El juego de Miranda July
Basta con pasear un rato por su web (www.mirandajuly.com), por la p¨¢gina dedicada a su libro (http://noonebelongsheremorethanyou.com), por su proyecto interactivo (http://learningtoloveyoumore.com) o consultar las fotos del montaje que est¨¢ preparando para la pr¨®xima Bienal de Venecia, que consiste en 11 esculturas dise?adas para que la gente pueda subirse e interactuar en ellas, para darse cuenta de que Miranda July no es una artista/cineasta/narradora al uso. Y aunque es dif¨ªcil ser m¨¢s indie, ni siquiera acaba de encajar con los par¨¢metros indies. Con su primera pel¨ªcula como directora y actriz, T¨², yo y todos los dem¨¢s, triunf¨® en Cannes y en Sundance; con su primer libro, Nadie es m¨¢s de aqu¨ª que t¨², que acaba de publicar Seix Barral en Espa?a, un extra?o, rompedor y brillante libro de relatos, logr¨® cautivar a la prensa anglosajona y francesa. Tambi¨¦n hace performances, lecturas radiadas y sus p¨¢ginas de Internet son un ejemplo de c¨®mo jugar con los lectores, as¨ª como sus apariciones en YouTube. "Hace muchos a?os que tom¨¦ la decisi¨®n de elegir no elegir, de que no iba a escoger, mucho antes de la pel¨ªcula o del libro. Es algo que no tiene nada que ver con el ¨¦xito. Es una elecci¨®n en el sentido de que creo que todas estas cosas est¨¢n muy relacionadas y no quiero sentirme atrapada en una sola. No me siento como una diletante, ni como alguien que no termine sus trabajos, sino que creo que se debe tratar de hacer de todo", explica Miranda July en una entrevista en un bar del Soho de Nueva York, uno de esos sitios baratos de noodles frecuentados por j¨®venes y fauna urbana diversa.
"En mi educaci¨®n, la tristeza parec¨ªa una especie de riqueza, una peculiaridad de estar vivo"
"Hay mucho sexo, aunque no es especialmente er¨®tico, sino que tiene que ver mucho m¨¢s con los sue?os"
"Siento que todo lo que creo es interactivo. Me interesa mucho que la gente se sienta implicada en lo que hago"
Descubre la obra de la artista estadounidense |
Los quince cuentos que componen Nadie es m¨¢s de aqu¨ª que t¨² son extra?os, inquietantes, cotidianos, sumergen al lector en un viaje desconcertante a algunos rincones de Estados Unidos que ni siquiera tienen nombre. Pero se devoran, a pesar de su tristeza, porque en su mundo ni siquiera el sexo es alegre: "Nunca me enamor¨¦ de nadie, vivo o muerto"; "Tiene una doble importancia, ya que una mente consciente comete errores con frecuencia, se enamora de la persona equivocada"; "Durante aquel d¨ªa cargu¨¦ con un sue?o como si fuese un vaso lleno de agua, movi¨¦ndome con delicadeza para que no se derramase ni una gota"; "En realidad, reconozco que nunca hubo un terremoto. La vida funciona de esa manera, como un cataclismo, y estoy loca de ganas de que me pase algo diferente"; "Todas las cosas invisibles hab¨ªan desaparecido y en el lugar que antes ocupaban tan s¨®lo hab¨ªa ahora un mal contable y una secretaria". Estas frases son s¨®lo una peque?a muestra de su estilo: punzante, divertido, sorprendente.
"Cuando escrib¨ª parte de estas historias estaba mucho m¨¢s triste que ahora, pero la tristeza siempre ha sido algo importante en mi vida", responde Miranda July a una pregunta sobre la tristeza, la soledad, que rezuman sus historias. No deja de ser llamativo, porque ella parece todo lo contrario: sonr¨ªe constantemente desde sus ojos azules, es divertida y poco a poco va rompiendo la timidez inicial. Habla de su novio, el cineasta Mike Mills, de su vida en Los ?ngeles, hasta de su proyecto de pel¨ªcula que la crisis retrasa una y otra vez, con una iron¨ªa cercana, con una sensaci¨®n de permanente optimismo que no aparece para nada en sus cuentos, aunque s¨ª en su arte. "La forma en que fui educada fue un poco como si uno fuese m¨¢s interesante cuando estaba triste, cuando en realidad lo ¨²nico que quer¨ªa era un abrazo de verdad. En mi educaci¨®n, la tristeza parec¨ªa una especie de riqueza, una peculiaridad de estar vivo. Y es cierto que la tristeza es profundamente humana. Y no es algo de que me ocurra todos los d¨ªas, pero s¨ª es una presencia que existe".
Sus cuentos narran la historia de un equipo de nataci¨®n de ancianos que entrena en una cocina ("El equipo de nataci¨®n m¨¢s triste de la historia"), hablan de la relaci¨®n entre una ni?a y una mujer madura, de una joven que cree ser pose¨ªda por un ser oscuro cada noche durante su adolescencia hasta establecer una relaci¨®n de amor con ¨¦l, de una m¨¦dica que se queda dormida junto a su vecino que acaba de sufrir un colapso. El sexo ocupa un lugar central en muchas de sus historias, el sexo homosexual muchas veces, otras veces son relaciones s¨®rdidas de club nocturno, incluso entra sin complejos en un tema tan delicado y tan tab¨² como el sexo infantil, que tambi¨¦n aparece en su pel¨ªcula, en la que un ni?o se enamora por Internet de una mujer madura con la que mantiene unas conversaciones digitales tan expl¨ªcitas como surrealistas. El cuento m¨¢s corto de Nadie es m¨¢s de aqu¨ª que t¨² ocupa dos p¨¢ginas y relata c¨®mo un padre ense?a a su hija a masturbarse como un saber familiar que debe transmitirse de una generaci¨®n a otra.
Preguntada sobre la sexualidad en su obra, su primera respuesta es una amplia sonrisa, un poco inc¨®moda, y luego, r¨¢pidamente, una broma. "Cuando publiqu¨¦ mi libro no ca¨ª en la cuenta de que iba a tener que terminar hablando de sexo con extra?os". July prosigue: "Escrib¨ª al mismo tiempo algunos relatos y mi pel¨ªcula. Era una ¨¦poca en la que trabajaba directamente desde mi conciencia, me lo tomaba como una especie de regalo. Empec¨¦ a escribir y a rodar la pel¨ªcula m¨¢s o menos al mismo tiempo, con lo que no era muy consciente de los temas que trataba. Es verdad que hay mucho sexo, aunque no es especialmente er¨®tico, sino que tiene que ver mucho m¨¢s con los sue?os, con los deseos y ah¨ª donde entra la sexualidad en la infancia (silencio, titubeos...). Es un territorio en el que estaba mi inconsciente y sali¨® directamente hacia el p¨²blico, sin tener que preguntarme por qu¨¦. Para m¨ª, eso tambi¨¦n es bello: hacer algo que no se puede explicar. Porque es algo que no tiene que ver con los abusos de menores, es un sentimiento muy diferente. Y tampoco est¨¢ inspirado por algo de mi pasado". En cuanto a la soledad que flota sobre muchos personajes, una soledad que a veces es acrecentada por un sexo s¨®rdido, July se?ala: "En alg¨²n lugar de m¨ª siempre hay algo de soledad. Cuando escrib¨ª muchos de estos relatos estaba bastante aislada y algunos de ellos tienen pedazos de mi propia historia, como la se?ora que ten¨ªa una cesta con manzanas en la puerta de su casa para ofrec¨¦rselas a desconocidos. Era alguien bastante triste y viv¨ªa en un barrio duro. Adem¨¢s, Portland es una ciudad muy lluviosa, no tienes muchas elecciones".
Nacida en febrero de 1974 en Barre (Vermont, en Nueva Inglaterra), los padres de Miranda July son los dos escritores y fundaron una peque?a editorial, North Atlantic Books. R¨¢pidamente se traslad¨® a la Costa Oeste, primero a Berkeley, con sus padres, y luego a Portland (Oreg¨®n), junto a Seattle, una de las capitales indies de la Costa Oeste de Estados Unidos. All¨ª empez¨® su carrera de elegir no elegir. Tras a?os de performances, experimentos con el arte, la m¨²sica, su primer ¨¦xito le lleg¨® con su pel¨ªcula T¨², yo y todos los dem¨¢s, que escribi¨®, dirigi¨® y protagoniz¨® en 2005. El material con el que trabaja, los sue?os frustrados, los l¨ªmites del surrealismo, el mundo de los suburbios de Estados Unidos, es el mismo que el de sus relatos. Y el ¨¦xito fue similar. Gan¨® una C¨¢mara de Oro en Cannes y el Premio Especial del Jurado en Sundance, el festival creado por Robert Redford para impulsar el cine independiente. July interpreta a Christina, una artista ("yo soy mucho mejor que ella", responde entre carcajadas cuando es preguntada sobre la relaci¨®n entre su arte y el arte de su personaje) que se gana la vida como conductora para trasladar a mayores y que se enamora de un tipo extra?o (trat¨¢ndose de un personaje suyo ni siquiera es necesaria la precisi¨®n), que trabaja en una zapater¨ªa y que se acaba de separar. Por el filme pululan todo tipo de seres que tambi¨¦n podr¨ªan pertenecer a Nadie es m¨¢s de aqu¨ª que t¨².
En su libro hay algunos momentos en que los personajes parecen arquetipos de la Am¨¦rica de suburbia, pero al final se convierten todos en personajes reales, en seres de carne y hueso. ?Trata de ser simb¨®lica o real? "Trat¨¦ de ser realista, pero siempre me siento m¨¢s capaz y m¨¢s ¨¢gil si mantengo en mi mente que la realidad no debe estar limitada por hechos que hayan ocurrido realmente, por mi propia biograf¨ªa", responde. "Los s¨ªmbolos, los momentos y los personajes que no acaban de tener un sentido l¨®gico, tal vez aunque no lo haga de forma totalmente consciente, me permiten moverme m¨¢s r¨¢pidamente en la direcci¨®n a la que quiero llegar. Y ah¨ª es donde puede aparecer el simbolismo. Tambi¨¦n es dif¨ªcil saber hasta d¨®nde llega la realidad y d¨®nde comienza el surrealismo. Es algo que tambi¨¦n ocurre en la novela que estoy escribiendo. No se trata de que en mis historias haya elementos inexplicables, abstractos. No me interesan los elementos espirituales, trato de hablar de la gente y de sus vidas. El problema est¨¢ en saber hasta d¨®nde puedes llegar jugando con elementos extra?os sin convertirlo en ciencia-ficci¨®n, manteniendo los pies en la tierra".
Miranda July vive en Los ?ngeles, una ciudad en la que, salvo en algunos lugares determinados, uno nunca acaba de tener claro d¨®nde se encuentra. Es una urbe laber¨ªntica por su inmensidad, bastante surrealista, y algunos creen que culturalmente mucho m¨¢s potente en los ¨²ltimos a?os que la adorada Nueva York. Y hay muchas zonas del gran Los ?ngeles que pueden encarnar perfectamente ese mundo de los suburbios burgueses, el escenario en el que transcurren pel¨ªculas y series como American Beauty, Mujeres desesperadas o Revolucionary road. Pero July insiste en que el retrato de ese mundo de jardines y casas blancas en las que ocurren cosas muy extra?as, que han destacado la mayor¨ªa de los cr¨ªticos estadounidenses, es involuntario. "Es muy dif¨ªcil ver las cosas desde dentro. Cuando escrib¨ª este libro no hab¨ªa viajado mucho, no conoc¨ªa tan bien Am¨¦rica. Ahora he viajado un poco m¨¢s. Creo que los mundos internos son m¨¢s importantes, que no son completamente americanos, no es que sean ¨¢ngeles que vienen de otro mundo, pero cuando voy a otros pa¨ªses, a veces lo ven como historias locales, precisamente porque ocurren en lugares indeterminados para el lector. Creo que mis relatos son adaptables a cualquier paisaje".
Su faceta art¨ªstica est¨¢ marcada por un constante juego con la interactividad. En su p¨¢gina (http://noonebelongsheremorethanyou.com) presentaba su libro escribiendo en la nevera y en los fuegos de su cocina mientras contaba una historia. Doce meses despu¨¦s, relata siempre con el rotulador que se puede borrar: "Ha pasado un a?o desde la ¨²ltima vez que escrib¨ª en la encimera. Han pasado muchas cosas en un a?o. Algunos seguro que ten¨¦is nuevos novios o novias, nuevos trabajos. Existe la posibilidad de que algunos hay¨¢is muerto tambi¨¦n durante el a?o pasado. Adi¨®s. Si est¨¢is muertos, no necesito que hag¨¢is ning¨²n signo para demostrarme que est¨¢is leyendo esto". Tambi¨¦n lleva varios meses impulsando, junto a Harrell Fletcher, un artista de Portland, el proyecto Aprendiendo a amarte m¨¢s (http://learningtoloveyoumore.com). Consiste en realizar unas 70 pruebas, que van desde grabar a un vecino tocando m¨²sica hasta hacer un vestido infantil en talla de adultos. Dan premios, han hecho presentaciones desde el Museo Whitney de Nueva York hasta el Museo de Arte Moderno de Seattle y hasta ahora casi 9.000 personas han participado en un juego que tiene mucho que ver con los talleres que Dave Eggers ha ido abriendo por diferentes ciudades de Estados Unidos.
Mientras prepara su nueva pel¨ªcula -un tema sobre el que prefiere pasar de puntillas, ya que ha tenido que retrasar el rodaje por problemas de financiaci¨®n, aunque se encuentra en Nueva York dentro del proceso de casting- y despega la escritura de su primera novela, Miranda July se est¨¢ dedicando a fondo a Eleven heavy things (once cosas pesadas), una instalaci¨®n para la 53? Bienal de Venecia destinada al Giardino delle Vergini, que se celebrar¨¢ del 7 de junio al 22 de noviembre. Se trata de 11 esculturas a las que deben subirse los turistas. Hay tres pedestales, cada cual m¨¢s grande, con la inscripci¨®n: "El m¨¢s culpable". Otras dos son planchas blancas que permiten asomar la cabeza sobre una inscripci¨®n: "?sta es mi mirada cuando realmente lo pienso", pone en la primera. En la segunda reza: "?sta es mi mirada cuando miento". "S¨®lo se convierte en una performance cuando las fotos se suben a blogs personales y son enviadas por mail, que es cuando la audiencia cambia y los participantes se convierten en artistas", se?ala el proyecto.
"No echo de menos la interactividad cuando escribo o cuando ruedo una pel¨ªcula. Si quieres, puedes conseguir tanto feedback como el que logro a trav¨¦s de mi p¨¢gina web o de las performances. Todo lo que haces puede ser comentado por el p¨²blico. En realidad, siento que todo lo que creo es interactivo. Me interesa mucho que la gente se sienta implicada en lo que hago. En cuanto a Internet, nunca dise?ar¨ªa algo s¨®lo para promocionar. Para m¨ª es una especie de performance, un desaf¨ªo muy interesante", explica July.
Como despedida, el periodista pregunta a Miranda July si puede participar en uno de sus juegos: responder con una palabra o con dos o con frase a una serie de t¨¦rminos que aparecen en sus relatos: muerte, ni?o, amor, sexo, soledad, punk, ballena muerta, Los ?ngeles, ausencia, el pasado. Primero decide, con la sonrisa que ha marcado todo el encuentro, hacerlo sobre la marcha. Luego se lo piensa. Finalmente, prefiere responder por correo electr¨®nico. "Estoy enamorada de alguien y quiero estar con ¨¦l hasta que alguno de los dos muera. Queremos tener un ni?o y lo vamos a hacer a trav¨¦s del sexo. Desafortunadamente, ninguna de estas cosas rebaja mi soledad, aunque estoy mucho mejor que en mis tiempos punks. En aquellos tiempos mi malestar era como si una ballena muerta me rodease. Hoy estoy en Los ?ngeles y mi novio en par¨ªs. Su ausencia me hace mirar al vac¨ªo durante periodos de tiempo. Mis padres vendr¨¢n a visitarme este fin de semana; hablaremos del pasado; lo recordaremos de manera diferente". -
Miranda July. Nadie es m¨¢s de aqu¨ª que t¨². Seix Barral. Barcelona, 2009. 224 p¨¢ginas. 18 euros.
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