Rabo de nube en Labastida
De pronto, Euskadi sale a la luz, lo que en pol¨ªtica a veces equivale a adentrarse en las sombras, en la rutina de los tr¨¢nsfugas, los errores, los cabreos, la corrupci¨®n, los illuminati, los ¨¢ngeles y los demonios. La Euskadi id¨ªlica que durante a?os se vendi¨® como un mirlo blanco en la pol¨ªtica general se ha revelado como una Euskadi m¨¢s natural de lo que la versi¨®n oficial dictaba. Resulta que hay tr¨¢nsfugas en el PNV, el partido que se anunciaba antiguamente (l¨¦ase Arzalluz) como "un pueblo", con aquella tendencia natural de confundir los pueblos con los partidos mayoritarios. Es m¨¢s, hay tr¨¢nsfugas municipales que se al¨ªan con el PP, la bestia parda, para desalojar en Labastida a un alcalde de EB a cuenta de un campo de golf (que seguramente tampoco es inocente). No todo pasa en Marbella ni en la comunidad de Madrid ni en la trajeada Valencia de Camps. Euskadi tiene lo suyo. Hist¨®ricamente ha tenido sus casos de portada, que apenas han durado unos pocos d¨ªas: ya saben aquel asuntillo de las tragaperras, aquello otro de Azpiegitura y dos o tres asuntos menores, m¨¢s con la sana intenci¨®n de demostrar que los vascos, aun perfectos, somos tambi¨¦n humanos y tenemos nuestras cosillas.
No s¨¦ medir cu¨¢nto hay de indignaci¨®n y cu¨¢nto de emoci¨®n en el asunto de los tr¨¢nsfugas de Labastida. Me falta experiencia, sin duda, pero me emociona. No s¨¦ cu¨¢nto tiene que ver con el declive gubernamental del PNV, cu¨¢nto con los asuntos personales de los implicados o cu¨¢nto con la vida de los otros. Y lo que me preocupa es saber si eso es un s¨ªntoma de normalidad o de anormalidad. En realidad, ?qui¨¦n sabe qu¨¦ pasa por las venas de un concejal y sobre todo, cu¨¢ndo pasa?
No somos tan distintos como creemos. Somos seres humanos, aunque nazcamos donde nos d¨¦ la gana. Antes de eso, ya ironizaban Tip y Coll con aquello de que "tan pobre era que, por no tener, no ten¨ªa ni madre que le pariera". Insuperable.
La palabra de vasco tartamudea de vez en cuando. Y cuando digo vasco, digo cualquier ideolog¨ªa, porque un servidor no hace distingos entre los partidos democr¨¢ticos. El pecado no tiene nombres y apellidos. Existe per se y cada cual se lo aplica cuando le conviene o cuando no lo puede evitar. ?Tr¨¢nsfugas del PNV? ?Y por qu¨¦ no? Es algo as¨ª como el rabo de nube que cantaba Silvio Rodr¨ªguez, al que se le aplic¨® una versi¨®n po¨¦tica que transfer¨ªa lo que en realidad es: una tormenta en la que el embudo no toca tierra y se queda colgado de la nube. Un rabo que barre lo de abajo. ?Estar¨¢ pasando algo de eso en Euskadi o ser¨¢ una exageraci¨®n? ?Labastida o La Bastilla?, con perd¨®n. ?Es eso la normalidad o era lo de antes? Llego, agotado, a la conclusi¨®n eterna de que s¨®lo s¨¦ que no se nada.
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