Zigic dispara al Racing en Gij¨®n

Al Sporting le faltaban sus dos pu?ales, Carmelo y Barral. El Racing ten¨ªa su seguro de gol, Zigic. L¨®gicamente, gan¨® el Racing. No jug¨® mejor, ni tuvo m¨¢s ocasiones. Incluso sali¨® beneficiado del arbitraje. Pero a estas horas los de Mu?iz s¨®lo valoran lo cerca que tienen la permanencia. Y el Sporting, lo dura que es la vida en Primera Divisi¨®n.

El Sporting y el Racing jugaron a toda pastilla, con una intensidad y un entusiasmo digno del mayor elogio, pero con pocas luces futbol¨ªsticas. Todos los jugadores se afanaron en la tarea de presionar, robar el bal¨®n y salir como tiros hacia la porter¨ªa contraria. Pocas veces consiguieron llegar con un m¨ªnimo de claridad.

El Sporting, que para eso jugaba en casa, importun¨® m¨¢s a To?o que el Racing a Lafuente. Incluso en un saque de banda largo, que Bilic se las ingeni¨® para cabecear al larguero. El croata reclam¨® gol, pero qued¨® claro que el bal¨®n no traspas¨® la raya. El arre¨®n inicial de los locales dio para un par de remates de Diego Castro dentro del ¨¢rea, uno salvada por el portero y otro que se perdi¨® por un palmo. Poco a poco, con las mismas armas, el Racing equilibr¨® el dominio, pero no las ocasiones. La curiosa pareja formada por Pereira y Zigic, separados por 40 cent¨ªmetros, estaban demasiado lejos de la porter¨ªa para aprovechar su habilidad y envergadura, respectivamente. Bast¨® que, reci¨¦n iniciado el segundo tiempo, Sepsi rompiese por la banda izquierda para que el tallo serbio ampliase su suculenta cuenta goleadora con el Racing.

Zigic, agotado por su experiencia internacional, no necesit¨® hacer mucho m¨¢s. Con ventaja, el Racing s¨®lo concedi¨® una oportunidad clara, que acab¨® en gol, de Kike Mateo, err¨®neamente anulado por el juez asistente. La gente, ya sin fuerzas, apenas se quej¨®. Y Colsa, con el partido agotado, ampli¨® la cuenta para jolgorio de los numerosos seguidores racinguistas que se echaron a la carretera para ver c¨®mo su equipo daba un paso de gigante.