Pelea en los tribunales por el dinero de mam¨¢
La alta sociedad dirime sus diferencias en el juicio por la herencia de B. Astor
Ricos y famosos al desnudo, expuestos, con las entra?as abiertas a un p¨²blico que comprueba que tambi¨¦n lloran, dicen tacos y se pelean por la herencia de mam¨¢, aunque en esta ocasi¨®n no se trate s¨®lo del collar de perlas, sino de una fortuna estimada en los 150 millones de euros, mill¨®n arriba, mill¨®n abajo.
El juicio contra el hijo y el abogado de Brooke Astor, heredera de una de las m¨¢s antiguas fortunas de Nueva York por su matrimonio con Vincent Astor, propietario de inmuebles y hoteles de lujo como el Waldorf Astoria, vive cada d¨ªa un nuevo cap¨ªtulo en los tribunales de Nueva York. Docenas de periodistas anotan cada detalle morboso que saben de alguno de los testigos de una interminable lista que han pasado -y pasar¨¢n- por el estrado.
Los kissinger, kofi annan y ¨®scar de la renta testifican en el caso de la millonaria
A declarar est¨¢ llamado hasta el antiguo secretario de Naciones Unidas Kofi Annan. Parece que el diplom¨¢tico fue invitado a uno de los cumplea?os de la dama, cuando ¨¦sta ya superaba los 100 a?os de edad, y Astor no le reconoci¨®. Tuvo que preguntar a su ¨ªntima amiga y esposa del modisto ?scar de la Renta, Annette, qui¨¦n era aquel se?or bajito de la esquina.
?Qu¨¦ intenta probar la defensa al presentar tales declaraciones? Pues que la legendaria millonaria no estaba en pleno poder de sus facultades mentales y sufr¨ªa de Alzh¨¦imer cuando su ¨²nico hijo, Anthony Marshall, 84 a?os, decidi¨® cambiar, con la ayuda del abogado Francis Morrisey, el testamento de la anciana -desheredando a sus instituciones favoritas, el Museo Metropolitano o la Sociedad Zool¨®gica de Nueva York- y desviar 45 millones de euros para su uso y disfrute privado.
El nieto -?qu¨¦ culebr¨®n, el hijo acusando al padre!- y los amigos de Astor sospecharon e hicieron algunas denuncias ante la fiscal¨ªa al comprobar que la mujer que pose¨ªa millones y millones de d¨®lares viv¨ªa casi en la miseria en su espectacular apartamento de Park Avenue. Sin calefacci¨®n, con la cama mojada de orines... abandonada por su representante legal, su hijo. La oficina del fiscal del distrito de Manhattan evalu¨® las acusaciones y decidi¨® presentar 16 cargos contra Marshall -que de ser encontrado culpable podr¨ªa acabar sus d¨ªas en una celda de dos por dos- en noviembre de 2007, tres meses despu¨¦s de la muerte de su madre, a los 105 a?os. Tambi¨¦n acus¨® a su abogado, Francis Morrissey, de participar en la conspiraci¨®n y de falsificar la firma de Astor. Y el pasado abril comenz¨® el juicio.
La semana pasada ocup¨® el estrado la esposa del ex secretario de Estado Henry Kissinger, Nancy. Por su testimonio hemos sabido que uno de los perros de la se?ora Astor se llamaba Henry. ?Elecci¨®n cari?osa o cruel venganza? Porque cont¨® la se?ora de Kissinger que su relaci¨®n de tres d¨¦cadas se enfri¨® cuando la dama de la alta sociedad norteamericana cumpli¨® 80 a?os. Entonces, el hombre que ten¨ªa como libro de mesilla de noche El Pr¨ªncipe de Maquiavelo insisti¨® con varios brindis en celebrar el estatus de octogenaria de Astor. Error, grave error. Y ?d¨®nde estaban las maneras de Kissinger? "Brooke se enfureci¨® much¨ªsimo", record¨® ante el tribunal Nancy Kissinger. Pero, ?qu¨¦ no solucionan 20 a?os? ?se fue el tiempo que los Kissinger fueron persona non grata en la mansi¨®n de los Astor. Hasta que volvieron a ser invitados al cumplea?os n¨²mero 100 de la gran dama. "Creo que no nos reconoci¨®", dijo Nancy Kissinger en su testimonio, que apuntala la teor¨ªa de la defensa.
Una defensa que vivi¨® uno de sus peores d¨ªas esta semana cuando el juez excluy¨® de las pruebas unos comentarios realizados por la nuera de Astor que, en su opini¨®n, probar¨ªan c¨®mo el hijo; su mujer, Charlene Marshall, y el abogado lo ten¨ªan todo calculado para despojar a Astor de sus bienes. No se ca¨ªan muy bien ambas se?oras. En m¨¢s de una ocasi¨®n, la educada Brooke se refiri¨® a su nuera como "esa puta", y Charlene era de la opini¨®n de que su suegra "iba a joder la vida de su marido hasta matarlo" y, si ¨¦ste mor¨ªa antes que "la vieja", ella no ver¨ªa ni un centavo. "No te preocupes, cari?o, ese comentario est¨¢ fuera, el jurado no puede tenerlo en cuenta", le dijo Charlene a un preocupado Anthony, una vez recuperado su color tras enrojecer de furia ante lo que testificaba la secretaria social de Astor.
Llorar no sabemos si lloran. Pero que los ricos juran y son tan vulgares como el que m¨¢s ha quedado probado. Continuar¨¢...
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