El ovni de Pyongyang
Obama pide el desarme nuclear mientras Corea del Norte lanza un cohete que sobrevuela Jap¨®n
?Ser¨¢ un p¨¢jaro, ser¨¢ un avi¨®n, ser¨¢ un misil? S¨®lo se sabe que el r¨¦gimen dictatorial, comunista y fam¨¦lico de Pyongyang lanz¨® ayer un veh¨ªculo espacial, que calificaba de cohete, para poner en ¨®rbita un sat¨¦lite de comunicaciones, pero que en Occidente se teme que sea un misil. El ovni norcoreano, superando pruebas anteriores, sobrevol¨® Jap¨®n para caer al Pac¨ªfico tras un recorrido de casi 4.000 kil¨®metros, lo que permite especular con que el pa¨ªs de Kim Jong-il pueda pronto fabricar un ingenio nuclear que alcance los 10.000 kil¨®metros, que le pondr¨ªa a tiro cualquier objetivo occidental.
Al mismo tiempo, el presidente norteamericano, Barack Obama, exhortaba en Praga a iniciar el camino de regreso desde Hiroshima: la desnuclearizaci¨®n del planeta. Y en la mejor l¨ªnea del yes, we can de su campa?a, enumeraba una serie de medidas para ello, como la firma de un tratado internacional para poner fin a la producci¨®n de material fisible con que fabricar el arma nuclear; mecanismos internacionales de supervisi¨®n de la utilizaci¨®n de esta energ¨ªa; y, entre otras propuestas, un banco mundial de combustible nuclear, ¨²nico autorizado para suministrar la materia fisible a quien estuviera probado que iba a utilizarla con fines pac¨ªficos. Visionario, pero no iluso, Obama a?ad¨ªa que Estados Unidos mantendr¨ªa un arsenal at¨®mico suficiente para garantizar su seguridad y la de sus aliados.
Pero el cohete -t¨¦rmino que engloba cualquier posibilidad en materia de lanzamientos espaciales- ha sido motivo de disensi¨®n entre las potencias. Mientras Estados Unidos, Reino Unido y Francia buscaban una condena de Pyongyang, al tiempo que desment¨ªan que hubiera puesto un sat¨¦lite en ¨®rbita, Rusia y China bloqueaban el debate en el Consejo de Seguridad aduciendo, sobre todo Mosc¨², que no estaba claro qu¨¦ tipo de lanzamiento hab¨ªa sido; y como justificaci¨®n ideol¨®gica, sobre todo para China, que al actuar contra Corea del Norte ser¨ªa a¨²n m¨¢s dif¨ªcil llegar a un acuerdo para la desnuclearizaci¨®n del r¨¦gimen del Norte.
Las conversaciones que sostienen Estados Unidos, Jap¨®n, China, Rusia y Corea del Sur con Pyongyang quedaron suspendidas el a?o pasado cuando parec¨ªa que llevaban buen rumbo. Corea del Norte quer¨ªa, para cerrar el acuerdo, m¨¢s ayuda econ¨®mica y la seguridad de que no sufrir¨ªa la c¨®lera militar de EE UU, como le sucedi¨® a Irak. Y Kim Jong-il puede pensar que a nuevo presidente, nuevas negociaciones, y con tarifas actualizadas, ya que Obama, a diferencia de su predecesor en la Casa Blanca, no apunta ni veladamente que piense invadir nada.
Si en Pyongyang reinara un Gobierno, ya no democr¨¢tico, pero que tuviera en algo el bienestar de su pueblo, se le podr¨ªa pedir que se dejara de pirotecnia nuclear y entrara en negociaciones serias y sin condiciones -como hay que pedir a Ir¨¢n- para su plena desnuclearizaci¨®n; y que es l¨ªcito que para ello fije un precio, pero no el chantaje at¨®mico.
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