El 'narco' va ganando la guerra. ?Y ahora qu¨¦ hacemos?
La lucha contra las mafias va siempre por detr¨¢s de su capacidad para innovar - Cada vez m¨¢s instituciones llaman a reconocer el fracaso y atacar la demanda
Las mafias de la droga se regeneran como la hidra de la mitolog¨ªa griega. Cuando la lucha policial bloquea una ruta, reaparecen por un nuevo camino; cuando los campos de coca o de opio son fumigados, desplazan los cultivos a otro rinc¨®n. A pesar de que la caza mundial del narco ha dado pocos frutos -los contrabandistas son cada vez m¨¢s poderosos, las drogas m¨¢s baratas y abundantes-, la mayor¨ªa de pa¨ªses se resiste a ensayar alternativas m¨¢s all¨¢ de una persecuci¨®n esquizofr¨¦nica, cara y contraproducente. ?Hay m¨¦todos m¨¢s eficaces para ganar la guerra de las drogas?
La cuesti¨®n ha cobrado fuerza en los ¨²ltimos meses. Tocaba evaluar la estrategia trazada en 1998 por Naciones Unidas para un periodo de 10 a?os y los expertos han proclamado la derrota en la batalla contra los narcos y han pedido el abandono de una estrategia represiva que ut¨®picamente se marc¨® como objetivo "un mundo libre de drogas".
Los contrabandistas se las ingenian para encontrar una ruta sin vigilancia
La I+D de la droga crece alentada por la jugosa recompensa
Los Gobiernos no cooperan lo suficiente en el ¨¢mbito policial
Los partidarios de la legalizaci¨®n creen que debilitar¨ªa a las mafias
El flujo de estupefacientes no ha ca¨ªdo en 2008, avisa la fiscalia
El SIVE intenta vigilar las 24 horas la extensa costa espa?ola
Para conseguir esta meta, algunos Gobiernos apostaron por erradicar el origen del mal. Sin embargo, las campa?as para eliminar con herbicidas las cosechas de coca suramericana han sido un despilfarro de dinero, principalmente estadounidense: s¨®lo han conseguido trasladar las plantaciones a lugares m¨¢s rec¨®nditos e inaccesibles y la producci¨®n mundial no ha disminuido.
Tampoco ha funcionado el bloqueo de las narcorrutas. Aunque la ONU estima que actualmente se decomisa alrededor del 42% de la producci¨®n mundial de coca¨ªna y del 23% de hero¨ªna, los expertos en pol¨ªtica antinarc¨®ticos cuestionan la fiabilidad de esas cifras y argumentan que la cantidad de droga que se menudea en las calles europeas o estadounidenses es cada vez mayor, como prueba el descenso de los precios de venta: entre un 10% y un 30% en la ¨²ltima d¨¦cada.
Cuanto m¨¢s dif¨ªcil se lo han puesto las fuerzas del orden a los carteles, m¨¢s ingenio y recursos han invertido ¨¦stos. Uno de los ¨²ltimos ejemplos de la inagotable capacidad del crimen organizado para burlar la vigilancia son los narcosubmarinos. Se construyen en astilleros clandestinos en la selva colombiana y son capaces de transportar 10 toneladas de coca¨ªna, a ras del agua rumbo al lucrativo mercado estadounidense. La Guardia Costera de EE UU, que ya ha puesto en marcha una inversi¨®n millonaria en sensores acu¨¢ticos, intercept¨® en 2008 una media de 10 semisumergibles al mes, aunque estima que cuatro de cada cinco llegan a su destino sin ser avistados. Los capos de la coca¨ªna gallega han usado un narcosubmarino en al menos una ocasi¨®n, en 2006, cuando la Guardia Civil hall¨® uno abandonado en la r¨ªa de Vigo.
Esta I+D del tr¨¢fico de droga crece alentada por la jugosa recompensa que supone cada operaci¨®n realizada con ¨¦xito. Si fuera un pa¨ªs, Narcolandia ser¨ªa la 21? econom¨ªa mundial, seg¨²n la ONU, con un PIB anual de 243.000 millones de euros, justo detr¨¢s de Suecia, con 272.000 millones de euros. En el Tercer Mundo, los narcos son los empresarios m¨¢s poderosos. Como en ?frica Occidental, donde pa¨ªses como Guinea-Bissau tienen en el comercio de anacardos con India su principal fuente legal de ingresos.
Con estos incentivos no es extra?o que, a pesar de los golpes policiales, siempre haya alguien dispuesto a jugarse una vida entre rejas por entrar en el negocio. "Los contrabandistas pagan a los campesinos 300 d¨®lares (227 euros) por la hoja de coca necesaria para producir un kilo de coca¨ªna, que en las calles estadounidenses, vendido en dosis de un gramo a 70 d¨®lares (53 euros), les reportar¨¢ 100.000 d¨®lares (76.000 euros)", desgrana Peter Reuter, profesor de la Universidad de Maryland y uno de los m¨¢s reputados expertos en pol¨ªticas antidrogas, quien no cree que destinando m¨¢s recursos a la represi¨®n se pueda reducir significativamente la cantidad de droga disponible en los mercados consumidores, EE UU y Europa. "Ser¨ªa m¨¢s eficaz disminuir la fuerte demanda de drogas en los pa¨ªses consumidores que seguir insistiendo en un control inviable de la oferta", opina Reuter.
"Es imperativo rectificar la estrategia de guerra a las drogas aplicada en los ¨²ltimos 30 a?os", censura un informe publicado en febrero por la Comisi¨®n Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, con tres ex presidentes entre sus miembros: Ernesto Zedillo (M¨¦xico), Fernando Henrique Cardoso (Brasil) y C¨¦sar Gaviria (Colombia). "Las pol¨ªticas prohibicionistas (...) no han producido los resultados esperados. Estamos m¨¢s lejos que nunca del objetivo proclamado de erradicaci¨®n de las drogas". El informe acusa a EE UU y Europa de no hacer lo suficiente para prevenir o curar el apetito de drogas de sus ciudadanos, que estimula la producci¨®n y el tr¨¢fico desde el resto del mundo.
A pesar de los cuantiosos recursos invertidos en pol¨ªticas antidroga (al a?o 40.000 millones de d¨®lares en EE UU y 34.000 millones de euros en la UE), s¨®lo uno de cada cuatro euros se destina a prevenci¨®n del consumo, mientras que el resto se invierte en represi¨®n criminal. No es casual que las quejas provengan de la regi¨®n que es el principal campo de batalla de la guerra contra los carteles: en M¨¦xico, el desaf¨ªo criminal al Gobierno ha dejado m¨¢s de 7.000 muertos desde enero de 2008, (supera los 6.628 registrados en Palestina e Israel entre 2000 y 2008 por la ONG B'Tselem) y la sangr¨ªa se extiende por pa¨ªses vecinos, como Guatemala y Honduras. Hillary Clinton, secretaria de Estado de EE UU, ha reconocido que al no haber contenido el consumo dom¨¦stico, su pa¨ªs es corresponsable en el drama al sur de su frontera.
Apostar por alternativas no significa que haya que bajar la guardia frente a los narcos, advierte Antonio Mar¨ªa Costa, director ejecutivo de la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito (UNODC en ingl¨¦s), una agencia que asiste y coordina a los Gobiernos. Costa reprocha que haya lobbies pro drogas que defiendan la legalizaci¨®n como soluci¨®n. "No hay necesidad de sacrificar la protecci¨®n de la salud de los ciudadanos para reducir el crimen. Ambos objetivos son compatibles", asegura.
Durante mucho tiempo, cualquier disidencia del discurso cl¨¢sico prohibicionista ha levantado sospechas. Ahora que los carteles causan m¨¢s estragos que nunca en Centroam¨¦rica, ?frica Occidental o Afganist¨¢n, muchos se preguntan qu¨¦ sentido tiene que los Estados hayan dejado a las mafias enriquecerse con el monopolio de la droga y proponen un r¨¦gimen de legalizaci¨®n controlado que les restar¨ªa cuota de mercado.
"No me extra?ar¨ªa que en 5 o 10 a?os emerja con fuerza en Europa el debate para legalizar la venta de cannabis", afirma Ethan Nadelmann, director ejecutivo de la Alianza por la Pol¨ªtica de Drogas, una organizaci¨®n que promueve la legalizaci¨®n de la venta controlada de marihuana en EE UU. En su pa¨ªs, el principal abanderado de la guerra global contra la droga, a¨²n se encarcela a los consumidores, pero la Administraci¨®n de Obama acaba de romper el tab¨² imperante durante d¨¦cadas sobre alternativas contra la droga con el anuncio de que apoyar¨¢ con fondos federales los programas de distribuci¨®n de jeringuillas para adictos. "El debate para abandonar el prohibicionismo no hab¨ªa estado tan candente en EE UU en 30 a?os", afirma Nadelmann. "Obama es m¨¢s proclive a cambiar el rumbo, y eso va a afectar al resto del mundo porque reducir¨¢ las presiones en Europa para avanzar hacia pol¨ªticas m¨¢s progresistas", argumenta.
Partidarios o no de la legalizaci¨®n, la filosof¨ªa que mueve a los cr¨ªticos del prohibicionismo es que la sociedad debe acostumbrarse a convivir con las drogas y a reducir los efectos m¨¢s da?inos de ¨¦stas. "El ideal que sigue moviendo a muchos Gobiernos es la erradicaci¨®n de las drogas", constata Iv¨¢n Briscoe, experto en narcotr¨¢fico de la Fundaci¨®n para las Relaciones Internacionales y el Di¨¢logo Exterior (Fride). "Sin embargo, no hay una pol¨ªtica realista que se proponga reducir otros delitos, que no llevan aparejada una carga de moralidad tan extrema, como el hurto o el robo". Reuter cree que, en ¨²ltima instancia, la influencia que el Estado puede ejercer sobre la cantidad de droga que se consume es limitada porque son valores culturales y sociales los que entran en juego. "Hay pa¨ªses con consumo muy bajo a pesar de que nunca han dise?ado una pol¨ªtica p¨²blica de drogas".
Los paladines de la batalla sin cuartel contra los traficantes reconocen su derrota, pero la atribuyen a la escasa coordinaci¨®n policial y a la poca voluntad de los Gobiernos para acabar con el lavado de dinero. El esfuerzo hasta ahora ha sido un parcheado de acciones nacionales y la cooperaci¨®n no ha ido m¨¢s all¨¢ del intercambio de informaci¨®n y asistencia t¨¦cnica.
?Har¨ªa falta una fuerza policial mundial? "No es necesario poner a los polic¨ªas bajo un mismo mando", contesta Amado Philip de Andr¨¦s, encargado de desarrollo de programas de UNODC en Am¨¦rica Latina. "Lo que nos preocupa es la poca cooperaci¨®n que ha habido hasta ahora". Markus Schultze-Kraft, director en Am¨¦rica Latina de International Crisis Group, una influyente organizaci¨®n que asesora a los Gobiernos en seguridad, cree que una polic¨ªa internacional del narcotr¨¢fico es algo idealista. "A¨²n cuesta que se entiendan los polic¨ªas de dos pa¨ªses que no comparten el idioma, como Alemania o Espa?a, cuando trabajan en un cuerpo de intercambio de informaci¨®n como Europol". Schultze-Kraft destaca el avance que supone el Centro de An¨¢lisis y Operaciones contra el Narcotr¨¢fico por V¨ªa Mar¨ªtima (MAOC-N por sus siglas inglesas), operativo desde 2007. Con sede en Lisboa, pretende vigilar la costa entre Sur¨¢frica y Noruega, como hace desde 1989 al otro lado del Atl¨¢ntico la estadounidense Fuerza de Tarea Conjunta Interagencias Sur (JIATF-S en ingl¨¦s).
Espa?a, punto caliente en muchas de las narcorrutas, es uno de los pa¨ªses que m¨¢s dinero gasta en lucha policial contra la droga. Intenta proteger su extensa frontera costera con un sofisticado y costoso despliegue de c¨¢maras y sensores, el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), que aunque ya cubre Andaluc¨ªa, Murcia y las islas Canarias, no ha espantado a los narcotraficantes. Lo saben bien en C¨¢diz, provincia pionera en la instalaci¨®n del SIVE, que a pesar de los ¨¦xitos policiales -el 25% de las incautaciones de droga de Espa?a en 2008- registra cada vez un tr¨¢fico m¨¢s intenso, como ha advertido en numerosas ocasiones la fiscal antidroga de C¨¢diz, ?ngeles Ayuso.
"Cuando desarticulan una organizaci¨®n, al d¨ªa siguiente hay otros dispuestos a ocupar su lugar", critica Francisco Mena, presidente desde hace 20 a?os de la Coordinadora de Asociaciones Antidroga de la provincia, y buen conocedor de los impulsos que empujan a tantos hacia las redes criminales: "Un adolescente que vigile en la playa la presencia de guardias civiles gana unos 1.500 euros, el que alija se lleva entre 3.000 y 4.000 y el que lo carga en su coche unos 6.000". Pese a todo, y aunque C¨¢diz es una de las provincias andaluzas con m¨¢s consumo, Mena reconoce que la situaci¨®n de seguridad es ahora mejor que antes de que se implantara el SIVE.
El Plan Nacional sobre Drogas ha puesto un creciente ¨¦nfasis en la prevenci¨®n y tratamiento de los drogodependientes. En 2004, el plan dej¨® de estar bajo la ¨®rbita del Ministerio de Interior para ser coordinado por Sanidad, marcando el paso de un enfoque de orden p¨²blico a otro de protecci¨®n de la salud. "Hay que profundizar en la prevenci¨®n, pero el problema de las drogas presenta muchas caras y necesita actuaciones en una diversidad de ¨¢mbitos", asegura la delegada del Plan Nacional de Drogas, Carmen Moya: "Es cierto que las medidas represivas exclusivamente no resuelven el problema, pero no podemos menoscabar en medios policiales". Si en 2003 hab¨ªa 3.491 polic¨ªas y guardias civiles combatiendo al crimen organizado, hoy son 10.653 los agentes dedicados a esta labor.
En 2009 est¨¢ prevista la ampliaci¨®n del SIVE por el Este, para frenar la entrada de droga por el delta del Ebro, pero los narcos han inaugurado una nueva v¨ªa de acceso mucho m¨¢s permeable: la entrada por carretera desde los Balcanes. Tambi¨¦n han intensificado la ruta africana de la coca¨ªna, y siguen colando la droga en zodiac, avionetas, contenedores de mercanc¨ªas o en los intestinos de los camellos en vuelos comerciales. La creatividad y sofisticaci¨®n de los traficantes parece no tener fin. El Cuerpo Nacional de Polic¨ªa de Barcelona intercept¨® el 20 de marzo un paquete procedente de Venezuela que conten¨ªa una vajilla de 42 piezas -vasos, platos y vasijas- fabricada con coca¨ªna.
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