La crisis amenaza la libertad de prensa en Italia

El cataclismo financiero, la ca¨ªda de la publicidad, la adaptaci¨®n al universo digital y los despidos de periodistas son asuntos que ocupan a todos los peri¨®dicos mundiales. Muchos expertos, y no pocos lectores, temen que el trance afecte a la calidad de la prensa. En Italia, quiz¨¢ el pa¨ªs europeo, con Rusia, donde el control pol¨ªtico de los medios es menos discutible, la inquietud es doble. Al duopolio televisivo, o m¨¢s bien monopolio a secas, formado por Mediaset y la RAI, puede sumarse muy pronto una especie de revoluci¨®n de la prensa escrita.

Al fondo de ese movimiento tel¨²rico en gestaci¨®n suena el nombre habitual: Silvio Berlusconi, magnate de los medios y primer ministro, cuyo nuevo objetivo son dos cabeceras milanesas de mucho prestigio, Corriere della Sera, el mayor diario italiano, e Il Sole 24 Ore, el gran peri¨®dico econ¨®mico del pa¨ªs.

'Corriere della Sera' est¨¢ en el punto de mira de Berlusconi

"Esta vez Berlusconi no har¨¢ prisioneros, lo quiere controlar todo y lo har¨¢", dice Giancarlo Santalmassi, periodista de la RAI desde 1962 a 1999 y director de Radio24 hasta que fue purgado, en oto?o pasado, tras haber sido declarado enemigo oficial por el Gobierno de Il Cavaliere en 2006. Enzo Marzo, veterano periodista del Corriere, coincide "plenamente" con Santalmassi; el jueves, durante un debate sobre libertad de prensa celebrado en la sede de la Comisi¨®n Europea en Roma, dijo que la batalla por la direcci¨®n del diario ya ha empezado.

El n¨²cleo dirigente del grupo RCS -editor de Unedisa en Espa?a- y propietario del Corriere, explica Marzo, ha retirado su confianza al director del diario, Paolo Mieli, y maneja dos sustitutos. El primero es Carlo Rossella, apadrinado por Berlusconi, y el segundo, Roberto Napoletano, director de Il Messagero, que, recuerda Marzo, "se hizo famoso en la ¨²ltima noche electoral porque fue cazado por una c¨¢mara pactando por tel¨¦fono con el portavoz de Casini (l¨ªder de la democristiana UDC y yerno del editor del diario) el titular que deb¨ªa sacar al d¨ªa siguiente".

Rossella es el presidente de Medusa, la distribuidora cinematogr¨¢fica de Berlusconi, y ha recibido las bendiciones de Il Giornale, el peri¨®dico de la familia del magnate, que recuerda que ¨¦ste le "tiene gran simpat¨ªa y ya le encarg¨® dirigir sus dos cabeceras m¨¢s importantes, Panorama y TG5 [el telediario del Canal 5]".

Dentro de RCS, Rossella cuenta con otros apoyos notables: Diego della Valle, due?o de Tod's y del Fiorentina, y Luca Cordero di Montezemolo, patr¨®n de Fiat y de Ferrari y consejero delegado de La Stampa.

Pero la palabra de Berlusconi ser¨¢ decisiva, razona sin asomo de pudor el diario de su hermano, porque mientras la crisis acongoja a los diarios, "el sistema bancario entero depende del primer ministro".

Napoletano tiene sus cartas: no disgusta a Berlusconi y es de los pocos que hablan por tel¨¦fono con Giulio Tremonti, ministro de Econom¨ªa y columnista de Il Messaggero. Seg¨²n Il Giornale, el ministro "sabe que lo peor de la crisis econ¨®mica est¨¢ por llegar", y su idea es colocar a Napoletano en Il Sole (propiedad, como Radio24, de la patronal, Confindustria) y dar a su actual director, Ferruccio de Bortoli, el tim¨®n del Corriere. Si no habl¨¢ramos de Italia, toda esta agitaci¨®n resultar¨ªa inveros¨ªmil, digna apenas de una cita en un confidencial. Pero todas las fuentes coinciden en se?alar que se trata de "maniobras serias y reales", cuyo efecto producir¨¢ "un terremoto".

El descontento del Gobierno con otro gran peri¨®dico, el turin¨¦s La Stampa, propiedad de la Fiat, es palmario. Seg¨²n el entorno berlusconiano, su director, Giulio Anselmi, ser¨¢ tentado con una gran poltrona: presidir la agencia oficial Ansa. Si acepta, se pondr¨¢ en su lugar a un director menos hostil al Gobierno.

Mientras ese dise?o pol¨ªtico toma cuerpo, los medios italianos capean como pueden la tempestad. El presidente de RCS, Piergaetano Marchetti, que ha visto bajar los beneficios del grupo en 2008 hasta los 38 millones de euros desde los 220 millones de 2007, ha confirmado que est¨¢n sufriendo "recortes publicitarios feroces e inmediatos". Y su consejero delegado ha anunciado que la marcha del grupo en los primeros meses del a?o obligar¨¢ a "reducir personal". "Hay que actuar sobre los costes y modelos de negocio, en Italia y el extranjero".

Marco Benedetto, vicepresidente del Grupo Espresso, anticipa tambi¨¦n "cierres y reajustes". Ir¨®nicamente, Benedetto no es pesimista sobre el futuro del sector: "Dentro de diez a?os ser¨¢ espl¨¦ndido".