Gritos racistas contra Eto'o
Los Ultras Sur insultaron al delantero azulgrana y Henry se lo recrimin¨® tras marcar el gol del empate
El sol se escondi¨® detr¨¢s del Bernab¨¦u justo cuando Undiano Mallenco pit¨® el comienzo del partido. No es que se apagara la luz, simplemente se levant¨® el tel¨®n: se?al de que tambi¨¦n los factores externos se iban a entregar al espect¨¢culo del cl¨¢sico dejando protagonismo a los dos equipos. Juande Ramos, el t¨¦cnico del Madrid, cumpli¨® con todos sus rituales, se asom¨® al c¨¦sped del Bernab¨¦u en ch¨¢ndal para presenciar el calentamiento y luego enfil¨® camino a los vestuarios. Sali¨® media hora despu¨¦s con el traje oficial.
Di St¨¦fano tambi¨¦n parec¨ªa cumplir con alg¨²n ritual. No se explica si no c¨®mo pudo llegar a Chamart¨ªn con abrigo de invierno y bufanda de lana, con una temperatura de 25 grados. En el club dicen que siempre va as¨ª porque es muy friolero. "Que pase el gran capit¨¢n", le gritaban los aficionados mientras ¨¦l saludaba desde un coche oficial agarrado a su inseparable bast¨®n. El presidente de honor del Madrid se encontr¨® con un estadio vestido de fiesta, con un mosaico de papeletas blancas que aparecen en el estadio s¨®lo cuando hay que celebrar un t¨ªtulo. As¨ª fue en los ¨²ltimos dos a?os. Volvieron a aparecer incluso las pancartas ¨¦picas de la remontada de Fabio Capello, las de Afici¨®n y jugadores: el mismo equipo. Algo as¨ª como un Juntos podemos. Ra¨²l hab¨ªa pedido a los aficionados que convirtieran al Bernab¨¦u en una caldera. El capit¨¢n ten¨ªa un plan: presionar y presionar al Bar?a en los primeros 20 minutos. Para eso, tambi¨¦n necesitaba el apoyo de la grada. El plan aguant¨® hasta el gol de Higua¨ªn. Luego, el estadio fue enmudeciendo. Tanto, que al final de la primera parte, con el marcador 1-3, no se escuchaba ni mu.
De estropear el ambiente de fiesta se encargaron, mucho antes, los seguidores de la pe?a Ultras Sur, quienes no dejaron de insultar a Eto'o con gritos racistas cada vez que el camerun¨¦s tocaba la pelota. Henry se lo recrimin¨® despu¨¦s de marcar el gol del empate. Se fue separando de los abrazos de sus compa?eros y se?al¨® con gritos hacia el fondo donde estaban los ultras. Eto'o, en cambio, prefiri¨® ir a lo suyo, algo ajeno al ritmo convulso del encuentro. Lejos queda aquel partido en La Romareda en el que, cansado de escuchar gritos racistas, amenaz¨® con abandonar el campo. Algo parecido le volvi¨® a pasar en el campo del Getafe poco tiempo despu¨¦s.
Los gritos racistas acabaron en resignaci¨®n. Una parte de los aficionados comenzaron a marcharse del campo cuando faltaban 15 minutos para el final, y la grada acab¨® desangelada tras la hist¨®rica goleada, por mucho que una pancarta rezara ?Hasta el final!
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