El fin de Tyler Hamilton
El campe¨®n ol¨ªmpico, sancionado e implicado en la Operaci¨®n Puerto, vuelve a dar positivo
Para lo bueno y para lo malo Tyler Hamilton, que ayer anunci¨® su retirada tras un control antidopaje positivo, ha mostrado siempre una tendencia exagerada hacia lo imposible.
El ciclista norteamericano que gan¨® los Juegos de Atenas gracias a una transfusi¨®n de sangre hab¨ªa corrido antes un Giro con una clav¨ªcula rota. Como no pod¨ªa agarrarse bien en las subidas se sujetaba mordiendo una correa de cuero que hab¨ªa atado al manillar. Termin¨® segundo la carrera rosa y con una gran factura de su dentista, que debi¨® ponerle fundas a casi todos los dientes, destrozados por la fuerza con que los apretaba para superar el dolor. El a?o siguiente, el ex lugarteniente de Lance Armstrong, sufri¨® la misma experiencia. Termin¨® la grande boucle, gan¨® una etapa dur¨ªsima y proporcion¨® contenido a un documental cient¨ªfico sobre c¨®mo la mente humana es m¨¢s fuerte que el dolor. Mientras corr¨ªa el Tour de 2004 sacrific¨® a Tugboat, su perro de toda la vida, que sufr¨ªa c¨¢ncer. Corri¨® toda la carrera con la chapa de identificaci¨®n canina colgada al cuello y con una espalda que parec¨ªa la del ecce homo por una ca¨ªda en la primera etapa.
Despu¨¦s gan¨® dos contrarrelojes: la ol¨ªmpica ateniense y, el 11 de septiembre, la de la Vuelta en Valencia, victoria, que, dada la fecha, dedic¨® emocionadamente a las v¨ªctimas del 11-S. Dos d¨ªas despu¨¦s se retir¨® de la Vuelta inexplicablemente. Cuatro d¨ªas m¨¢s tarde se conoci¨® la raz¨®n: a Hamilton, que por entonces ten¨ªa 33 a?os, le cupo el honor de convertirse en el primer deportista que resultaba positivo por homotransfusi¨®n sangu¨ªnea, cuyo m¨¦todo de detecci¨®n acababa de estrenarse.
Igual que no acept¨® nunca que le retirara el dolor, Hamilton, por entonces en el equipo Phonak, tampoco admiti¨® que se hubiera inyectado la sangre de otra persona para mejorar su rendimiento. En el largo proceso que acab¨® con su condena a dos a?os de suspensi¨®n y con casi su ruina econ¨®mica aleg¨® que la sangre de otra persona hallada en su organismo proven¨ªa de una quimera, de un hermano gemelo que muri¨® en el seno materno antes de ver la luz.
No col¨® el argumento y la raz¨®n de los jueces se vio validada unos meses m¨¢s tarde cuando entre los documentos requisados a Eufemiano Fuentes durante la Operaci¨®n Puerto se hallaron algunos con los tratamientos y pagos del ciclista de Massachusetts al m¨¦dico canario.
Pese a las pruebas tambi¨¦n neg¨® Hamilton aquella relaci¨®n y, cumplida la sanci¨®n, volvi¨® a correr -y con cierto ¨¦xito: en 2008, con los colores del Rock & Racing, gan¨® el campeonato estadounidense-. Volvi¨® a los viejos h¨¢bitos -ayer se conoci¨® que hab¨ªa resultado positivo por el anabolizante DHEA en un control por sorpresa en febrero-, pero, finalmente, quiz¨¢s cansado, acaba de cumplir 38 a?os, admiti¨® su culpabilidad -aunque, siempre fiel a su personaje, de una forma matizada, ambigua-.
"Era plenamente consciente de que la DHEA est¨¢ prohibida y sab¨ªa lo que hac¨ªa cuando tom¨¦ las pastillas contra la depresi¨®n que la contiene", dijo Hamilton al anunciar una retirada que evita el oprobio de una sanci¨®n a perpetuidad. "Pero estaba tan mal en aquel momento, estaba tan deprimido, que todo me importaba un pimiento. Que quede claro que no las tom¨¦ para mejorar mi rendimiento".
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