El c¨ªrculo vicioso que alimenta nuestros males
Muchas personas se preguntan si a algunos bancos y cajas de ahorro espa?oles les puede suceder lo mismo que les est¨¢ ocurriendo a instituciones similares de pa¨ªses vecinos y si, a la vista de esa posibilidad, deber¨ªan sacar sus ahorros de esos bancos o cajas.
El caso de Banif Inmobiliario, del Banco de Santander, que ante el p¨¢nico de sus inversores ha tenido que suspender por dos a?os las devoluciones del capital, ha contribuido a alimentar esos temores. Pero hay que recordar que en este caso se trata de inversiones y no de dep¨®sitos de ahorros.
No soy capaz de imaginar que pueda ocurrir una situaci¨®n semejante con los dep¨®sitos de nuestros bancos y cajas. De hecho, la experiencia de pa¨ªses en que algunos bancos han quebrado en el ¨²ltimo a?o nos muestra que no se ha producido p¨¢nico de depositantes ni retiradas significativas de dinero.
No hay razones para temer por nuestros ahorros, sea cual sea el banco o caja en el que los tengamos
No hay razones para temer por nuestros ahorros, sea cual sea la instituci¨®n financiera en los que los tengamos. Hasta la cantidad de 100.000 euros por persona est¨¢ garantizada por el Estado, pero aun m¨¢s all¨¢ de esa cantidad me es dif¨ªcil pensar que los ahorros colocados en cuentas o dep¨®sitos puedan tener alg¨²n riesgo para sus propietarios.
Otra cosa son las vicisitudes por las que van a pasar algunas cajas y bancos, sus accionistas y tambi¨¦n sus acreedores.
Porque, vamos ver: ?qu¨¦ razones pueden llevar a pensar que nuestras instituciones financieras no vayan a sufrir el efecto de la contaminaci¨®n hipotecaria y las consecuencias del desplome de los precios inmobiliarios y de los valores de otros activos? ?Acaso no hemos sido un pa¨ªs donde se produjo con m¨¢s intensidad la burbuja inmobiliaria? No creo en el Spain is different. Sucede sencillamente que la econom¨ªa espa?ola acostumbra a experimentar con un cierto retraso lo que otros experimentan antes.
Pero ?por qu¨¦ quiebran las instituciones financieras? ?No es posible que las autoridades obliguen a los bancos y cajas a declarar de una vez todas sus p¨¦rdidas, aumenten su capital para absorberlas y, a partir de ah¨ª, vuelvan a ser capaces de prestar a las empresas y familias? No es tan f¨¢cil como parece.
Cajas y bancos est¨¢n experimentando el efecto bumer¨¢n de un c¨ªrculo vicioso que ellas mismas han puesto en marcha.
Lo que ha ocurrido en el ¨²ltimo a?o en el sistema financiero mundial no tiene precedentes. En este tiempo hemos sido testigos de un cambio dram¨¢tico en el paisaje. Las bolsas de valores se han venido abajo en todo el mundo. Algunos de los mayores actores financieros, s¨ªmbolos del capitalismo, como Lehman Brothers y City Bank han quebrado o se han colapsado. Algunos mercados financieros donde se negocian activos financieros sofisticados se han desvanecido. El valor de los fondos de pensiones ha sufrido una fuerte merma. El cr¨¦dito pr¨¢cticamente ha desaparecido.
Esta sequ¨ªa de cr¨¦dito y la crisis patrimonial causada por la ca¨ªda de los valores de los inmuebles y de los activos burs¨¢tiles y financieros, y de las pensiones, han provocado una recesi¨®n pr¨¢cticamente global, as¨ª como una severa revisi¨®n a la baja de las perspectivas de crecimiento y de empleo en todo el mundo para, al menos, los pr¨®ximos dos a?os.
Pero, a su vez, este empeoramiento de la econom¨ªa real se ha vuelto como un bumer¨¢n sobre el sistema financiero. Al aumentar el desempleo y disminuir la riqueza y la renta de las familias y las ventas de las empresas, ¨¦stas tienen ahora m¨¢s dificultades para devolver los cr¨¦ditos, con lo que la morosidad y las p¨¦rdidas de cajas y bancos aumentan.
Temerosos de que esas p¨¦rdidas crezcan en los pr¨®ximos meses a medida que la econom¨ªa real se deteriora, los gerentes de los bancos y cajas restringen a¨²n m¨¢s el cr¨¦dito a las empresas y familias. Esto provoca quiebras de empresas por falta de cr¨¦dito para el d¨ªa a d¨ªa, mayor desempleo y mayor morosidad. Y vuelta a comenzar.
Estamos, por tanto, ante un c¨ªrculo vicioso que es la causa b¨¢sica de nuestros males actuales y futuros. ?C¨®mo se puede romper este c¨ªrculo vicioso? Hay dos alternativas.
Una consiste en esperar que ocurra lo mejor, es decir, que las cajas y los bancos contaminados vayan, poco a poco y por s¨ª mismos, limpiando de su balance los activos contaminados, del mismo modo que el ri?¨®n infectado de una persona puede hacerlo. Pero esto nos lleva a dos escenarios, a cual peor. Uno es que ese proceso ser¨¢, en el mejor de los casos, muy lento, sometiendo a la econom¨ªa a una recuperaci¨®n en forma de U alargada. Otro es un escenario depresivo en forma de L, a la japonesa, en el que algunas cajas y bancos quebrar¨¢n, y otros subsistir¨¢n como "zoombies", incapaces de cumplir su funci¨®n social de bombear cr¨¦dito y dar vida a la econom¨ªa.
La otra alternativa es actuar con las cajas y bancos zombis como hacen los m¨¦dicos ante un paciente con una insuficiencia renal aguda que est¨¢ contaminando al resto de sus ¨®rganos vitales: esperan que ocurra lo mejor, pero se preparan para lo peor. Ya sea para practicar di¨¢lisis externa que ayude al ri?¨®n a descontaminarse en menos tiempo o, en el caso peor, a un trasplante del ¨®rgano que no funciona.
?Est¨¢n nuestras autoridades preparadas para intervenir de forma decidida, radical y r¨¢pida en las instituciones financieras zombis? Creo que no. La mayor limitaci¨®n es la intelectual.
Su actitud consiste en esperar que ocurra lo mejor, pero sin prepararse intelectual, econ¨®mica y pol¨ªticamente para lo peor. Y eso puede prolongar de forma peligrosa el c¨ªrculo vicioso en el que hoy se encuentra atrapada la econom¨ªa y el bienestar de gran parte de la poblaci¨®n.
Ant¨®n Costas es catedr¨¢tico de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la UB.
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