Esto no es una despedida, porque no te has ido... Gracias, amiga
Te has ido sin decir adi¨®s, discreta, silenciosa, como siempre, como tus letras, como tus canciones, pero como todas ellas, dejando una huella definitiva en nuestras vidas. Me has hundido, nos has hundido a todos los que te amamos como mujer y como artista, y hoy tambi¨¦n me he ido, nos hemos ido un poco todos contigo, como siempre.
Te has llevado una gran parte de mi coraz¨®n, ¨¦sa que siempre estuvo a tu lado desde el primer d¨ªa. Han pasado m¨¢s de 35 a?os, Mari Trini, y cada d¨ªa nos hemos querido m¨¢s. Nunca podr¨¦ olvidar aquel encuentro en tu casa de El Plant¨ªo tras el concierto de El Gran Musical; s¨ª, recuerdo que iba a ser una actuaci¨®n de 20 o 25 minutos, pero a todos nos conquistabas con tu sensibilidad, con tu alma, y no dejamos que te fueras hasta una hora despu¨¦s, como hac¨ªas en cada una de tus actuaciones. Siempre me pregunt¨¦ c¨®mo consegu¨ªas que cada uno de nosotros nos sinti¨¦ramos protagonistas de tus historias vivi¨¦ndolas, disfrut¨¢ndolas o sufri¨¦ndolas contigo.
Pod¨ªas cantar los horarios de los trenes y emocionar a los viajeros
Pero todo hab¨ªa empezado mucho antes cuando, tras no poder triunfar en nuestro pa¨ªs -a ti tambi¨¦n te cost¨®- te marchaste de la mano de Nicholas Ray para intentarlo en Inglaterra, pero te acogieron mejor en Francia y, tras conquistar el coraz¨®n de los parisienses y rebautizarte como Mari Titi, volviste de la mano de Rafael Trabuchelli, la cadena SER y de El Gran Musical a finales de los sesenta con aquel ramillete de poemas convertidos en canciones, Cuando me acaricias, Amores, Un hombre march¨®...
Te segu¨ªa de cerca, justo lo que daba la distancia de un admirador hasta que llegu¨¦ a la radio y pude conocerte. S¨ª, lo hablamos tantas veces, lo nuestro fue un flechazo, como le suced¨ªa a todo aquel que te conoc¨ªa. ?C¨®mo nos hemos querido! Cu¨¢nto hemos so?ado, hablado, so?ado... Cu¨¢ntas entrevistas... Cu¨¢ntas conversaciones sobre la m¨²sica de tu gente, del "Noi", como llamabas a Serrat, de Perales y su sensibilidad, de los rockeros como Miguel R¨ªos, de tu idolatrado Brel y las admiradas Juliette Grec¨® y, sobre todo, Edith Piaf.
Nunca olvidar¨¦ la noche que pasamos juntos en la radio haciendo el programa De la noche a la ma?ana en el que te trajiste los discos de tu casa, aquellos elep¨¦s y singles de tus cantantes preferidos, cont¨¢ndome tus correr¨ªas por las calles de tu pueblo, los juegos, las idas y venidas a Murcia, la llegada a Madrid, tu estancia en Par¨ªs y toda la gente de la bohemia que conociste, y hablando de tus nuevos arreglos y producciones con Marin¨ª Callejo.
Siempre recordar¨¦ tus palabras de ¨¢nimo cuando te contaba mis deseos de escribir y c¨®mo te compadec¨ªas confes¨¢ndome los sufrimientos de parto que te produc¨ªa cada canci¨®n. Como dijo un cr¨ªtico americano de Melanie, t¨² tambi¨¦n eras capaz de cantar los horarios de trenes de una estaci¨®n y emocionar a los viajeros.
Pero te has ido; la ¨²ltima vez que nos vimos fue cuando viniste a Radiol¨¦ a presentar tu ¨²ltima recopilaci¨®n de grandes ¨¦xitos, incluyendo v¨ªdeos de tus actuaciones en televisi¨®n, y ya no te vi bien, recuerdo que tu calor y cari?o segu¨ªan ¨ªntegros, pero tu cuerpecillo empezaba a rebelarse a tus ganas de vivir.
Y esta Navidad ya no pudimos hablar. Pero no te has ido del todo, porque no s¨®lo nos quedan tus canciones, tus escritos, tus v¨ªdeos... Aqu¨ª nos dejas a una extensi¨®n de ti. Aqu¨ª se queda con nosotros Claudette, y en ella y en nuestros corazones, aunque te hayas ido, te has quedado en nosotros.
Cu¨ªdate mucho ah¨ª arriba y disfruta de la compa?¨ªa de tu querido Ra¨²l Matas y de tu tambi¨¦n amado Joaqu¨ªn Luqui.
"...Si es que ves en mis ojos agua, no te preocupes, es que llevo nieve en el alma..." (No estoy llorando, del disco Alas de cristal).
Juan de Dios Rodr¨ªguez es jefe de prensa de la cadena SER.
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