Espa?a registra el segundo mayor deterioro fiscal de la UE

Las arcas p¨²blicas espa?olas han pasado en poco tiempo de la opulencia a la carest¨ªa. El super¨¢vit del 2,2% del PIB atesorado en 2007 mut¨® en un d¨¦ficit del 3,8% el a?o pasado, un salto s¨®lo superado por Irlanda. Y el horizonte para 2009 es aterrador: la Comisi¨®n Europea adjudica a la econom¨ªa espa?ola un desequilibrio del 8,6%, uno de los mayores de la UE. La gran baza de Espa?a es que puede recurrir a la deuda, muy reducida en los ¨²ltimos a?os, para financiar el d¨¦ficit galopante. El pasivo crecer¨¢ este a?o, pero s¨®lo hasta suponer la mitad del PIB.

Pese a ese colch¨®n, el Gobierno no podr¨¢ volver a permitirse alegr¨ªas fiscales como los 400 euros del IRPF o los 2.500 euros por hijo. M¨¢s bien al contrario. "Si se quiere reducir el d¨¦ficit, ¨²nicamente cabe aumentar los impuestos o disminuir los gastos", razona Josep Oliver, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Aut¨®noma de Barcelona. El Gobierno de Zapatero ha adoptado ya la primera decisi¨®n que resta holgura al contribuyente. Aunque no se presente con ese fin, la desaparici¨®n de la deducci¨®n por compra de vivienda a partir de 2011 es, en la pr¨¢ctica, una subida de impuestos. Y probablemente no sea la ¨²ltima.

De momento, el primer recurso es elevar la deuda. Oliver considera que llevarla al 60% del PIB "no es en absoluto un exceso", pero advierte de que el pago de intereses va a aumentar, pues los tipos, ahora en m¨ªnimos, tender¨¢n a subir. Una pesada losa que restar¨¢ margen de actuaci¨®n en los a?os venideros.

M¨¢s ayudas

Adem¨¢s de pagar la deuda, el Gobierno debe tener en mente otra contingencia: "Si hay que comprar alguna entidad financiera habr¨¢ que tener margen", sostiene Hugo Rodr¨ªguez, investigador del Instituto de An¨¢lisis Econ¨®mico del CSIC. La propia vicepresidenta y ministra de Econom¨ªa, Elena Salgado, ha admitido que, tras la intervenci¨®n de Caja Castilla La Mancha, otras entidades pueden necesitar ayuda. Es decir, dinero.

M¨¢s all¨¢ de las obligaciones ordinarias, como el gasto por desempleo, y de las sobrevenidas, como una eventual intervenci¨®n bancaria, el Gobierno debe elegir muy bien a qu¨¦ destina el dinero en tiempos de escasez. Rodr¨ªguez atribuye al Ejecutivo una visi¨®n "muy miope" al intentar revitalizar la construcci¨®n con los proyectos urban¨ªsticos que se han acometido. "Supone hipotecar el medio y largo plazo para salvar el corto", argumenta. En su lugar, aboga por orientar los esfuerzos hacia actividades de mayor productividad.