Sacudida emocional

Hermosas mujeres y apuestos hombres bailan bajo la luna llena. Un bloque de hielo les separa emocionalmente mientras la m¨²sica de Pascal Comelade arrulla sus inocentes gestos. Estas premisas se barajan en Sense fi, un interesante trabajo que junto con Conquassabit forma el ¨²ltimo espect¨¢culo que el binomio Gelabert-Azzopardi estren¨® el jueves en el Teatre Lliure con un ¨¦xito de aplausos y ovaciones que conmocion¨® a los propios int¨¦rpretes.

En Sense fi, Gelabert apuesta por mostrar, con un trazo abstracto y deslizante, un baile vital que encierra un c¨²mulo de vivencias personales. El amor, el dolor, la ilusi¨®n y la soledad se trenzan en una serie de secuencias encadenadas sin fin. El tono inocente y na?f que destila la obra resulta chocante para los admiradores del en¨¦rgico y vers¨¢til lenguaje coreogr¨¢fico del autor. Pero, como apunta Ana Mar¨ªa Matute en Para¨ªso inhabitado, la inocencia es un lujo. Y Gelabert se lo puede permitir.

Las ovaciones del p¨²blico lograron conmocionar a los propios int¨¦rpretes

Sense fi comienza con Gelabert bailando en solitario. Su personal forma de bailar coquetea, en esta ocasi¨®n, con la melancol¨ªa de la juventud perdida y la curiosidad por la vejez. A su baile se unen nueve magn¨ªficos bailarines -J¨²lia Cort¨¦s, Virginia Gimeno, Robert G¨®mez, Manon Greiner, Roman Guion, Elia L¨®pez, Salvador Masclans, Alberto Pineda y Charles Washington- que deslumbran desde su primera aparici¨®n en escena. Su danza, en la que los attitudes y los arabesques de la danza cl¨¢sica se trenzan con el vitalista lenguaje contempor¨¢neo ideado por el autor, cautiv¨® al p¨²blico desde el principio de la funci¨®n.

El plato fuerte de la noche fue Conquassabit. El p¨²blico se derriti¨® ante el expresivo, elegante y vital baile que la omnipresente m¨²sica de H?ndel ha inspirado al autor, un baile que logr¨® que el coraz¨®n del espectador se acelerara. Precisamente, la aceleraci¨®n en sus poli¨¦dricas vertientes es el tema de esta subyugante pieza.

El t¨ªtulo de Conquassabit -tomado del verbo latino que figura en un texto de un oratorio de H?ndel y que significa conmover, sacudir, acelerar- sirve al core¨®grafo para crear un torbellino de movimientos rico en registros que respira vida y solemnidad a la vez, y que se desarrolla bajo una plateada e inmensa tela creada por el escen¨®grafo Lloren? Corbella. Esta barroca escenograf¨ªa se convierte en columna, en cielo y en un mar en el que se pierden los protagonistas de esta fulgurante aceleraci¨®n. En el centro de este hurac¨¢n, un maduro Gelabert, con su bast¨®n de maestro de m¨²sica palaciego, controla los ciclones que esculpen el cuerpo de sus bailarines.

Disciplina y sensualidad, clasicismo y modernidad, todo se baraja en un baile trepidante y veloz que dej¨® sin aliento a bailarines y que provoc¨® la ovaci¨®n final de un p¨²blico entusiasmado.