El Ej¨¦rcito de Pakist¨¢n expulsa a los talibanes de su principal basti¨®n

El Ej¨¦rcito paquistan¨ª asegur¨® ayer haber recuperado Sultanawas, el principal basti¨®n talib¨¢n en Buner. Aunque la informaci¨®n resulta imposible de confirmar, residentes de ese distrito dijeron por tel¨¦fono que hab¨ªan visto fuego y humo saliendo de dicha localidad como resultado de los bombardeos a¨¦reos. Buner, a apenas cien kil¨®metros de Islamabad, constituye un territorio estrat¨¦gico porque representa la conexi¨®n m¨¢s directa entre el valle de Swat, donde los extremistas se han hecho fuertes, y el resto de Pakist¨¢n.

"Las fuerzas de seguridad lograron limpiar Sultanawas la noche pasada tras intensos combates en los que al parecer 80 terroristas resultaron muertos", declar¨® el portavoz militar, el general Athar Abbas, durante una conferencia de prensa retransmitida en directo por las televisiones locales. Seg¨²n su relato, los insurgentes "hab¨ªan construido un verdadero baluarte con defensas de hormig¨®n y dep¨®sitos de municiones".

"Los insurgentes a¨²n controlan los pasos de monta?a", dice un analista

Anoche, los analistas tomaban con precauci¨®n las palabras de Abbas. Aunque el Ej¨¦rcito dijo con anterioridad que ten¨ªa el control del distrito, siguieron llegando refuerzos militares y noticias de bombardeos artilleros. Al parecer, los talibanes estaban m¨¢s atrincherados de lo esperado.

"Es cierto que los militares han recuperado parte de Buner, pero no pueden mantenerlo", advert¨ªa Khadim Hussain, coordinador de ARRIA, una asociaci¨®n de an¨¢lisis que tiene investigadores en los tres distritos donde se est¨¢ desarrollando la operaci¨®n del Ej¨¦rcito. "Los habitantes de Daggar, siguen aterrorizados porque los talibanes a¨²n controlan los pasos de monta?a", aseguraba con los datos de sus colaboradores. Daggar es la capital de Buner, cuya poblaci¨®n total se estima en unas 600.000 personas.

Al menos la mitad de ellas han huido de la zona desde que se iniciaron los combates el 28 de abril. Muchos han querido volver a ra¨ªz de que el pasado domingo el ministro del Interior, Rehman Malik, anunciara que hab¨ªan acabado las operaciones militares y que los desplazados pod¨ªan regresar a sus hogares. Algunos lograron hacerlo el lunes durante un breve levantamiento del toque de queda. Sin embargo, el martes, varios cientos se vieron frenados por los soldados.

La infiltraci¨®n de los talibanes en Buner desencaden¨® la actual ofensiva militar. Los insurgentes llegaron all¨ª desde Swat, envalentonados porque el Gobierno se hubiera plegado a sus exigencias de imponer la sharia el pasado febrero. Sultanawas es la primera localidad cuando se cruza de un distrito a otro.

El portavoz militar tambi¨¦n inform¨® ayer de que hab¨ªan estallado enfrentamientos en tres ciudades de Swat cuando las fuerzas de seguridad realizaban tareas de registro. Un soldado result¨® muerto y nueve heridos. El Ej¨¦rcito, que reconoce haber perdido a 54 militares, eleva la cifra de bajas mortales enemigas a m¨¢s de 1.000, pero no ha mostrado los cad¨¢veres. Su recuento parece exagerado dado que estim¨® en 4.000 los combatientes enemigos. Los an¨¢lisis militares suelen calcular tres heridos por cada muerto, lo que significar¨ªa que ya no habr¨ªa resistencia y no es el caso.

"Si hubieran dado muerte a mil talibanes habr¨ªa significado un duro golpe a su moral, y no parece que sea as¨ª", analiza Hussain. "Cuando los militares llevaban anunciados 751 insurgentes muertos, nosotros s¨®lo hab¨ªamos podido ponerles nombres a dos centenares de ellos", precisa. Este investigador reconoce, sin embargo, que el Ej¨¦rcito ha logrado cortar las l¨ªneas de suministro de los insurgentes. "Y en la primera semana de combates lograron destruir siete campos de entrenamiento en Swat, lo que infundi¨® un gran optimismo en la poblaci¨®n local", concluye.