n y centrismo reformista salido del Congreso de Valencia del pasado mes de junio. Son muchos los que han apuntado que, tras la mayor¨ªa absoluta lograda por los populares en Galicia, ha tenido lugar un cambio de tendencia pol¨ªtica en el panorama pol¨ªtico espa?ol. Quiz¨¢ sea excesiva la conclusi¨®n -m¨¢xime cuando a¨²n quedan tres a?os de legislatura-, pero no cabe duda de que por primera vez desde el 14 de marzo de 2004, los socialistas se ven obligados a experimentar en su ¨¢nimo la decepci¨®n pol¨ªtica de ver c¨®mo retrocede la mancha de la izquierda en el conjunto de la geograf¨ªa peninsular. No cabe duda de que esta impresi¨®n la refuerzan la magnitud de la derrota sufrida por el PSOE y el hecho de que los populares hayamos ganado a nuestros adversarios en un escenario de alt¨ªsima movilizaci¨®n electoral estimulado tanto por la presencia de los principales l¨ªderes nacionales como por un runr¨²n period¨ªstico que, a diestra y siniestra, ha caldeado el ambiente con las previsiones y vaticinios realizados por los analistas de numerosos medios de comunicaci¨®n. Es m¨¢s, en el caso socialista, no hay que olvidar que sus dos principales l¨ªderes, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Jos¨¦ Blanco, dieron el paso de implicarse personalmente en la campa?a gallega. Con todo, no cabe duda de que lo que m¨¢s ha contribuido a extender en estos momentos una cierta sensaci¨®n de cambio de tendencia ha sido el peso que han adquirido ahora las palabras pronunciadas por Rodr¨ªguez Zapatero en el mitin de cierre de campa?a en Santiago de Compostela, cuando afirm¨® que: "Votar a Touri?o es lo mismo que votar a Zapatero. Lo mismo", a?adiendo a continuaci¨®n que: "Yo cumplo con esta tierra porque cuento con cuatro ministros gallegos". Por eso, "entrego toda mi energ¨ªa para ganar las elecciones" y seguir "siendo una fuerza imparable" en Espa?a.
Tras la cita electoral del 1 de marzo todos los ojos se ponen ahora en las pr¨®ximas elecciones europeas. Ser¨¢ entonces cuando los ciudadanos quiten o den razones, confirmando si ha tenido lugar, o no, un cambio de tendencia pol¨ªtica. Mientras tanto la sociedad espa?ola vivir¨¢ pendiente de qui¨¦n gobernar¨¢ el Pa¨ªs Vasco y de c¨®mo trabajan el Gobierno y la oposici¨®n para atajar los efectos de la crisis econ¨®mica que padece nuestro pa¨ªs. El Partido Popular quiere contribuir a despejar las incertidumbres en ambos escenarios. En Euskadi queremos que se experimente, por fin, la normalidad democr¨¢tica de una saludable alternancia pol¨ªtica; algo -por cierto- que la mayor¨ªa de los vascos desea y que, adem¨¢s de formar parte del relato legitimador de la modernidad democr¨¢tica surgida de la revoluci¨®n de 1789, posibilita institucionalmente el propio Estatuto de Gernika y la Constituci¨®n espa?ola. Y en el resto de Espa?a queremos que nuestras propuestas econ¨®micas sean asumidas por un Gobierno socialista que sigue mostr¨¢ndose incapaz de enderezar la situaci¨®n y paliar los efectos sociales generados por una destrucci¨®n de empleo que est¨¢ a punto de rebasar la frontera de los tres millones y medio de parados.
La energ¨ªa pol¨ªtica del Partido Popular va a localizarse principalmente en demostrar a los espa?oles que somos una alternativa fiable que, desde su moderaci¨®n y su probada capacidad de gesti¨®n, es capaz de ofrecer soluciones eficaces a la crisis. Nada ni nadie va a desviarnos de este objetivo porque queremos ganar las pr¨®ximas elecciones europeas convenciendo de nuestra idoneidad como alternativa bajo el liderazgo sensato de Mariano Rajoy. Vamos a estar ah¨ª, en la brecha de las propuestas y en la firme serenidad de quienes quieren tender amigablemente la mano a una sociedad que vive en apuros y que necesita recuperar la confianza ante el ma?ana.
Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle es secretario de Estudios del PP y diputado por Cantabria.
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