Reflexiones sobre la comida
Innerarity y Aduriz conversan sobre las paradojas que rodean la alimentaci¨®n - Ambos instan a los ciudadanos a la responsabilidad
Algo tan vital y en apariencia sencillo como comer puede convertirse en las sociedades ricas en un mar de paradojas, donde entran en juego cuestiones como el exceso de alimentos, la preocupaci¨®n por la seguridad, la avalancha de informaci¨®n o los h¨¢bitos sociales. El fil¨®sofo Daniel Innerarity y el cocinero, algo fil¨®sofo, Andoni Luis Aduriz conversaron ayer tarde en San Sebasti¨¢n sobre algunas de esas paradojas.
"En pocos a?os hemos pasado de unas sociedades en que el problema era la escasez de alimentos a otras, al menos en una parte del mundo, en las que los problemas tienen que ver con los excesos; exceso de posibilidades alimenticias, de objetos, de mensajes", constat¨® Innerarity.
El fil¨®sofo: "Los m¨¢s vulnerables no siempre saben gestionar la libertad"
El cocinero: "Se priorizan los valores econ¨®micos sobre los culturales"
A la ciudadan¨ªa no le preocupa si tiene alimentos, sino "c¨®mo comer, cu¨¢ndo o con qui¨¦n", adelant¨® el fil¨®sofo antes del encuentro titulado Comer en la sociedad del riesgo, con el que arranc¨® la segunda edici¨®n de los Di¨¢logos de ?tica, Humanismo y Ciencia que organizan la Diputaci¨®n, el Hospital Donostia y Caja Laboral. La cita llen¨® una sala del Hotel Londres, donde se congregaron desde m¨¦dicos a estudiantes de cocina.
Innerarity apunt¨® que en el origen de la citada preocupaci¨®n hay unas causas objetivas: "La naturaleza de los productos". En otras ¨¦pocas se inger¨ªan alimentos "del entorno, familiares", mientras que ahora el consumidor a veces no tiene claro de d¨®nde proceden, lo que le produce "inquietud".
Subyacen adem¨¢s causas subjetivas relacionadas con los h¨¢bitos sociales. La sociedad tradicional predeterminaba en exceso qu¨¦ hab¨ªa que comer, c¨®mo y con qui¨¦n. Las nuevas formas de vida, marcadas por el mercado laboral o la industria, dejan cada vez m¨¢s ese asunto "en manos de los sujetos individualmente considerados". Eso es "una ganancia hist¨®rica", pero, a la vez, "produce una anomia que debe ser compensada por un uso responsable de esa libertad". La poblaci¨®n "m¨¢s vulnerable" no siempre sabe gestionar dicha libertad, lo que "est¨¢ en el origen de muchos trastornos alimentarios".
Aduriz alert¨® tambi¨¦n sobre el exceso de informaci¨®n y el recelo que causa cuando es contradictoria. Cit¨® algo positivo: "Nunca hemos tenido tantas opciones de adecuar la dieta a todas nuestras necesidades". Como Innerarity, inst¨® a la responsabilidad.
El cocinero observa que hoy se priorizan los valores nutricionales, "que est¨¢n bien", y econ¨®micos, es decir, el coste de los alimentos, dejando en un segundo plano los medioambientales, culturales y simb¨®licos. "En un momento de crisis como el actual, la gente pierde antes la fidelidad hacia los alimentos que hacia, por ejemplo, los productos est¨¦ticos", coment¨®. "Yo no soy qui¨¦n para decir a la gente en que se tiene que gastar el dinero", admiti¨®, pero invit¨® a los ciudadanos a reflexionar sobre las consecuencias de sus decisiones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.