El Defensor del Pueblo y los toros

Soy una de las tantas personas espa?olas a las que la tauromaquia les parece un espect¨¢culo cruel y retr¨®grado que no tiene cabida en pleno siglo XXI. Mi rechazo a la tauromaquia proviene de mi m¨¢s profundo convencimiento de que un animal no debe ser torturado como divertimento p¨²blico.

Por ello, es indignante que el Defensor del Pueblo, una instituci¨®n tan significativa en Espa?a que deber¨ªa defender y respetar todas las opiniones de los ciudadanos -incluidos quienes nos declaramos abolicionistas de la tauro-maquia-, haya calificado recientemente a trav¨¦s de la Cope a estas personas como "tontos a los que no se puede convencer de nada".

Me parece una gran falta de respeto, y una traici¨®n a los principios de la propia instituci¨®n, que el Defensor del Pueblo llame tontos al 72,1% de los espa?oles, que seg¨²n la ¨²ltima encuesta Gallup es el porcentaje de los espa?oles que afirman no tener ning¨²n inter¨¦s por los espect¨¢culos taurinos.

En una sociedad democr¨¢tica, que el Defensor del Pueblo no sea elegido por el pueblo ya tiene algo de inaudito, pero que encima se d¨¦ el gusto de llamar "tontos" a los que no disfrutan de sus s¨¢dicas aficiones es de telecomedia. Por todo ello, pedimos que presente su dimisi¨®n y sus disculpas p¨²blicamente.