"Ya no me siento un chico de 19 a?os"
McIlroy une el atrevimiento de su juventud a un juego muy natural y un talento prodigioso
Como si a¨²n fuera un ni?o, Rory McIlroy (Holywood, Irlanda del Norte, 1989) recuerda emocionado c¨®mo en septiembre pasado comparti¨® unos minutos de f¨²tbol con sir Bobby Charlton, mito de su equipo del alma, el Manchester United, durante un campus. Charlton, rememora el joven golfista, presumi¨® ante ¨¦l de que nunca hab¨ªa estado m¨¢s de dos semanas lesionado en su carrera y, luego, ambos recorrieron unos hoyos. Puede que aqu¨¦l fuera el ¨²nico momento en los ¨²ltimos meses en que McIlroy ha podido regresar a su infancia. Porque desde que en febrero gan¨® el torneo de Dubai su nombre s¨®lo se asocia a futuro, s¨²perestrella y n¨²mero uno. "Ya no me siento un chico de 19 a?os", reconoce.
Tampoco sus compa?eros le ven as¨ª. "Tiene ese factor x para hacer algo grande en el deporte. Tendr¨¢ mucha presi¨®n, pero tiene todas las condiciones f¨ªsicas a su disposici¨®n", cuenta Immelman. "Estamos viendo al pr¨®ximo n¨²mero uno", vaticina Ernie Els. "Es un talento. La manera en que golpea la bola, en que patea, en que chipea... tiene todos los ingredientes para ser el mejor del mundo, no hay duda", zanja Woods. "Vigila, Tigre", han titulado ya los cronistas brit¨¢nicos. El golf del Reino Unido le aguarda con los brazos abiertos tras ver pasar a Justin Rose, Paul Casey e Ian Poulter, que han cumplido m¨¢s promesas que grandes ¨¦xitos.
Las Islas buscaban una estrella con gancho y han encontrado un diamante. McIlroy tiene el carisma de los j¨®venes insolentes que no se arrugan ni ante el mism¨ªsimo Woods, por mucho respeto que le tengan, y una t¨¦cnica muy natural, un swing fresqu¨ªsimo. El mundo le descubri¨® cuando entreg¨® una tarjeta de 68 golpes en el Open Brit¨¢nico de 2007 y fue el mejor amateur de esa edici¨®n (el a?o que Sergio Garc¨ªa roz¨® la victoria). Y en Dubai se convirti¨® en el s¨¦ptimo jugador m¨¢s joven en ganar en el circuito europeo, en una lista en que la Ballesteros es segundo (el primero es Dale Hayes) y Sergio, cuarto.
Desde entonces, su agencia de representaci¨®n no da abasto, por m¨¢s que el chico d¨¦ entrevistas desde los 10 a?os. Hijo ¨²nico de una familia modesta, sus padres, Gerry y Rosie, buscaron trabajos extra para pagar las clases de golf de Rory. Ahora le siguen como pueden en Augusta mientras es asediado por una multitud. "No soy capaz de firmar tantos aut¨®grafos", explica. El jugador m¨¢s joven entre los primeros de la clasificaci¨®n mundial -es 17?- debe adem¨¢s responder a otro interrogante: cu¨¢ndo se cortar¨¢ ese pelo tan ensortijado. "Puede ser que cuando gane un grande", suelta; "depende de lo que tarde en ganarlo".
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