Un ayuntamiento en el div¨¢n

Pasqual Maragall y Josep Maria Cullell han compartido algo m¨¢s que largos a?os de rivalidades para mantener la alcald¨ªa de Barcelona el primero y para acceder a ella el segundo. Los dos tuvieron responsabilidades en el ¨¢rea de finanzas del Ayuntamiento. Y los dos tuvieron que ir a Madrid en los primeros a?os de la democracia a buscar "el cheque". Este tal¨®n era nada m¨¢s y nada menos que papel que permit¨ªa pagar las n¨®minas y mantener una precaria paz social entre los funcionarios tras la larga agon¨ªa franquista que dej¨® vac¨ªas las arcas del Ayuntamiento.

El ex alcalde socialista y su eterno rival nacionalista recordaron ayer aquellos episodios en un acto de conmemoraci¨®n de los 30 a?os de ayuntamientos democr¨¢ticos presidido por Jordi Hereu. Cullell reconoci¨® que una vez extravi¨® el cheque. Fue en el Congreso de los Diputados y el vale ascend¨ªa a la astron¨®mica cifra de 1.000 millones de pesetas (seis millones de euros). "Lo recordar¨¦ siempre: todos los diputados de Minor¨ªa Catalana arrastr¨¢ndose a cuatro patas buscando el cheque debajo de los esca?os". Lo encontraron, los funcionarios cobraron y el episodio, convertido ya en an¨¦cdota por el paso del tiempo, permiti¨® ayer que se rieran a gusto buena parte de los concejales que han pasado por el Ayuntamiento de Barcelona en los 30 a?os de democracia.

Convocados por la asociaci¨®n de ex concejales Consell de Cent, los ex alcaldes de la ciudad, ediles ya jubilados y funcionarios hist¨®ricos del ayuntamiento se homenajearon a cuenta de recordar aquel 1979, que pudo ser muy vibrante, pero dif¨ªcilmente envidiable desde la perspectiva actual. "El paro alcanzaba el 18%, la inflaci¨®n superaba el 20%... el Ayuntamiento estaba literalmente en fallida", record¨® la ex concejal Carme San Miguel. "Ten¨ªamos cada d¨ªa cuatro o cinco manifestaciones delante del ayuntamiento, casi ten¨ªamos que ordenarlas para que cupiesen", dijo el ex concejal Llu¨ªs Reverter rememorando las protestas de maestros, barrenderos y conductores de autobuses que tantas canas hicieron aparecer en los gestores municipales.

Fue la de ayer una suerte de catarsis colectiva, aunque con poca autocr¨ªtica. Hubo confesiones, como la de Cullell y el ex dirigente de UCD, Carlos G¨¹ell, que reconoci¨® abiertamente que una vez tuvo que dar un mitin en Sants ante s¨®lo 12 personas en un auditorio con aforo para 350. "Estoy casi seguro de que los 12 me votaron", dijo entre carcajadas. Tambi¨¦n hubo alg¨²n que otro reproche. "No me gust¨® que el primer gobierno municipal se autodenominara 'Pacte del Progr¨¦s", dijo G¨¹ell. "Yo cre¨ªa que tambi¨¦n hab¨ªa hecho mucho por el progreso de la gente, hab¨ªa participado en empresas, hab¨ªa dirigido consejos de administraci¨®n...".

Pasqual Maragall dijo que el actual gobierno "lo est¨¢ haciendo bien". Pero como es habitual en ¨¦l no renunci¨® a ponerles deberes. "Hay que restituir la encuesta de victimizaci¨®n, tenemos que saber qu¨¦ pasa realmente en la ciudad, qu¨¦ le ocurre a la gente".

Narc¨ªs Serra, primer alcalde elegido democr¨¢ticamente, utiliz¨® un tono m¨¢s grave para certificar que Barcelona ha avanzado m¨¢s en 30 a?os de democracia que en toda su historia. "El maridaje entre Barcelona y democracia ha sido un buen negocio". Al alcalde Hereu le toc¨® la parte m¨¢s institucional. Pese a los problemas que genera la crisis econ¨®mica actual, dijo envidiar muy poco del pasado. "Ya no tenemos que ir a buscar cheques".