El placer de dibujar con l¨¢piz y pincel
Siempre se ha dicho que dibujar tebeos es una ocupaci¨®n casi monacal, que obliga al autor a un retiro en silencio absoluto, s¨®lo acompa?ado de su l¨¢piz y papel. Un retrato que en estos tiempos de photoshops, internetes, ratones y tabletas gr¨¢ficas es m¨¢s una foto del pasado jubilada por la realidad: los j¨®venes creadores de historietas se lanzan hoy -con bastante l¨®gica- a disfrutar de las grandes ventajas otorgadas por el uso de las computadoras, para desgracia de los coleccionistas de originales que tendr¨¢n que conformarse en el futuro con un mis¨¦rrimo disco o, peor, con un intangible correo electr¨®nico con adjunto. Por eso sorprende que Paco Roca (Valencia, 1969, www.pacoroca.com) siga dibujando a l¨¢piz, haciendo callo en el dedo y manch¨¢ndose de tinta con el pincel. Lo hace en su casa, en un peque?o y luminoso recodo del sal¨®n de una antigua finca baja, de esas pocas que sobreviven manteniendo la personalidad del barrio de Jes¨²s, aun cuando se sepan casi engullidas por la cercan¨ªa futura de eso que ser¨¢ el Parque Central de Valencia. Sobre la mesa, s¨®lo un tablero inclinado sobre el que apoyarse y un bote de cristal lleno de l¨¢pices. El ordenador est¨¢, s¨ª, pero sin molestar mucho y un poco escondido, como ¨²nico recordatorio de estar ya en el siglo XXI. "Lo utilizo para dar color y, sobre todo, para buscar documentaci¨®n gr¨¢fica". Las cosas de lo digital, que sustituye a las hileras de libros que llenan sus estanter¨ªas: "Antes compraba un libro s¨®lo por ver c¨®mo era el traje de un soldado, ahora lo busco en Internet". Dibuja en casa porque una cosa es el trabajo y otra los c¨®mics. Por desgracia, de las historietas no se come en este pa¨ªs por muchos premios nacionales que se ganen, as¨ª que tras varias horas dej¨¢ndose las pesta?as en la pantalla como dise?ador gr¨¢fico, lo que le pide el cuerpo es dibujar por el placer de dibujar, en la tranquilidad de su hogar. Quiz¨¢ por eso los tebeos de Paco Roca tienen siempre una impronta personal indefinible, que bien podr¨ªa ser la que da enfrentarse a la p¨¢gina en blanco con una taza calentita de caf¨¦ y un poco de suave jazz de fondo.
En la mesa quedan un mont¨®n de bocetos, anotaciones y los primeros esbozos de una de las p¨¢ginas de su pr¨®ximo trabajo, Emotional Tour, que est¨¢ haciendo mano a mano con Miguel Gallardo, con el que coincidi¨® y comparti¨® en muchas ocasiones esa locura que fue "el a?o de Arrugas (Premio Nacional del C¨®mic 2008)".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.