Los secuestros financian a los talibanes en Pakist¨¢n
Los extremistas han capturado a 169 empresarios y miembros de familias adineradas en lo que va de a?o
Un coche se cruz¨® delante del suyo y, antes de que pudiera pitarle, tres hombres armados con Kal¨¢shnikov le conminaban a acompa?arles. "No tuve elecci¨®n", cont¨® a sus amigos Shakir Ishaq hace tres semanas cuando fue liberado despu¨¦s de un a?o. Como en otros casos similares, la familia niega haber pagado rescate. Sin embargo, polic¨ªa y empresarios aseguran que el secuestro de personas adineradas constituye una fuente de financiaci¨®n de los talibanes. Y Peshawar, a las puertas de las zonas tribales donde campan por sus respetos, se ha convertido en su coto de caza.
Los datos ponen los pelos de punta. "En los tres primeros meses de este a?o hemos recibido 169 denuncias de secuestro", conf¨ªa una fuente policial desde el anonimato porque no est¨¢ autorizada a hablar del tema. Esa cifra excluye los casos de disputas familiares o entre vecinos (otros 75), en los que no se busca un rescate sino solucionar un contencioso. Peshawar, la capital de la Provincia de la Frontera Noroccidental, tiene cuatro millones de habitantes.
Se estima que los afectados pagan entre dos y cinco millones de euros
"M¨¢s del 90% de los casos afectan al mundo empresarial", asegura Sharafat Ali Mubarak, el presidente de la C¨¢mara de Comercio e Industria de esta provincia. Sabe de lo que habla. Entre marzo y abril, 45 comerciantes fueron v¨ªctimas de ese tipo de extorsi¨®n. Esta semana ha habido tres secuestros en dos d¨ªas. El bazar se ech¨® a la calle y organiz¨® una manifestaci¨®n. Hace dos meses hicieron un cierre patronal. Un diplom¨¢tico iran¨ª y otro afgano permanecen secuestrados desde noviembre.
"Siempre ha habido alg¨²n caso, pero en el ¨²ltimo a?o o a?o y medio se han multiplicado exponencialmente", se?ala Mubarak. La C¨¢mara de Comercio ha contabilizado dos centenares de afectados entre sus 3.000 asociados. Las v¨ªctimas son tanto los empresarios como sus hijos. Ahora est¨¢n pendientes de 15 secuestrados. "Seguro que son m¨¢s, porque muchas familias evitan la publicidad y tratan de resolverlo por su cuenta", apunta. Seg¨²n ¨¦l, les sale m¨¢s barato que cuando recurren a las autoridades.
"A este paso, el secuestro va a convertirse en la primera industria de la provincia", constata con sarcasmo el presidente de la C¨¢mara. Por volumen de negocio no queda. Estima que las familias afectadas est¨¢n pagando entre 200 millones y 500 millones de rupias (entre 2 y 5 millones de euros) para recuperar a sus seres queridos, a veces ni?os de muy corta edad a los que capturan a la salida del colegio. "Muchos pagos se hacen en divisas a trav¨¦s de Dubai o Singapur", afirma con convicci¨®n.
?Los destinatarios? Para Mubarak est¨¢ claro, los "militantes", como oficialmente se denomina a los insurgentes talibanes. Las v¨ªctimas prefieren guardar silencio. "No se puede decir nada malo de los militantes", manifiesta el familiar de un secuestrado. "Me aterroriza la posibilidad de que algo de lo que le diga pueda causarnos problemas a m¨ª o mi familia", se disculpa.
Empresarios y comerciantes est¨¢n que trinan. Los negocios han sufrido un importante baj¨®n a causa de la inseguridad que ha generado el avance talib¨¢n. De las 2.254 industrias que hab¨ªa registradas la d¨¦cada pasada, apenas quedan 590. No se producen inversiones. Y ahora encima se juegan el pellejo al ir o venir del trabajo. Todos evitan desplazarse de noche. Se sienten abandonados por el Gobierno. Quienes pueden, est¨¢n vendiendo sus propiedades y y¨¦ndose a otras zonas m¨¢s tranquilas del pa¨ªs.
"A mi hermano lo secuestraron en una concurrida calle comercial a las diez de la ma?ana, a plena luz del d¨ªa", recuerda Waqar Ishaq. Shakir, de 45 a?os y formado en Estados Unidos, se dirig¨ªa a su oficina, una ONG dedicada a la educaci¨®n de los refugiados afganos. Pero quienes le capturaron sab¨ªan sin duda que los Ishaq son una gran familia de industriales de Peshawar. "Recurrimos a las autoridades, pero no sirvi¨® de nada, el Gobierno no controla esta provincia", afirma desencantado.
"El problema es que [los secuestradores] en unos pocos minutos cruzan a las zonas tribales y all¨ª no tenemos jurisdicci¨®n", explica Qazi Inamullah, asistente del inspector general de la polic¨ªa de Peshawar. Este oficial revela que la polic¨ªa proyecta autorizar permisos de armas autom¨¢ticas para aquellos empresarios que se sientan amenazados.
"No es la soluci¨®n; a no ser que quieran convertirnos en se?ores de la guerra", responde el presidente de la C¨¢mara de Comercio. En su opini¨®n, lo que los responsables tienen que hacer "es reavivar la econom¨ªa de esta provincia y mejorar sus infraestructuras". No es una frase hecha. Mubarak y su equipo han pedido al Gobierno federal 30.000 millones de rupias (unos 300 millones de euros), el 75% de los 1.500 millones de d¨®lares anuales que ha prometido EE UU y un 50% de los 7.600 millones de d¨®lares ofrecidos por los Amigos de Pakist¨¢n en la reciente Conferencia de Tokio.
"Sin industrias y sin trabajo, ?qu¨¦ otra cosa pueden hacer nuestros j¨®venes sino unirse a los insurgentes?". Es una reflexi¨®n que tambi¨¦n se oye en la calle.
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