Im¨¢genes
En las rotondas de Managua, sobre el fondo rosa chicle que ha deste?ido hasta en el logotipo el rojo original del sandinismo, Ortega posa con un sol sobre la cabeza bajo un eslogan como una pu?alada: cumplirle al pueblo es cumplirle a Dios. Algunas im¨¢genes valen m¨¢s que un bill¨®n de palabras. Fujimori se defiende en Lima con miles de partidarios manifest¨¢ndose en la puerta del tribunal, mientras en Buenos Aires, los porte?os despiden a Alfons¨ªn como lo que fue, un hombre honrado, que se vaci¨® haciendo lo que pudo, en el momento m¨¢s dif¨ªcil, en la soledad m¨¢s absoluta. La imagen de su entierro no vale nada, porque ¨¦l ya no puede verla.
La presidenta Fern¨¢ndez no pudo asistir, porque estaba disfrutando de su momento de gloria en la cumbre del G-20, que ha convertido a Londres en la capital de la econom¨ªa mundial. Y en la del glamour. Y en la del cotilleo. Las im¨¢genes siguen valiendo m¨¢s que las palabras, mientras la reina brit¨¢nica posa con Michelle, y Sarkozy, por no haber llevado a Carla, pierde la batalla de las fotos por m¨¢s que predique lo evidente, que no por ser franc¨¦s, ni de derechas, ni feo, ni bajito, deja de ser evidente. La denuncia de los para¨ªsos fiscales, por lo visto, es tan poco fotog¨¦nica como Merkel.
A Obama, sin embargo, le aman las c¨¢maras mientras levanta el pulgar en se?al de triunfo junto a Berlusconi, que sonr¨ªe con la mano derecha en su hombro y la izquierda en el de Medv¨¦dev, quien, m¨¢s torpe, saluda con la manita abierta y cara de no haber roto nunca un plato. Delante, el presidente chino, con una imperturbable cara de chino, versi¨®n perfeccionada de la del gallego del chiste, de quien nunca se sab¨ªa si estaba subiendo o bajando una escalera. De todas las im¨¢genes de la cumbre de Londres, me quedo con ¨¦sta, y aunque valga m¨¢s que mil palabras, me basta con una para comentarla. ?Socorro!
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