Los manejos de Putin

El presidente ruso es Dmitri Medv¨¦dev, y Vlad¨ªmir Putin, su primer ministro, pero las riendas de la gran pol¨ªtica rusa las sigue llevando su antecesor en la jefatura del Estado, as¨ª como padrino pol¨ªtico. Y el jefe de Gobierno se sirve de una d¨®cil judicatura para eliminar a quien se le oponga. Pero ¨¦ste es tambi¨¦n el momento en que Estados Unidos decide darle al bot¨®n de reinicio en sus relaciones con Rusia, como acaba de anunciar la propia secretaria de Estado Hillary Clinton.

Esta semana comenz¨® en Mosc¨² un nuevo juicio a Mija¨ªl Jodorkovski, ex propietario de la petrolera Yukos, pese a que ya sirve desde 2003 una condena de ocho a?os por delitos econ¨®micos. El que fuera multimillonario se expone a una condena de otros 22 a?os, acusado de haberse apoderado de 350 millones de toneladas de crudo, que vendi¨® por 20.000 millones de euros, seg¨²n acusaciones tan delirantes como la astron¨®mica cifra del fraude. Fuentes de la oposici¨®n afirman que lo que se pretende es que Jodorkovski siga en la c¨¢rcel hasta 2012, para impedir que trate de aglutinar entonces las fuerzas contrarias al d¨²o Putin-Medv¨¦dev en las elecciones presidenciales.

El nuevo juicio forma parte de una ofensiva ya antigua contra cr¨ªticos y rivales, entre ellos los llamados oligarcas, que ten¨ªan en com¨²n haberse enriquecido durante la presidencia del que fue patr¨®n de Putin, Bor¨ªs Yeltsin. Pero mucho m¨¢s grave fue el asesinato en octubre de 2006 de la periodista Anna Polit¨®vskaya, que hab¨ªa revelado atrocidades cometidas por el ej¨¦rcito ruso en la guerra de secesi¨®n de Chechenia, cuyo rastro parece llegar hasta la puerta del Kremlin. Tres de los acusados del crimen fueron absueltos el pasado d¨ªa 20 en Mosc¨².

Rusia querr¨ªa firmar con Estados Unidos un acuerdo de limitaci¨®n de armas estrat¨¦gicas, en sustituci¨®n del que expirar¨¢ el pr¨®ximo 5 de diciembre. Y el gran obst¨¢culo para ello ser¨ªa el plan de la Administraci¨®n de George W. Bush de instalar una cortina de misiles en Europa oriental, orientadas hacia un Ir¨¢n nuclearizado, lo que preocupa sobremanera a Rusia porque la tendr¨ªa ante sus narices. El presidente Barack Obama, al tender la mano a Mosc¨², sabe que un acuerdo comportar¨ªa la renuncia a esa bater¨ªa de misiles, pero si Rusia accediera a la adopci¨®n de nuevas sanciones contra Teher¨¢n, las dos realpolitik podr¨ªan encontrarse. Aunque Jodorkovski siga en prisi¨®n.