El Opus regresa a la gran pantalla
La secuela de 'El c¨®digo Da Vinci' se estrena en Roma sin la condena del Vaticano
Un atentado en la plaza de San Pedro mientras se celebra el c¨®nclave, cardenales asesinados durante los funerales del Papa, y como fondo, intrigando entre la curia en guerra, una secta anticlerical llamada Los Iluminados, trasunto del Opus Dei. No es un v¨ªdeo de Bin Laden, ni la profec¨ªa barata de un hor¨®scopo. Es ?ngeles y demonios, la secuela de El c¨®digo Da Vinci, y se va a ver por primera vez en Roma.
La expectaci¨®n medi¨¢tica es m¨¢xima: el Vaticano sigue estando en la Ciudad Eterna, y otra multinacional (Sony) se encargar¨¢ de llenarla de periodistas. Se anuncian miles de acreditaciones globales, ruedas de prensa personales y colectivas, mucha mercadotecnia, alguna fiesta y el inevitable paseo de las estrellas (el director, Ron Howard; los actores Tom Hanks y Ewan McGregor) por la alfombra roja, el lunes, d¨ªa del preestreno (en Espa?a se estrena el pr¨®ximo d¨ªa 15).
Hanks: "Howard se ha centrado m¨¢s en la acci¨®n que en los detalles hist¨®ricos"
S¨®lo falta la guinda, que un cardenal cualquiera, o, ya puestos, el Papa, lanzara de repente una bonita excomuni¨®n generalizada. Pero, pese a los fervientes deseos de los productores, esta vez parece que el Vaticano ha preferido no entrar al trapo. Hasta ahora, s¨®lo un ente muy secundario, llamado Oficina de Valoraci¨®n de Pel¨ªculas, colocado en su d¨ªa por la Democracia Cristiana bajo el paraguas de la Conferencia Episcopal Italiana, ha comentado que le parece que los cat¨®licos no deber¨ªan ver ?ngeles y demonios porque "no favorece la religi¨®n".
Leve amenaza, a la que hay que sumar, seg¨²n informa Sony, que el Vaticano neg¨® el permiso para filmar bombas y funerales en San Pedro, y que los padres carmelitas descalzos de la iglesia de Santa Mar¨ªa de la Victoria vetaron la entrada a las c¨¢maras de Hollywood. "No se trata de un veto", explicaron ayer con humor fuentes vaticanas, "sino de una rega?ina. Al prior carmelita no le cayeron simp¨¢ticos y les dijo que si quer¨ªan contar demencias se fueran a otra parte". Dicho y hecho, una parte del equipo rod¨® los interiores en la Reggia de Caserta, palacio borb¨®nico cerca de N¨¢poles, y otra se qued¨® en San Pedro para robar las fotos y los v¨ªdeos necesarios (unos 250.000) a fin de reproducir la imponente plaza en el ordenador.
Nadie notar¨¢ la diferencia, pero el rechazo parece razonable si se analiza el argumento de esta segunda pel¨ªcula, que en realidad se basa en la primera novela que Dan Brown dedic¨® al tema religioso, en 2000, tres a?os antes de editar El c¨®digo Da Vinci y de vender en un lustro 80 millones de ejemplares. La trama reproduce la improbable lucha de un profesor de Simbolog¨ªa Religiosa de Harvard (Robert Langdon, papel en el que repite por primera vez en su carrera Tom Hanks) por salvar al Vaticano de una secta religiosa pero anticlerical e iluminada que naci¨® hace 400 a?os para acabar con la Iglesia.
Estos te¨®ricos y malvados seguidores de San Jos¨¦ Mar¨ªa asesinan al cient¨ªfico Leonardo Vetra, con un b¨¢rbaro ritual durante el cual le graban su lema -Ilumina-dos- en el pecho, roban un contenedor de antimateria nuclear en el CERN de Ginebra y amenazan al Vaticano la v¨ªspera de la elecci¨®n del nuevo papa, que se ve impelido a contratar a Langdon y a la hija del cient¨ªfico (Ayelet Zurer) para evitar el uso de la antimateria como arma de destrucci¨®n masiva.
Los seguidores del binomio Brown-Howard tienen varias opciones. Pueden gozar con el trepidante pulso entre ciencia y fe, entregarse al morbo del atentado e incluso comparar el poder de estos Iluminados del siglo XVI con el de la Obra que surgi¨® del fr¨ªo de Barbastro (Huesca).
Por su parte, el Vaticano parece temer esta vez s¨®lo una cosa: que las secuelas internas de la secuela cinematogr¨¢fica repitan las que caus¨® en su d¨ªa el C¨®digo. Seg¨²n el canonista y juez vaticano Filippo di Giacomo, "las notas y documentos internos de la Santa Sede muestran que el ¨¦xito de la pel¨ªcula y de la novela increment¨® el inter¨¦s por el Opus Dei en el mundo, y en concreto en Estados Unidos. As¨ª que, si Brown intentaba desmitificar a la Obra, el resultado fue justo el contrario".
"Su lectura new age y esot¨¦rica del Opus", a?ade Di Giacomo, un ratzingeriano cr¨ªtico con las ense?anzas de Escriv¨¢ de Balaguer, "gener¨® un verdadero boom: aumentaron las inscripciones en sus universidades, superaron en miembros estadounidenses a los Legionarios de Cristo, hicieron varias ediciones de Camino en unos meses, se editaron decenas de t¨ªtulos sobre la Obra, e incluso el portavoz de Juan Pablo II, Joaqu¨ªn Navarro Valls, firm¨® un millonario contrato para escribir sus memorias".
Quiz¨¢ para evitar las acusaciones de inexactitud que suelen lloverle a Brown por sus novelas, Howard ha preferido, seg¨²n ha dicho Hanks, "concentrarse m¨¢s en la acci¨®n y menos en los detalles hist¨®ricos y cient¨ªficos". Con unas gotas de romance: "Hay verdadera qu¨ªmica entre los personajes interpretados por Hanks y Ayelet", ha dicho Howard a Ciak, revista de cine italiana. "No es una historia de amor, pero entre los dos se crea un feeling natural".
Babelia
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