La m¨¢quina del dinero divide al BCE
Las medidas extraordinarias para inyectar liquidez siembran la discordia entre quienes quieren ir m¨¢s all¨¢ y quienes lo consideran demasiado arriesgado
Antes de la crisis, los banqueros centrales ten¨ªan fama de serios, de predecibles, incluso de ser algo aburridos. Eso se acab¨®. La profundidad de la recesi¨®n en Europa y la entrada del banco central en territorio comanche -tipos de inter¨¦s cada vez m¨¢s pr¨®ximos a cero y medidas no convencionales como la m¨¢quina de imprimir dinero- han resquebrajado la unidad en el consejo del Banco Central Europeo (BCE), donde se sientan 22 miembros de todas las nacionalidades y de formaci¨®n muy diversa.
En el BCE hay un debate soterrado sobre los llamados brotes verdes: algunos de sus consejeros ven esos signos de luz, mientras otros advierten de que la crisis puede ir a m¨¢s. Pero lo que de veras ha sembrado la discordia es la impresora de billetes.
La banca espa?ola redujo un 7,2% en abril la demanda de financiaci¨®n
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, explic¨® hace unos d¨ªas que el banco central adquirir¨¢ 60.000 millones de euros en c¨¦dulas hipotecarias. Y se dedic¨® a ganar tiempo: asegur¨® que los detalles de esa operaci¨®n -que en la pr¨¢ctica supone inundar de liquidez ese mercado para tratar de reactivarlo, y rebajar as¨ª los tipos de inter¨¦s reales en la econom¨ªa- se conocer¨¢n en la reuni¨®n de julio.
Eso ha abierto la caja de los truenos: de nuevo aparece la guerra entre halcones -los m¨¢s ortodoxos en cuestiones de pol¨ªtica monetaria, arracimados alrededor de Alemania y la sombra del Bundesbank- y palomas, los consejeros m¨¢s proclives a seguir la senda tomada por Estados Unidos para ampliar el arsenal del banco central y atacar la recesi¨®n y la crisis del cr¨¦dito con medidas tan atrevidas como, seg¨²n sus detractores, arriesgadas.
"No veo necesidad de m¨¢s compras ni de ampliar las adquisiciones a otros activos", asegur¨® Axel Weber, presidente del Bundesbank. "Esos 60.000 millones son suficientes por el momento", aseguraron tanto el austriaco Ewald Nowotny como el holand¨¦s Nout Wellink. Pero el BCE destila cualquier cosa menos consenso. El consejero esloveno Marko Kranjec explic¨® que el BCE probablemente gaste m¨¢s que esos 60.000 millones propuestos inicialmente. Se abri¨® la veda en toda Europa: el eslovaco Iv¨¢n Sramko afirm¨® a Reuters que no puede excluirse nada. Ni siquiera la compra de papel comercial -como hace EE UU- o de otro tipo de activos. El espa?ol Jos¨¦ Manuel Gonz¨¢lez P¨¢ramo se apresur¨® a aclarar que el BCE "no considera" ampliar el programa de compra a otros activos "por el momento".
"El consejo del BCE parece un campo de batalla", resumi¨® gr¨¢ficamente a Bloomberg Laurent Bilke, economista de Nombra Internacional en Londres. En medio del hurac¨¢n financiero y de la peor recesi¨®n desde la Segunda Guerra Mundial, la disparidad de las opiniones sugiere que el consejo del BCE dista mucho de tener una posici¨®n com¨²n acerca de c¨®mo afrontar los problemas en el sector bancario.
Los economistas han criticado con dureza tanto el retraso como el trasfondo de las medidas del BCE a lo largo de la crisis. Ahora, el eurobanco se enfrenta a un test de credibilidad a¨²n mayor. Al elegir las c¨¦dulas, beneficia b¨¢sicamente a Alemania, Francia y Espa?a, los pa¨ªses que m¨¢s han usado ese instrumento respaldado por hipotecas. Trichet no consigue poner orden en el gallinero porque en los detalles que anunciar¨¢ en junio est¨¢n las claves de la medida: hay que decidir qu¨¦ tipo de activos entran y cu¨¢les no, y c¨®mo se llevar¨¢ a cabo la adquisici¨®n, lo que puede beneficiar a unos pa¨ªses en detrimento de otros. El nerviosismo es evidente: una muestra m¨¢s de que la crisis est¨¢ muy viva.
"El BCE est¨¢ tremendamente influido por Alemania, junto con Francia y, en menor medida, Espa?a", asegura Santiago Carb¨®, consultor de la Reserva Federal estadounidense. "El caso es que Alemania tiene problemas bancarios pero no tiene burbuja inmobiliaria ni los problemas de otros. Como sus bancos, al igual que los espa?oles, cuentan con numerosos activos hipotecarios titulizados, ha dado v¨ªa libre para las medidas no convencionales, pero instrumentadas en la compra de estas c¨¦dulas hipotecarias y hasta el l¨ªmite anunciado. ?se ha sido probablemente el requisito que ha puesto Alemania para la pol¨ªtica monetaria laxa que ahora exhibe el BCE, incluso para la bajada de tipos y posibles rebajas futuras", asegura.
La f¨®rmula definitiva que adopte la m¨¢quina de imprimir dinero en Europa afectar¨¢ de forma muy diferente a los 16 pa¨ªses de la zona euro, que tienen problemas muy distintos. Para Carb¨®, hay dos ganadores claros: "En este caso la medida ha beneficiado a Alemania y a Espa?a y ser¨¢ dif¨ªcil que haya medidas muy distintas de ¨¦stas en las pr¨®ximas semanas". Pero las espadas est¨¢n en todo lo alto.
Entretanto, la banca espa?ola empieza a moderar la demanda de financiaci¨®n al BCE. En abril requiri¨® 67.434 millones de euros, un 7,2% menos que en marzo.
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