Europa se resiste a acudir a los microcr¨¦ditos
Crear una miniempresa cuesta unos 11.000 euros - Los pr¨¦stamos permiten un cambio f¨¢cil de ocupaci¨®n
En el sur de la Rep¨²blica Dominicana, en la frontera con Hait¨ª, Maribel Jacques recorre cada d¨ªa con su furgoneta el Batey 5, uno de los barracones construidos hace a?os para los inmigrantes haitianos que cultivaban la ca?a de az¨²car. Ahora es el hogar deprimente de miles de personas. Maribel vende aqu¨ª de manera ambulante ropa y zapatos; antes comerciaba desde su casa, pero el hurac¨¢n Noel la derrib¨® y acab¨® con toda la mercanc¨ªa, aunque no con su esp¨ªritu emprendedor. Con cuatro microcr¨¦ditos, el ¨²ltimo de 30.000 pesos dominicanos (630 euros), ha levantado su negocio y ahora derrapa a toda mecha con su furgoneta por los barracones.
Al otro lado del mundo, Concha G., propietaria de una peque?a tienda de ultramarinos situada en un barrio del centro de Madrid, exclama: "?No puedo m¨¢s!". Las ventas de su negocio han ca¨ªdo en picado y est¨¢ a punto de declararse en quiebra. No puede pagar a los proveedores ni al chico de 17 a?os que le hace los repartos. "Ahora mismo, con las deudas, sin aval y el local de alquiler ning¨²n banco me da un cr¨¦dito", dice. No tiene salida.
"Los donantes est¨¢n cerrando el grifo", advierte un especialista
En la IV Jornada de Conferencias del Foro Nantik Lum de Microfinanzas se debatir¨¢ el martes, en la universidad Pontificia Comillas, si la crisis econ¨®mica es una oportunidad o una amenaza para el sector microfinanciero. El economista boliviano Pancho Otero, fundador de varios bancos especializados en microcr¨¦ditos, cree sin lugar a dudas que estas ayudas pueden ser una "soluci¨®n adecuada". "El dinero se destina a la creaci¨®n de microempresas (11.000 euros de media en Europa) que se dedican a actividades muy flexibles y se adaptan a los cambios del mercado. Por ejemplo, una persona que estaba haciendo reposter¨ªa y ha dejado de vender sus pasteles, puede por ejemplo pasar a producir pan, un producto m¨¢s el¨¢stico", explica Otero por tel¨¦fono. El economista cree que negocios como el de Isabel, la due?a del ultramarinos, podr¨ªan sobrevivir a la crisis con peque?os pr¨¦stamos, al igual que as¨ª lo hizo Maribel y su furgoneta.
Otero sostiene que la burocracia de los pa¨ªses europeos, que en su mayor¨ªa s¨®lo permiten a los bancos prestar dinero, y la propia mentalidad de sus ciudadanos frena el desarrollo de las peque?as ayudas. "No se dan cuenta lo agradable que es ser tu propio jefe. Prefieren barrer el hangar de Airbus a crear su propio negocio", dice.
"Con tantos parados, los microcr¨¦ditos son una oportunidad para demostrar que invertir en la gente y creer en sus proyectos es otra forma de hacer negocios", intercede el franc¨¦s Philippe Guichandut, director ejecutivo de la red europea de microfinanzas. Por e-mail, Guichandut asegura que los problemas de expansi¨®n de estas ayudas se deben a que el esp¨ªritu emprendedor no est¨¢ muy desarrollado aqu¨ª y las leyes comunitarias son muy restrictivas.
Juan Riva, presidente de Nantik Lum, una fundaci¨®n encargada de apoyar el desarrollo econ¨®mico de los m¨¢s necesitados, se?ala que el concepto de microcr¨¦dito es interpretado de forma err¨®nea por clientes y bancos. "Me cuentan que un chico pidi¨® una ayuda para comprar una moto. Los donantes est¨¢n cerrando el grifo con la crisis. Error: los microcr¨¦ditos podr¨ªan ayudarnos a salir de ella".
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