Fotos de familia
Las fotos de familia dan para mucho y m¨¢s cuando se refieren a un grupo de pol¨ªticos posando ante la c¨¢mara para representar ante los ciudadanos la ilusi¨®n de un porvenir. No me convence demasiado la expresi¨®n, pero no hay duda de que las fotos de familia est¨¢n de moda en la pol¨ªtica actual. Antes era m¨¢s dif¨ªcil llamarlas as¨ª, porque la pol¨ªtica era m¨¢s cruda y menos familiar. Por ejemplo, la foto de Yalta, con Roosevelt, Churchill y Stalin reparti¨¦ndose Europa y sus aleda?os, era cualquier cosa menos una foto de familia. Sin embargo, ahora durante las reuniones del G-20 hubo familia para dar y tomar. Los l¨ªderes no encontraban su sitio, faltaba gente que se perd¨ªa y hab¨ªa que repetirlas, alg¨²n zangolotino vociferaba "?Mister Obama, Mister Obama!" y hasta toda una Reina se preguntaba un tanto perpleja qui¨¦n era ese ni?o malcriado que gritaba tanto. Eso es una familia, sin duda, aunque solo sea pol¨ªtica.
La del nuevo gobierno Zapatero tambi¨¦n vale una foto, en realidad m¨¢s de una, porque la prensa reflej¨® aquellas en las que estaban tomando posiciones y la final en la que ya reposaban. Las primeras son m¨¢s interesantes porque muestran mejor la din¨¢mica familiar, los cari?os, recelos y suspicacias que existen en cualquier familia. Por ejemplo, Exteriores acogota afectuosamente a Econom¨ªa, que casi pierde el equilibrio ante el zarandeo amistoso. El Ej¨¦rcito est¨¢ un poco solitario, como siempre, pero de blanco impoluto y casi en posici¨®n de firmes, como le corresponde. Sanidad, desenvuelta y parlanchina, revolotea entre todos, como si le tomara el pulso y la vitalidad a toda la familia. La Ciencia, con mirada severa, se?ala con el dedo extendido hacia el suelo el lugar que le corresponde a Educaci¨®n, a su lado, porque anda un poco perdido entre bastidores, como buen metaf¨ªsico que es, y m¨¢s perdido todav¨ªa porque ha vuelto a juntarse con la Universidad, una pareja indisoluble a pesar de los intentos y las habladur¨ªas de la mala gente. Interior, despreocupado del resto de la familia, vigila circunspecto a pap¨¢ y mam¨¢, dicho sea con el m¨¢ximo respeto que se merecen, preocupado por el v¨ªnculo, el sagrado v¨ªnculo de los progenitores que dan sentido al resto de la familia. Y m¨¢s, mucho m¨¢s, porque las fotos de familia, como ya dije, dan para mucho.
Me preocupa que siempre que aparece una de estas fotos es que se han roto las relaciones con otros miembros de la familia, que ahora se convierten en ex, una categor¨ªa social de m¨¢xima importancia en la actualidad. Los ex tambi¨¦n deber¨ªan tener una foto del momento, forman parte de la historia familiar y se merecen una ruptura amistosa aunque se haya roto el famoso v¨ªnculo. Deber¨ªamos ser m¨¢s civilizados o, al menos, asistir a terapia de grupo para suavizar las cosas. Pero nada. Como mucho, alg¨²n familiar con aficiones biogr¨¢ficas, alg¨²n t¨ªo carnal o t¨ªa pol¨ªtica, escribe un blog despidiendo a unos, saludando a otros y silenciando a los que se convierten en las ovejas negras de la familia. Una l¨¢stima, pero no son m¨¢s que l¨ªos de familia al fin y al cabo.
Pero me preocupa todav¨ªa m¨¢s el papel que tenemos nosotros, simples ciudadanos, en esas fotos de familia. ?Existe en nuestro ¨¢rbol geneal¨®gico alguna relaci¨®n, aunque sea remota, con estos grupos? ?Somos, en realidad, los responsables de la existencia de esas familias, algo as¨ª como las c¨¦lulas madre de Exteriores, Econom¨ªa, Interior y dem¨¢s parientes? Se me ocurren varias respuestas, pero me falta espacio. En realidad, ese es el problema, que nos falta espacio.
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