'Alunizajes' hasta con cami¨®n

Eva Ruiz cuenta tranquilamente algo sorprendente. La noche del jueves al viernes un cami¨®n se estamp¨® contra el escaparate de la ¨®ptica en la que trabaja. De la cabina salieron cinco personas, seg¨²n cont¨®, y se llevaron 300 gafas por un valor de 30.000 euros. Fuera, como suele ser habitual, los ladrones ten¨ªan preparado un veh¨ªculo de alta gama en el que huyeron. El 10 de abril se cumplir¨¢ el primer a?o de la apertura de la ¨®ptica del barrio de Las Tablas. En ese tiempo la han atracado dos veces y una tercera lo intentaron, sin ¨¦xito. Esta es la primera vez que les roban por el m¨¦todo del alunizaje. En los tres meses que van de a?o, son ya 10 los robos por este m¨¦todo. Si la tendencia se mantiene, este a?o se superar¨¢n los 20 alunizajes conocidos en 2008.

"Fue como un peque?o terremoto", seg¨²n una testigo

La tienda es casi una fortaleza: tiene alarma, c¨¢maras de seguridad, bolardos, persiana met¨¢lica... Para poder entrar, los aluniceros tuvieron que variar un poco su t¨¦cnica. Lo normal es que usen un coche potente, a veces un todoterreno, para romper el cristal del establecimiento que quieren atracar. Pero en esta ocasi¨®n no hubiera sido suficiente. Estaban los bolardos y bancos de cemento delante de uno de los escaparates. En el otro, adem¨¢s de una persiana met¨¢lica, hab¨ªa un muro de cemento de 70 cent¨ªmetros. "Para entrar necesitaban un tanque y eso es casi lo que han hecho", explica resignada Ruiz.

Una vecina de la zona, que pide silenciar sus datos por temor a que la pudieran identificar los ladrones, lo vio todo. Eran sobre las doce y media de la noche. Ella estaba en su habitaci¨®n, navegando en Internet, cuando escuch¨® un "s¨²per impacto" y ruido de ruedas. "Pens¨¦ que era una carrera, porque a veces hacen rallies, y cre¨ª que uno de esos locos se hab¨ªa chocado", explica. Pero hubo un segundo impacto y autom¨¢ticamente cay¨® en la cuenta de lo que estaba pasando: un alunizaje. Hicieron tanto ruido que pareci¨® un "peque?o terremoto".

Se asom¨® a la ventana, disimuladamente, y se encontr¨® con un cami¨®n "como el de los de recoger chatarra", estampado marcha atr¨¢s en el escaparate de la ¨®ptica. Tres hombres entraban ya en la tienda. "Uno de ellos era el que mandaba e iba dirigiendo al resto. Ten¨ªa la cara tapada", asegura. Los ladrones fueron a por las barras cargadas de gafas de sol de marca: Prada, Chanel, Dolce & Gabbana... Las de ver y los ordenadores ni los tocaron. "Las iban metiendo en el maletero y en el asiento de atr¨¢s del coche", apunta, en referencia al veh¨ªculo de alta gama en el que huyeron, que les esperaba, aparcado delante de la ¨®ptica. El cami¨®n lo dejaron all¨ª.

Los ladrones tardaron unos 10 minutos en dar el golpe. En ese tiempo, la testigo volvi¨® a llamar a la polic¨ªa. Se hab¨ªa dado cuenta de que no eran tres, sino cinco cacos, que tuvieron problemas para acomodarse en el coche. Estaba tan lleno, que atr¨¢s s¨®lo cupieron dos. Los otros tres viajaron en la parte delantera. Cuando llegaron los agentes, los aluniceros ya hab¨ªan huido. "Somos un barrio muy joven, y nos da mucha pena lo que est¨¢ pasando porque cada golpe que dan parece que te lo est¨¢n dando a ti", asegura la mujer. Tanto ella como la propietaria de la ¨®ptica, Marisol Ares, los vecinos de la zona y otros comerciantes est¨¢n preocupados por la seguridad de los 30.000 habitantes de Las Tablas. Una de las reivindicaciones de la asociaci¨®n de vecinos es que les pongan una comisar¨ªa. La m¨¢s cercana est¨¢ a 7,5 kil¨®metros, en La Vaguada. Uno de los alunizajes m¨¢s recientes en Las Tablas fue el 19 de febrero, a la una de la tarde en un BBVA. Pero hay m¨¢s. Los vecinos casi recitan los sitios donde han robado: la farmacia, el bar, la tienda de ropa... "S¨®lo nos queda esperar que no nos toque", resume la due?a de una tienda de decoraci¨®n, al lado de la ¨®ptica. Y eso que a ella ya le toc¨®. En diciembre dos cacos se llevaron la caja registradora de su establecimiento, con lo poco que ten¨ªa dentro, unos 200 euros. "A una tienda de moda le robaron el mismo d¨ªa de su inauguraci¨®n", a?ade una vecina. Otra, de ropa para ni?os, tuvo que cerrar despu¨¦s de que le robaran en cinco ocasiones. "Al final aqu¨ª no va a querer venir nadie", sentencia la due?a de la tienda de decoraci¨®n.