Necesaria e insuficiente
La par¨¢lisis bancaria anular¨¢ los efectos de la rebaja de tipos hasta el 1% decidida por el BCE
El Banco Central Europeo (BCE) ha reducido sus principales tipos de inter¨¦s de referencia en un cuarto de punto, como una medida absolutamente necesaria para combatir los estragos de la recesi¨®n econ¨®mica. El que m¨¢s interesa a las familias y empresas con deudas a tipos de inter¨¦s variable, el tipo repo, ha ca¨ªdo al 1%; la facilidad marginal de cr¨¦dito, al 1,75%. Al mismo tiempo, ha se?alado que extiende el vencimiento de las inyecciones ilimitadas de liquidez hasta 12 meses. Pero el paso m¨¢s importante del BCE es el anuncio de compra de titulizaciones y c¨¦dulas hipotecarias por un valor aproximado de 60.000 millones de euros. Con esta decisi¨®n, el BCE se suma acertadamente a las pol¨ªticas monetarias poco convencionales que pretenden salvar directamente a las empresas afectadas por la par¨¢lisis de las instituciones financieras.
Con retraso respecto a los bancos centrales de Estados Unidos o Reino Unido, como si la escasez del cr¨¦dito golpeara menos contundentemente a Europa o las amenazas inflacionistas aumentaran sus dudas, el BCE afronta la obligaci¨®n de sortear las disfunciones de los mercados ante las resistencias que en el propio Consejo de Gobierno existen para reducir el tipo repo por debajo del nivel donde ahora ha quedado. La eurozona no va a sufrir una recesi¨®n menos grave que la estadounidense, ni sus consecuencias en relaci¨®n con el paro van a ser menores. En el conjunto de las 16 econom¨ªas que comparten moneda la amenaza inflacionista se ha esfumado; as¨ª parece demostrarlo la variaci¨®n media del IPC en abril en el 0,6%, muy por debajo del 2%, camino de registros negativos en los pr¨®ximos meses. Sin embargo, el BCE sigue titubeando a la hora de adoptar las medidas poco convencionales que la situaci¨®n requiere. La ¨²nica forma de recuperar el tiempo perdido y no agravar los factores recesivos en Europa es imitar las decisiones de la Reserva Federal y del Banco de Inglaterra y adquirir t¨ªtulos de deuda, m¨¢s all¨¢ de los ya decididos, ya sean emitidos por entidades privadas o p¨²blicas.
El abaratamiento del precio del dinero y la inundaci¨®n de liquidez que est¨¢n procurando los bancos centrales no son la condici¨®n suficiente para disolver la crisis financiera. Las econom¨ªas occidentales est¨¢n recibiendo un chorro de liquidez que no se canaliza eficazmente hacia los proyectos de inversi¨®n o hacia los cr¨¦ditos a particulares que deben constituir el principio de la recuperaci¨®n econ¨®mica. El problema de fondo sigue siendo la dr¨¢stica contracci¨®n del cr¨¦dito decidida por los bancos para hacer frente a la descomunal depreciaci¨®n de sus activos detonada por la crisis de las hipotecas basura. Por m¨¢s liquidez que haya, siempre ser¨¢ insuficiente si los intermediarios financieros tienen cerrada la ventanilla.
La iniciativa de la Fed de someter a 19 grandes bancos estadounidenses a pruebas de solvencia debe contribuir a que remita la incertidumbre sobre los balances bancarios y los propios bancos se decidan a restablecer el flujo de los pr¨¦stamos. La prueba de solvencia revela que grandes instituciones, como el Bank of America, el Citigroup o Wells Fargo necesitan urgentes y cuantiosas aportaciones de capital; aportaciones a las que algunos podr¨¢n acceder en el mercado, pero que otros tendr¨¢n que requerir del Tesoro P¨²blico.
Timothy Geithner, el secretario del Tesoro, tiene por delante varias tareas delicadas. La m¨¢s importante, sin duda, es decidir si las aportaciones de capital p¨²blico deben transformarse en acciones con derechos pol¨ªticos, para que los contribuyentes que salvan los bancos con su dinero tengan derecho a saber en qu¨¦ se gasta el capital que aportan. Ya es hora de que los gestores que arruinaron el sistema financiero rindan cuentas exactas.
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