Lealtad constitucional
Con raz¨®n o sin ella, los ciudadanos, no s¨®lo los espa?oles, sino los de todos los pa¨ªses de la UE, perciben las elecciones europeas como las menos importantes de todas en las que tienen derecho a participar o, en todo caso, como aquellas en las que hay menos en juego. Todav¨ªa no se ha interiorizado que son elecciones internas, como las nacionales, auton¨®micas o municipales y de ah¨ª que la participaci¨®n tienda a ser menor que en cualquiera de ¨¦stas. De manera adem¨¢s creciente. El 45% de participaci¨®n en las de 2004 es suficientemente elocuente. Parece, a tenor de los estudios recientemente conocidos, que la participaci¨®n puede ser todav¨ªa menor este a?o. Ser¨ªa deseable que as¨ª no fuera, pero lamentablemente parece que va a ser as¨ª.
En los dem¨¢s comicios se decide qui¨¦n va a gobernar, pero en las europeas no se dilucida nada similar
No puede dejar de sorprender, en consecuencia, que se pretenda hacer una lectura de los resultados de las mismas en clave casi exclusivamente interna, como si se tratara de las que com¨²nmente definimos como elecciones generales. El poder que est¨¢ en juego en unas elecciones europeas no es el poder del "pueblo espa?ol del que emanan los poderes del Estado" (art. 1.2 CE), sino un poder de naturaleza distinta. El Parlamento Europeo no ocupa dentro del sistema pol¨ªtico europeo, en el caso de que fuera posible hablar de un tal sistema pol¨ªtico, el lugar que ocupan los Parlamentos nacionales en los distintos sistemas pol¨ªticos estatales. El Parlamento nacional es el centro de legitimidad del sistema pol¨ªtico estatal. El Parlamento Europeo no lo es. Ninguna de las tres funciones que definen la naturaleza de la instituci¨®n parlamentaria, la potestad legislativa, la potestad presupuestaria y la de control gubernamental (art. 66.2 CE), son ejercidas en puridad por el Parlamento Europeo. Por eso, resulta dif¨ªcil que los ciudadanos se sientan concernidos de manera inmediata y directa por lo que las elecciones europeas representan y, por eso, no resulta leg¨ªtimo interpretar los resultados de unas elecciones europeas en clave de legitimidad interna.
Esto ya se hizo en 1994. Dichas elecciones se celebraron inmediatamente despu¨¦s de que se produjera la fuga del ex director de la Guardia Civil Luis Rold¨¢n y concluyeron con una victoria amplia del PP sobre el PSOE. Anticipando esos resultados, el PP y diversos medios de comunicaci¨®n plantearon la campa?a como una operaci¨®n de deslegitimaci¨®n del Gobierno que hab¨ªa salido de las elecciones de 1993. En el caso de que se produjera una victoria clara del PP sobre el PSOE, deber¨ªa entenderse que el Gobierno presidido por Felipe Gonz¨¢lez hab¨ªa quedado deslegitimado y, en consecuencia, deber¨ªa procederse a la disoluci¨®n de las Cortes y la convocatoria de elecciones anticipadas. Dicha operaci¨®n de deslegitimaci¨®n aumentar¨ªa en intensidad una vez que se conocieron los resultados. El "v¨¢yase, se?or Gonz¨¢lez" se convertir¨ªa en una suerte de estribillo, que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar repetir¨ªa hasta la saciedad.
Me parece que no est¨¢ de m¨¢s recordar este precedente, porque no es de descartar que nuevamente se pueda intentar hacer uso del resultado de unas elecciones europeas con la finalidad de deslegitimar al Gobierno y situar en la agenda la convocatoria de elecciones anticipadas. No es probable que vaya a ser as¨ª, ya que, a tenor del resultado del estudio realizado por el CIS conocido el pasado jueves, existe una situaci¨®n de empate entre el PSOE y el PP, que no es f¨¢cil que vaya a corregirse en las dos semanas que quedan.
Pero es importante que las cosas est¨¦n claras y que no se mezclen resultados que deben ser contemplados de manera diferenciada. En las dem¨¢s elecciones se decide siempre qui¨¦n o qui¨¦nes van a gobernar y qui¨¦n o qui¨¦nes van a estar en la oposici¨®n (estatal, auton¨®mica o municipal). En las elecciones europeas no se decide algo ni siquiera similar. No cabe, en consecuencia, mezclar legitimidades que tienen que ver muy poco las unas con la otra.
Unas elecciones europeas son unas elecciones generales en la medida en que est¨¢n llamados a participar todos los ciudadanos en todo el territorio del Estado, pero su parecido con las llamadas elecciones generales acaba ah¨ª. O con las municipales, que tambi¨¦n son elecciones generales en el sentido de que est¨¢n llamados a participar todos los ciudadanos simult¨¢neamente en todo el territorio del Estado.
En un Estado en el que existen diferentes niveles de Gobierno y en el que se est¨¢n celebrando elecciones casi todos los a?os, es sumamente importante que la interpretaci¨®n de los resultados se haga con un m¨ªnimo de lealtad constitucional, en el sentido m¨¢s amplio que debe d¨¢rsele a esta expresi¨®n.ELECCIONES EUROPEAS
Campa?a electoral
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