Informaci¨®n reservada y parcial

En la Direcci¨®n General de Seguridad de la Comunidad de Madrid trabajan 40 personas. Pero Francisco Granados, consejero de Interior, encarg¨® una "informaci¨®n reservada" para aclarar lo ocurrido que se limitaba a hacer dos preguntas a 10 trabajadores: si hab¨ªan hecho espionajes y si ten¨ªan algo que decir. Los diez son personal de confianza, sin plaza fija (dependen de la voluntad del jefe que los nombr¨®). Todos contestaron con un monos¨ªlabo: "No".

S¨®lo cuando EL PA?S public¨® las conclusiones de dos peritos cal¨ªgrafos, la consejer¨ªa hizo las dos preguntas al agente Jos¨¦ Manuel Pinto -este s¨ª con plaza fija- que, supuestamente, hab¨ªa escrito los partes, seg¨²n el informe grafol¨®gico. La investigaci¨®n oficial de Granados, sin aportar ni un dato, concluy¨® que no se hab¨ªan pagado dietas, horas extra o cosas similares para el espionaje. No se?al¨® c¨®mo conclu¨ªa que las horas extra, dietas y cosas similares pagadas en la Direcci¨®n General no hab¨ªan sido para esas labores.

Para rematar su investigaci¨®n parcial, Granados encarg¨® un informe grafol¨®gico. Uno solo, no dos como hizo EL PA?S para que hubiera contraste. Y, para hacer ese informe, Granados us¨® fotocopias de este peri¨®dico y no escritos oficiales con la letra de Pinto. Los peritos se?alan que para hacer un trabajo en condiciones necesitan documentos originales. As¨ª pueden comprobar incluso la presi¨®n ejercida por la mano para escribir determinadas letras.