La nueva misi¨®n de Turqu¨ªa
Desde el establecimiento de Turqu¨ªa como rep¨²blica, este pa¨ªs oscil¨® entre la b¨²squeda del encuentro con Occidente de Kemal Atat¨¹rk y su legado otomano oriental. Nunca resuelto, el profundo problema de identidad de Turqu¨ªa est¨¢ hoy sacudiendo sus alianzas estrat¨¦gicas y reformulando su papel regional y global. La percepci¨®n cambiante que Turqu¨ªa tiene de s¨ª misma forj¨® su inter¨¦s, hasta ahora frustrado, de servir como agente de paz entre Israel y sus enemigos ¨¢rabes, Siria y Ham¨¢s.
El celo del primer ministro Recep Tayyip Erdogan de reemplazar a Egipto como el mediador en la regi¨®n y sus diatribas contra el comportamiento de Israel en Gaza, les parece a mucha gente un intento por recuperar el papel de Turqu¨ªa en los tiempos otomanos como garante de la paz y la seguridad en la zona. Sus credenciales para este papel en Oriente Medio no son desde luego desde?ables.
La alianza de Israel con Ankara ya no es una alternativa a la paz con los ¨¢rabes
Turqu¨ªa es una superpotencia regional, con uno de los ej¨¦rcitos m¨¢s grandes del mundo. Al tiempo, es un pa¨ªs musulm¨¢n que, si bien no est¨¢ menos preocupado que Israel por las ambiciones nucleares iran¨ªes, puede mantener excelentes relaciones econ¨®micas y pol¨ªticas con Teher¨¢n, m¨¢s all¨¢ del fastidio norteamericano. Por supuesto, Siria tambi¨¦n es aliado de Ir¨¢n, pero ning¨²n pa¨ªs tiene la influencia sobre Ir¨¢n que tiene Turqu¨ªa. Su ofensiva diplom¨¢tica tambi¨¦n se refleja en la reciente firma de un tratado de amistad con Arabia Saud¨ª, al tiempo que mantiene excelentes relaciones con Pakist¨¢n e Irak.
La insistencia de Europa en ignorar los esfuerzos de Turqu¨ªa por sumarse a la Uni¨®n Europea, el incremento del sentimiento popular antioccidental tras la guerra de Irak y las relaciones tensas con Estados Unidos -debido, en parte, a la pr¨®xima Ley sobre el Genocidio Armenio- son factores importantes en el cambio de direcci¨®n de Turqu¨ªa. Los esfuerzos de la revoluci¨®n de Atat¨¹rk para separarse del mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n se est¨¢n revisando hoy. La Turqu¨ªa del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), dirigido por Erdogan, busca una nueva misi¨®n con Oriente Pr¨®ximo y las ex rep¨²blicas sovi¨¦ticas como horizontes alternativos.
El desaf¨ªo para Turqu¨ªa es conseguir de nuevo un papel regional sin traicionar el legado de Atat¨¹rk. La democracia y los valores seculares han mejorado enormemente en Turqu¨ªa gracias al di¨¢logo del pa¨ªs con Europa y a sus v¨ªnculos norteamericanos. Turqu¨ªa puede ser un modelo para los pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo si, al tiempo que promueve sus intereses estrat¨¦gicos y econ¨®micos regionales, resiste a la tentaci¨®n autoritaria y sigue probando que islam y democracia son perfectamente compatibles.
Para Israel, todo esto env¨ªa un mensaje que deber¨ªa haber escuchado ya hace tiempo: su futuro en Oriente Medio no reside en alianzas estrat¨¦gicas con las potencias no-¨¢rabes de la regi¨®n, sino en la reconciliaci¨®n con el mundo ¨¢rabe. En los a?os sesenta del pasado siglo, el pesimismo de David Ben-Gurion sobre la posibilidad de llegar alguna vez a un acuerdo de paz con los pa¨ªses ¨¢rabes le llev¨® a forjar una Alianza de la Periferia con los pa¨ªses no ¨¢rabes del c¨ªrculo exterior de Oriente Pr¨®ximo: Ir¨¢n, Etiop¨ªa y Turqu¨ªa (tambi¨¦n so?aba con sumar a esa alianza a la comunidad cristiana maronita del L¨ªbano).
Ninguno de estos pa¨ªses ten¨ªa una disputa particular con Israel y todos, en mayor o menor medida, sosten¨ªan relaciones tensas con sus vecinos ¨¢rabes. El poder militar de Israel, sus recursos en cuestiones econ¨®micas y agr¨ªcolas y una percepci¨®n exagerada de su capacidad para hacer lobby e influir en la pol¨ªtica norteamericana hicieron que la conexi¨®n israel¨ª resultara especialmente atractiva para estos pa¨ªses.
La Alianza de la Periferia fue un intento creativo para escapar a las consecuencias del conflicto ¨¢rabe-israel¨ª. Reflejaba el anhelo del Estado israel¨ª de liberar sus energ¨ªas creativas en cuestiones econ¨®micas y sociales, mientras daba cabida a una pol¨ªtica exterior independiente e imaginativa que no estuviera vinculada a las limitaciones paralizadoras del conflicto ¨¢rabe-israel¨ª, ni condicionada por ellas.
Pero la seguridad que supuestamente iba a aportar ese proyecto nunca se alcanz¨®; la centralidad del conflicto ¨¢rabe-israel¨ª no se pudo atenuar. La capacidad de los ¨¢rabes para mantener a la opini¨®n p¨²blica mundial concentrada en la situaci¨®n de los palestinos hizo que los intentos de Israel para evitar las consecuencias de este conflicto, ya fuera a trav¨¦s de guerras peri¨®dicas o forjando alianzas regionales alternativas, resultaran un ejercicio in¨²til.
La revoluci¨®n isl¨¢mica en Ir¨¢n, los cambios en Etiop¨ªa despu¨¦s de la ca¨ªda del r¨¦gimen de Haile Selassie, el colapso del L¨ªbano maronita y la toma del poder por parte de Hezbol¨¢ en ese pa¨ªs dejaron a Turqu¨ªa como el ¨²ltimo miembro de la Alianza de la Periferia de Israel.
Ahora, aunque el poderoso establishment militar de Turqu¨ªa tal vez quiera seguir manteniendo relaciones estrechas con Israel, el cambio, ampliamente popular, en las prioridades de pol¨ªtica exterior de Turqu¨ªa, y los serios dilemas de identidad de esa naci¨®n env¨ªan a Israel un mensaje inequ¨ªvoco: la Alianza de la Periferia ya no sirve como una alternativa para la paz con el mundo ¨¢rabe. De ahora en adelante, s¨®lo puede ser complementaria de esa paz.
Shlomo Ben-Ami, ex ministro de Relaciones Exteriores de Israel, es vicepresidente del Toledo International Center for Peace. Traducci¨®n de Claudia Mart¨ªnez. ? Project Syndicate, 2009.
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