Plan para hoy: plan Bolonia

Contra las protestas escandalizadas de los universitarios que no quieren Bolonia, se ha dicho mucho, pero hay quien se queja de que no se ha dicho todo.

Mientras la polic¨ªa hace la prueba del algod¨®n en las fachadas de ciertos edificios en busca de pinturas, la Europa de las Letras y la Humanidad se manifiesta desde C¨®rdoba hasta Verona, desde la Conchinchina hasta los confines del saber, pidiendo algo m¨¢s que un mon¨®logo sordo, que un dictado impuesto por uno s¨®lo de los lados. "Se habla de antisistemas -dice un profesor barcelon¨¦s-, pero no somos nosotros quienes rompemos el sistema a golpes de porra".

Cuando yo era estudiante y nos ech¨¢bamos a la calle con los pitos y las flautas, se nos pintaba igual de siniestros o fiesteros, pero lo m¨¢s cierto es que est¨¢bamos convencidos de que la Universidad se asentaba sobre una piedra filosofal: sostener al hombre de nuestro tiempo contra las embestidas de la vida. No reivindic¨¢bamos ning¨²n fruto de nuestra imaginaci¨®n, sino mantener encendido el motor universitario que arranc¨® con la Edad Media.

Es exigible y justo el di¨¢logo, porque esto es la Universidad: el punto de encuentro de dos generaciones, la que tiene madurez y tiene el mundo, y la que lo tendr¨¢ el d¨ªa de ma?ana.