El Madrid abandona la lucha
El Villarreal confirma la apat¨ªa de los de Juande Ramos y propicia el doblete azulgrana
Capdevila, jugador de club por excelencia, le dio al Villarreal una vidilla en la Champions que a punto estuvo de privarle un fallo arbitral que hab¨ªa concedido un gol en fuera de juego de Higua¨ªn. Todo ello en los ¨²ltimos minutos de un encuentro in crescendo de emoci¨®n que evidenci¨® los l¨ªmites del Real Madrid. Los mismos que hab¨ªa advertido Juande Ramos tras el hurac¨¢n del Bar?a en el Bernab¨¦u (2-6). Pero aquello no hab¨ªa hecho m¨¢s que comenzar. Era el inicio de un via crucis que se prolong¨® la semana pasada en Mestalla y continu¨® ayer en El Madrigal. Tres derrotas consecutivas y tres muestras de que era un equipo levantado a partir de una poderosa fiebre competitiva. Fumigada ¨¦sta por los chicos de Guardiola, no qued¨® nada. Algunos jugadores m¨¢s que acabados y otros con ninguna calidad para seguir en el Madrid. El Villarreal, por su parte, luchar¨¢ hasta el final por volver a participar por la Champions. Tiene m¨¦rito habida cuenta de la desgracia con la que carg¨® tras las lesiones de Cazorla y Senna. Se lo juega en la pr¨®xima jornada ante el Valencia en El Madrigal.
Al igual que en el inesperado empate en el Camp Nou (3-3), Pellegrini opt¨® por un equipo valiente: un solo mediocentro (Eguren) y tres volantes (Cani, Ibagaza y Pir¨¨s) que enlazar¨ªan con los dos delanteros (Rossi y Llorente). O entre ellos. Los tres, por ese orden, se asociaron en una contra para descerrajar el partido (m. 16). Lo mejor fue el espl¨¦ndido centro con la izquierda desde el extremo de Ibagaza. Lo cabece¨®, llegando de atr¨¢s, Pir¨¨s, completamente solo en el punto de penalti. Javi Garc¨ªa acompa?¨® el salto desde un par de metros. El gol constaba dos hechos: la defensa madridista defend¨ªa sin tensi¨®n; y Pir¨¨s, de 35 a?os, agradec¨ªa as¨ª la renovaci¨®n con un notable final de campeonato.
El Madrid jug¨® con una parsimonia desesperante, la misma de hace una semana en Mestalla. Machacado el gen competitivo que lo sostuvo en casi toda la segunda vuelta, el Madrid ha llegado a la orilla convertido en un monumento a la vulgaridad. Ni siquiera Robben, el el¨¦ctrico extremo que llegaron a comparar hace unos meses con Messi, supuso el m¨¢s m¨ªnimo desequilibrio. Hasta el viejo Pir¨¨s le rob¨® en una ocasi¨®n el bal¨®n, eso que antes no consegu¨ªa ni un pelot¨®n de zagueros. Es como si, de repente, el extremo holand¨¦s hubiese perdido gran parte de la explosividad que lo caracteriz¨®.
Tampoco el regreso de Laas consigui¨® levantar la cerviz de un equipo lastrado por la escasa participaci¨®n de Javi Garc¨ªa, Van der Vaart y el mism¨ªsimo Ra¨²l, que parece haber llegado al final sin una gota de gasolina. Como nadie se mov¨ªa en el campo, Juande mand¨® calentar a Higuain y Drente antes de que se acabara la primera parte. Por si alguien se daba por aludido y aceleraba el paso. No fue el caso. Juande no cumpli¨® su nada velada amenaza hasta el descanso. La apuesta result¨® Higua¨ªn, que tard¨® un minuto en demostrar que ¨¦l s¨ª ten¨ªa ganas de jugar. Persigui¨® al segundo palo un centro pasado de Torres, lo toc¨® hacia el centro y lo emboc¨® a gol Van der Vaart.
Puesto que a ninguno de los dos le serv¨ªa el empate, el partido qued¨® mucho m¨¢s abierto. Pellegrini trat¨® de recuperar el centro del campo con la entrada de Bruno, en sustituci¨®n de Ibagaza. El Villarreal tuvo m¨¢s el bal¨®n, lo toc¨® mucho en corto, como le gusta, y apareci¨® Cani para remachar tras un rechace de Cannavaro, a escasos metros de Casillas. Bruno le dio mucha mejor salida a la pelota y el Villarreal trat¨® de cerrar definitivamente el encuentro. Higua¨ªn se resisti¨® a morir, pero finalmente Capdevila le dio el merecido triunfo al Villarreal.
![Ra¨²l y Robben, tras uno de los goles del Villarreal.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OW66YE4AWQ7IL4OGFAMW5ZF6GE.jpg?auth=fbcb4e3d4a894ac60d4f112813b03fa26f5c75fcc3b9daf8f0b025b6d9946d14&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.