La nueva agenda transatl¨¢ntica
La escasa menci¨®n a Europa en los principales discursos de Obama y sus colaboradores ha llevado a muchos analistas a afirmar que Estados Unidos va a centrar sus esfuerzos diplom¨¢ticos en el ¨¢rea del Pac¨ªfico, en detrimento de la relaci¨®n con sus tradicionales socios europeos.
Sin embargo, esta afirmaci¨®n debe matizarse a la vista de las prioridades internacionales de la nueva Administraci¨®n: la crisis econ¨®mica, Afganist¨¢n, Pakist¨¢n, Oriente Pr¨®ximo, Ir¨¢n, Al Qaeda, la seguridad energ¨¦tica y el cambio clim¨¢tico, el desaf¨ªo de una Rusia con renovadas ambiciones y la competencia comercial de China e India.
Ni en uno solo de estos graves retos Europa es un problema, y s¨ª puede ser parte de la soluci¨®n. No hay que olvidar que, pese a la debilidad que le otorga su poco ¨¢gil sistema institucional, la UE sigue siendo el primer mercado, el segundo presupuesto militar y el primer contribuyente de ayuda al desarrollo.
La presidencia espa?ola de la UE en 2010 puede consolidar una nueva relaci¨®n con Estados Unidos
En Ir¨¢n, Afganist¨¢n y Pakist¨¢n habr¨¢ tambi¨¦n una mayor colaboraci¨®n. Obama no es un pacifista y va a mantener el papel de potencia militar de Estados Unidos. Su opci¨®n es obtener de Europa una mayor vinculaci¨®n en las soluciones, pero no s¨®lo intelectualmente hablando, sino tambi¨¦n con dinero y tropas. ?sta ser¨¢ la principal demanda de Obama a sus socios europeos durante los actos conmemorativos del 60? aniversario de la OTAN.
En la cuesti¨®n energ¨¦tica se va a colaborar vivamente. Ambos bloques comparten id¨¦nticas situaciones de dependencia y consumo. Por ello se va a ver una enorme colaboraci¨®n en el tema energ¨¦tico, que puede llevar a la creaci¨®n de una Agencia Mundial para las Energ¨ªas Renovables que vamos a trabajar para que tenga su sede en Espa?a.
Por otro lado, el nuevo orden econ¨®mico internacional tiene que llevarse a cabo con la anuencia de Europa. Lo que ha pasado en estos meses de intenso caos econ¨®mico pone de manifiesto que las teor¨ªas del decoupling no funcionan, y que Europa y Estados Unidos tienen las econom¨ªas muy entrelazadas. Para salir de esta tremenda crisis sist¨¦mica ambos bloques van a tener que colaborar estrechamente en lo que va a ser una reformulaci¨®n ¨¦tica del sistema capitalista.
El foro del G-20 que acaba de reunirse en Londres, y del que afortunadamente Espa?a ha formado parte, y seguir¨¢ formando, va a seguir reuni¨¦ndose por un tiempo. A medida que la crisis econ¨®mica se acreciente, la pulsi¨®n proteccionista aumentar¨¢. Vamos a ver un hondo sentimiento de europeos y estadounidenses contra la deslocalizaci¨®n de procesos productivos, especialmente contra aquellos pa¨ªses que de alguna forma hacen dumping social o medioambiental o toleran la pirater¨ªa de la propiedad intelectual. Las presiones que van a tener los gobernantes ser¨¢n enormes, y la soluci¨®n a este creciente sentimiento de los electorados va a requerir coordinaci¨®n entre los dos principales importadores a nivel mundial (EE UU y la UE), lo que deber¨ªa incluir el desbloqueo de la Ronda de Doha, si no se quiere ahogar el comercio internacional por d¨¦cadas.
En este contexto, el plan Merkel de crear un Mercado ?nico Transatl¨¢ntico puede tomar forma. Merkel relanz¨® durante su presidencia de la UE en 2007 el plan de crear un Mercado ?nico Regulatorio y Supervisor entre Europa y EE UU para establecer el principio de reconocimiento mutuo, armonizaci¨®n y coordinaci¨®n de normativas y ¨®rganos regulatorios en materia de competencia, propiedad intelectual, mercados financieros, contabilidad, est¨¢ndares industriales y de consumo y normativa medioambiental, con el objeto de aumentar la competitividad y reducir ineficiencias en lo que es el mayor mercado mundial, el mercado transatl¨¢ntico.
Debe recordarse que la econom¨ªa transatl¨¢ntica genera el 58% del PIB mundial. El comercio y la inversi¨®n entre la Uni¨®n Europea y Estados Unidos suponen m¨¢s de 3,75 billones de d¨®lares y dan trabajo a 14 millones de los mejores empleos, siendo el fundamento, la piedra angular, de la econom¨ªa mundial.
En cuanto a nuestro pa¨ªs, Espa?a puede ambicionar una relaci¨®n especial con Estados Unidos, un trato de relaci¨®n privilegiada dentro de Europa continental, y ¨¦se es un reto que, en la medida que el liderazgo de EE UU va para largo, puede permitir a Espa?a una mayor influencia en la gobernanza mundial.
Este reto puede tener su momentum en la futura presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea. A ese fin, nuestro pa¨ªs debe preparar una ambiciosa agenda transatl¨¢ntica para la cumbre Estados Unidos-Uni¨®n Europea que se celebrar¨¢ en Madrid durante el primer semestre de 2010 y que puede significar mucho para la consolidaci¨®n de una nueva imagen de Espa?a en el mundo.
Jaime Malet es presidente de la C¨¢mara de Comercio de Estados Unidos en Espa?a.
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