Libertad cultural vigilada
El Ayuntamiento de Barcelona abre sus museos en domingo y gratis: es un ¨¦xito. Con una crisis como la actual nadie critica una medida paliativa. Como la gratuidad la pagamos todos, es una forma de redistribuci¨®n, y aunque a veces lo que no tiene precio acaba perdiendo valor, auguro que las administraciones acabar¨¢n por hacer gratuito lo que es necesario para que la gente se pueda gastar el dinero en lo superfluo.
En Barcelona funciona bien la primera franja de acceso a la cultura, especialmente las bibliotecas, un equipamiento codiciado. La bienvenida al consumo cultural es eficaz y en la ciudad "pasan cosas", el mercado est¨¢ en movimiento. Es cierto que est¨¢ ausente la cultura m¨¢s dura y exigente, pero m¨¢s grave es que se vaya esfumando la libertad proteica de hacer cultura donde sea y como sea. Barcelona es una ciudad regulada.
Hay ciudades donde los bares y caf¨¦s (en Barcelona quedan pocos caf¨¦s) se llenan de m¨²sica, sin pedir permiso, en horarios plausibles: aqu¨ª se cierran los espacios libres y pasan por ventanilla los resistentes. Y una iniciativa interesante como la de las "f¨¢bricas" de cultura est¨¢ excesivamente tutelada por el Ayuntamiento, que elige el edificio, lo restaura a su gusto, le asigna un tema, reparte los espacios, selecciona a los artistas...
?Hay vida fuera del circuito municipal? Cada vez menos puede un novato alquilarse un taller y quiz¨¢ es el mismo Ayuntamiento el que le est¨¢ alquilando el local en cuesti¨®n. ?D¨®nde se encuentra la puerta que le permita entrar solito en el mercado, sin necesidad de subvenci¨®n ni el consiguiente control? Me gustar¨ªa una Barcelona m¨¢s berlinesa, que quiere decir menos sovi¨¦tica, una ciudad espont¨¢nea.
Se intenta dar respuesta a unas necesidades (taller, vivienda, cultura), pero al cabo de 30 a?os de Gobierno socialista, ?es aqu¨ª ad¨®nde quer¨ªan llegar? Leo en el libro que public¨® Ferran Mascarell despu¨¦s de cerrar su despacho municipal: "Suelo decir a mis colaboradores que nuestra misi¨®n principal es, en primer lugar, pensar, en segundo lugar, animar y en tercer lugar hacer". Estimulante.
Y agrega Mascarell: "Pensar para todos en funci¨®n de los intereses colectivos". ?Sin que esos "todos" piensen? Sin duda es ambicioso, el programa, pero tambi¨¦n se le podr¨ªa llamar dirigismo.
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