Sellos discogr¨¢ficos, pero en l¨ªnea
Los 'netlabels' se encargan de distribuir por Internet, gratuitamente, la m¨²sica que se les cede tambi¨¦n gratis - Alemania (con 64 sellos), Estados Unidos (41), Italia (25) y Espa?a (21) son los pa¨ªses donde m¨¢s ha florecido este tipo de iniciativas
La industria musical no atraviesa su mejor momento (el momento, en realidad, es una d¨¦cada), pero la m¨²sica goza de salud envidiable. La crisis es de distribuci¨®n, no de creaci¨®n. Y una soluci¨®n es la variante del sello discogr¨¢fico f¨ªsico, el sello online, el llamado netlabel.
"La labor de los netlabels ha sido menospreciada durante a?os por los medios de comunicaci¨®n tradicionales", dice el compositor de m¨²sica electr¨®nica Bj?rn Hartmann. "Se habla mucho de la batalla judicial de la industria musical contra el intercambio de archivos, pero no se presta atenci¨®n al idilio entre sellos independientes y ciberespacio".
Fruto de esa alianza son las discogr¨¢ficas online, que ponen en relaci¨®n a p¨²blico y artistas. Los creadores ceden gratuitamente sus temas y los responsables de los netlabels los distribuyen gratis a trav¨¦s de su web. La relaci¨®n es armoniosa: el consumidor no paga y el artista no cobra, y ambas partes son conscientes de su papel. Es un contrato inusual, pero acorde con los valores democr¨¢ticos y participativos de la Web 2.0.
No existen datos fiables sobre el n¨²mero de netlabels (tambi¨¦n llamados sellos de MP3 y discogr¨¢ficas web), pero basta echar un vistazo a The Internet Archive (Archive.org) para percatarse de su importancia: mientras que en octubre de 2004 la p¨¢gina albergaba cerca de 130 netlabels y unas 3.200 grabaciones, en diciembre de 2008 reun¨ªa m¨¢s de 600 discogr¨¢ficas online y 13.000 archivos sonoros.
Patryk Galuszka, un cient¨ªfico y economista polaco de 30 a?os, analiz¨® esta escena a finales de 2008. Recurri¨® a dos cat¨¢logos famosos para sacar conclusiones: los alemanes Phlow Netlabel Catalogue y Rowolo.de. Tambi¨¦n visit¨® The Internet Archive, Sonicsquirrel.net y Last.fm. "Entonces trabajaba en el Instituto Max Planck para el Estudio de las Sociedades en Colonia, Alemania. Un total de 569 netlabels recibieron mi cuestionario y 337 lo respondieron. La primera parte de mi investigaci¨®n est¨¢ terminada, pero sigo con las entrevistas", explica Galuszka.
De su estudio se desprende que los netlabels son dif¨ªciles de rastrear porque aparecen y desaparecen constantemente. De los que sobreviven, muchos nacieron despu¨¦s de 2003 (las licencias Creative Commons empezaron a asimilarse tras ese a?o, seg¨²n Galuszka) y las m¨¢s antiguas entroncan con el movimiento de las maquetas, de los sellos en casetes y del do it yourself (h¨¢zlo t¨² mismo).
Las potencias de netlabels son Alemania (64), EE UU (41), Italia (25) y Espa?a (21). Quetzal Contla, uno de los fundadores de Netlabels & News, web especializada en noticias sobre lanzamientos y curiosidades de los sellos digitales, habla sobre su organizaci¨®n: "En Alemania e Italia el movimiento est¨¢ organizado. Cuentan con una estructura, con m¨¢s presupuesto y apoyo por parte de las autoridades, para organizar fiestas, por ejemplo. En Espa?a, Portugal, M¨¦xico y Estados Unidos hay una cantidad considerable de netlabels, pero no existe una comunidad tan fuerte"."Los netlabels plantean muchos interrogantes sobre la industria musical y su modelo de financiaci¨®n. Los actores involucrados no sacan dinero de ah¨ª, tienen otros trabajos", explica desde Calella (Barcelona) el brit¨¢nico Christian Negre, responsable de Netaudio.es, una plataforma que re¨²ne sellos y artistas digitales
Seg¨²n Negre, siempre ha sido as¨ª: al no tratarse de un negocio, el sector online no ha entrado en crisis. "Para financiarse, organizan conciertos y fiestas. Y construyen una imagen del sello como si fuera un club, con sus fans y todo. Tambi¨¦n venden merchandising, como camisetas con el logo de la discogr¨¢fica".
Este ex disc-jockey y profesor de Secundaria insiste en la relaci¨®n entre p¨²blico y artistas: "Antes de los conciertos, los grupos preguntan al p¨²blico en el foro del netlabel los temas que quieren que toquen". Un dise?o muy cuidado es otra de la caracter¨ªstica del fen¨®meno. Las webs est¨¢n muy mimadas, y las discogr¨¢ficas digitales idean las portadas de sus referencias, los carteles de sus conciertos y sus flyers. En el equipo siempre suele haber un dise?ador gr¨¢fico.
Fuera del ciberespacio, existe una escena de netlabels. Con sus festivales, sus fiestas y conferencias. El famoso festival S¨®nar ha sido una plataforma para los sellos online. Netaudio organiza una reuni¨®n anual en Barcelona, y la tercera, el pr¨®ximo mes de octubre, ser¨¢ en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea, en la que habr¨¢ charlas, sesiones de disc-jockeys y conferencias. "Netaudio es una plataforma internacional. Se celebran encuentros en m¨¢s ciudades. Berl¨ªn y Londres son las que m¨¢s presupuesto tienen. Mosc¨², Berna y varias localidades italianas, como Florencia, Roma y Mil¨¢n, tambi¨¦n han organizado los suyos", se?ala Negre.
"Tenemos foros internos, pero no una estructura lo suficientemente potente como para considerarnos un organismo internacional", dice Negre.
Si no hay dinero, no hay crisis
Christian Negre cre¨® su propio netlabel en 2004. "Era disc-jockey profesional. Hac¨ªa mezclas con amigos de Canad¨¢ y de Inglaterra. Todo a trav¨¦s de la Red. Un d¨ªa nos dimos cuenta de que los temas que compon¨ªamos se descargaban en distintas partes del mundo a trav¨¦s de redes de P2P. Decidimos fundar un sello: Open3.net, que cuenta con 33 referencias. No se repite ning¨²n grupo. Mi intenci¨®n es trazar la historia de los netlabels mediante nuestro cat¨¢logo", explica.
El modelo de los netlabels se despidi¨® hace a?os del mundo f¨ªsico. Resulta parad¨®jico que mucho antes de la crisis que ha afectado a multinacionales y sellos independientes como Touch and Go (que dej¨® de ser distribuidora a finales de febrero), existiera una f¨®rmula basada en compartir m¨²sica online. Si bien, como se?ala Negre, esta subescena est¨¢ cambiando: "Algunas discogr¨¢ficas desaparecen, otras se convierten en sellos tradicionales o copian el modelo de iTunes y el pago por descarga. Creo que vender es un modelo obsoleto, los netlabels deber¨ªan seguir experimentando y siendo inconformistas".
Miguel ?ngel Lastra, del netlabel madrile?o AddSensor, matiza: "Es un modelo rebelde, s¨ª, pero la m¨²sica no es completamente libre, depende de la licencia con la que se distribuya. Normalmente, son de libre copia y distribuci¨®n, y en algunas ocasiones con la posibilidad de hacer obras derivadas, como en nuestro caso".
Copyright o CC
Lastra se refiere a las licencias Creative Commons (CC), un modelo que permite elegir entre distintas modalidades: Attribution permite la copia, distribuci¨®n y presentaci¨®n p¨²blica de una obra siempre que se cite correctamente al autor; en el caso de la licencia Non-commertial, se permite lo mismo, pero siempre que no se realice con fines comerciales.
En el estudio de Patryk Galuszka, s¨®lo el 5% de los 337 netlabels usaron el cl¨¢sico copyright, y el 44% emple¨® Creative Commons Attibution Non-Commercial Non-Deritavives. Es decir, exig¨ªa citar al autor y prohib¨ªa el uso con fines comerciales y la modificaci¨®n de la obra. Quiz¨¢ los netlabels son una deriva de las viejas maquetas; pero, a diferencia de aquellas, beben de todas las fuentes sin pararse en fronteras geogr¨¢ficas o idiom¨¢ticas. La ¨²nica frontera se llama dinero.
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