Intimidad
Aquellos j¨®venes (veintitantos a?os) me descolocaron. Me convocaban no a un aquelarre de tribus en Facebook, sino a una jornada de debate sobre la Intimidad (con may¨²scula), o sea, algo tan raro como el mundo interior de cada cual. Pens¨¦: Intimidad es Privacidad, por tanto, lo opuesto de lo P¨²blico. Pero no: la Intimidad es algo que va m¨¢s all¨¢, quieren debatir sobre esa zona reservada, ¨ªntima, que es lo contrario de la Exterioridad o el Exhibicionismo. Lo cual era tanto como preguntarse p¨²blicamente ?qu¨¦ hay del individuo detr¨¢s del teatro que hace obligadamente cada d¨ªa? ?Es que queda algo de puertas adentro? Y a¨²n m¨¢s: ?qui¨¦n se atreve hoy a mirar dentro de s¨ª, cuando vivimos volcados hacia fuera, bombardeados por la opini¨®n ajena, entretenidos por una avalancha de fuegos artificiales, obligados al exhibicionismo competitivo para sobrevivir?
Qu¨¦ gran tema el de la Intimidad, la Interioridad. ?Qui¨¦n se atreve a estar a solas consigo mismo? Paul Preston escribi¨®: "Carmen Polo (la mujer de Franco, el dictador) no se soportaba a s¨ª misma". Conozco mucha gente para la cual es un drama quedarse con su ¨²nica compa?¨ªa: ellos mismos. Cuando Jack Lang era ministro de Cultura quiso hacer una campa?a en las escuelas francesas para explicar a los j¨®venes qu¨¦ era el respeto: nadie supo c¨®mo explicarlo. A?os despu¨¦s, Richard Sennet dio una respuesta invertida: falta de respeto es no ver al otro, ignorarlo. Respeto, pues, es saber mirar al otro, quiz¨¢ hasta ponerse en su lugar. Lo cual tiene que ver (mucho) con la Intimidad, que es saber verse a s¨ª mismo, saber estar con uno mismo, precisamente para estar mejor con los otros.
Que unos j¨®venes (ver www.valors.org) exploren (hoy en Matar¨®) esa l¨¢mpara de Aladino que es la Intimidad no creo que tenga que ver con aquel pasado en el que los j¨®venes so?aban con realizarse a s¨ª mismos, sino con una realidad del presente: ?hay alguien que sepa qui¨¦n es m¨¢s all¨¢ de las circunstancias que, como dijo Ortega, configuran el yo? Parad¨®jicamente, en la era del individualismo el individuo es pura m¨¢scara y la intimidad, la mirada hacia dentro, un verdadero lujo. Un asunto, pues, con mucho futuro.
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