Armstrong es de carne y hueso
Algunos corredores de la Vuelta a Castilla y Le¨®n vieron al tejano torpe sobre la bicicleta
Desaparecida la estupefacci¨®n, el mundo celebr¨® el descubrimiento de la inesperada vulnerabilidad de Lance Armstrong con un derroche de informaci¨®n acorde a la importancia de la noticia. Palencia, la bella desconocida, se convirti¨®, como los palentinos observaron divertidos v¨ªa CNN Live, en parte del imaginario colectivo de Estados Unidos, un remoto punto del mapa que cobraba significado.
Superada la humillaci¨®n propia de quien se ve de repente con el culo en el suelo y la mano en una clav¨ªcula rota, asimilada la sesi¨®n de humildad consistente en aceptar finalmente la necesidad de un analg¨¦sico para el dolor insoportable, Armstrong asumi¨® su nueva condici¨®n -un ser de carne y hueso, no un hombre bi¨®nico como hac¨ªan suponer aquellos tremendos porrazos subiendo Luz Ardiden en el Tour de 2003, primero cayendo con Iban Mayo, despu¨¦s golpeando su entrepierna contra la barra de la bicicleta: los golpes contribuyeron a multiplicar sus fuerzas acorde al subid¨®n de adrenalina-, tom¨¢ndose un buen tinto -un Tignanello 2005, sangiovese de Toscana a 60 euros la botella- en la casa madrile?a de su director, Johan Bruyneel, con un poquito de queso. "?Estoy vivo!", anunci¨® a sus fieles tecleando con dificultad un twitter; "?c¨®mo duele!".
Estaba nervioso, como temeroso de caerse, y frecuentemente mal colocado, explican
Despu¨¦s, ayer por la ma?ana, tom¨® un avi¨®n en Barajas rumbo a Austin con escala en Nueva York. En la ciudad tejana, la suya, se operar¨¢ de inmediato en su deseo de volver cuanto antes a la bicicleta, en su innegociable necesidad de correr en mayo el Giro.
El pelot¨®n envi¨® con cortes¨ªa y educaci¨®n su lamento por el accidente del ciclista que les permiti¨® a todos ser por un d¨ªa el centro de atenci¨®n mundial, debati¨® en su seno el sino del heptacampe¨®n del Tour, escuch¨® la opini¨®n de los sabios y concluy¨® que Armstrong es muy bueno, pero est¨¢ demasiado nervioso.
No lo dijo Levi Leipheimer, el tercer hombre del Astana, que gan¨® la contrarreloj de Palencia -28 kil¨®metros que dieron un aperitivo de lo que pude ser el Tour-, ni lo dijo Alberto Contador, que s¨®lo al final, cuando el viento cambi¨® de orientaci¨®n y empez¨® a soplar de cara, cedi¨® la victoria por 16 segundos al mismo hombre al que cedi¨® el bronce en los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn. Ambos le brindaron el ¨¦xito del equipo, como se lo brind¨® Bruyneel, que, en un alarde de ubicuidad, en pocas horas fue capaz de dejar a Armstrong en Barajas y de seguir con el coche a sus dos pupilos. Se congratul¨® del triunfo del californiano y alab¨® al de Pinto: "Ya lo demostr¨® en la Par¨ªs-Niza y lo ha confirmado aqu¨ª. Alberto ya es de los mejores contrarreloj, si no el mejor. Se equivoca quien le vea a¨²n como un escalador que va a perder minutos en el llano".
Lo de los nervios de Armstrong -37 a?os para 38, casi cuatro sin convivir cotidianamente entre los ruidos, los manillares y los chirridos de los frenos de 100 ciclistas alrededor; padre de tres hijos, en espera del cuarto; amigo de artistas y cantantes tan interesantes como Ben Harper- lo dijeron ciclistas an¨®nimos, secundarios de la Vuelta a Castilla y Le¨®n, que le descubrieron sorprendentemente torpe con la bicicleta, como quien piensa demasiado y teme caerse, y frecuentemente mal colocado. Lo corrobor¨® su compa?ero Chechu Rubiera, quien explic¨® que Armstrong prefer¨ªa ir en lo que los ciclistas llaman zona de seguridad, en los bordes del pelot¨®n, donde m¨¢s aire tragan, antes que en el centro, donde se viaja arropado.
?lvaro Pino, viejo ex corredor, a?adi¨® que con la ausencia se pierden las sensaciones. "Un ciclista corre de o¨ªdo y reacciona consecuentemente", dijo; "si pierdes el feeling, reaccionas exageradamente ante cualquier est¨ªmulo y clavas los frenos a la menor ocasi¨®n". Y Miguel Indurain, otro que nunca se cay¨® en sus a?os de esplendor, lo abroch¨®: "Cuando est¨¢s bien, libras las situaciones peligrosas a base de fuerza, pero a veces no puedes salir porque no la tienes. ?ste es un deporte de riesgo y ahora le ha tocado a Armstrong".
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