Las FARC, en horas bajas
La guerrilla colombiana cumple 45 a?os diezmada por las deserciones y con varios de sus dirigentes fuera del pa¨ªs
Hab¨ªan prometido un "mayo negro" para conmemorar los 45 a?os de su fundaci¨®n, pero la celebraci¨®n no ha sido tan sangrienta como pretend¨ªan las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Las autoridades han frustrado varios atentados, si bien los ataques han dejado una veintena de muertos. Son los zarpazos de la que lleg¨® a ser la guerrilla m¨¢s poderosa de Latinoam¨¦rica y que hoy vive el peor momento de su historia.
Las bajas y, sobre todo, las deserciones han diezmado sus efectivos, que han pasado de 18.000 a 8.000 desde 2002. El 40% de los frentes est¨¢n inactivos. Doce de los principales jefes se refugian en Venezuela y Ecuador, seg¨²n un informe de inteligencia difundido la semana pasada. S¨®lo tres de los siete miembros de la c¨²pula (el n¨²mero uno, Alfonso Cano; el jefe militar, Mono Jojoy, y Mauricio Jaramillo) hacen frente a la ofensiva de las fuerzas de seguridad. Si en 2000 llegaron a cercar la capital, Bogot¨¢, hoy las FARC est¨¢n replegadas en rincones selv¨¢ticos y recurren a acciones de bajo riesgo, como emboscadas y siembra de minas antipersona, para proteger su principal recurso econ¨®mico: el narcotr¨¢fico.
S¨®lo tres de los siete m¨¢ximos dirigentes est¨¢n en Colombia
El grupo armado se ha aliado con ex jefes paramilitares en el narcotr¨¢fico
Poco queda ya de aquellas autodefensas campesinas que nacieron en mayo de 1964, en medio de una sangrienta represi¨®n, para proteger las "rep¨²blicas independientes" creadas por las guerrillas liberales y comunistas en la regi¨®n de Marquetalia, en el centro andino del pa¨ªs.
Los comunicados, eso s¨ª, conservan una ret¨®rica de otros tiempos que hoy, ajena a la realidad de Colombia, resulta extravagante. "Las circunstancias pol¨ªticas son propicias para el movimiento armado. Estamos cohesionados, actuando sobre nuestra l¨ªnea pol¨ªtico-militar, la vamos actualizando a la luz del marxismo leninismo", reza un texto del pasado d¨ªa 16. Pedro Antonio Mar¨ªn, Tirofijo, fundador de las FARC fallecido hace un a?o, dej¨® todo "organizado y reglamentado" para hacer realidad el proyecto revolucionario. "Falta que la mayor¨ªa del pueblo colombiano se una a nuestra plataforma".
El "pueblo colombiano" se ha pronunciado respaldando desde 2002, con mayor¨ªas in¨¦ditas, al presidente ?lvaro Uribe, art¨ªfice de la estrategia que ha terminado por acorralar a las FARC. En las calles, millones de personas han exigido al grupo armado el fin de la violencia. Su sangriento historial de atentados, matanzas de civiles, secuestros y abusos en las zonas bajo su control acerca m¨¢s a las FARC a un grupo mafioso que a la guerrilla que naci¨® para defender "a los despose¨ªdos y a los justos".
La llegada al poder, en Venezuela, de Hugo Ch¨¢vez y su proyecto bolivariano proporcion¨® ox¨ªgeno a las FARC y compens¨® el rechazo interno. Los ordenadores confiscados al n¨²mero dos de la guerrilla, Ra¨²l Reyes, muerto en 2008 en un bombardeo en Ecuador, revelaron, y ayudaron a neutralizar, una vasta red de apoyo tanto en los pa¨ªses vecinos como en grupos de la ultraizquierda latinoamericana y europea.
Pero el verdadero poder de las FARC, consideradas terroristas por EE UU y la Uni¨®n Europea, reside en el narcotr¨¢fico. La guerrilla es hoy un gran cartel. Seg¨²n la DEA, la agencia antinarc¨®ticos norteamericana, cerca del 50% de la coca¨ªna que entra en Estados Unidos ha pasado por manos de las FARC, que controla los cultivos y la fabricaci¨®n de la droga. El negocio le reporta unos 300 millones de d¨®lares anuales, y ah¨ª la ret¨®rica revolucionaria se difumina: la guerrilla no ha dudado en aliarse con antiguos jefes paramilitares, como Daniel el Loco Barrera y Pedro Guerrero, Cuchillo, para proteger el negocio de la coca¨ªna en el sureste colombiano. La droga llega a EE UU y Europa a trav¨¦s, sobre todo, de Venezuela y Surinam.
Es precisamente el narcotr¨¢fico lo que complica extraordinariamente cualquier soluci¨®n al conflicto. Cuatro presidentes, desde 1982, han fracasado en su empe?o de buscar la paz con las FARC. El Gobierno colombiano da por sentado que no va a acabar militarmente con el grupo armado: siempre quedar¨¢ un n¨²cleo, dicen los expertos, de perfil delictivo, vinculado al tr¨¢fico de drogas. De ah¨ª que los esfuerzos se centren en "recuperar" a los sectores m¨¢s ideol¨®gicos y las propias bases, integradas por milicianos muy j¨®venes a quienes se ofrece programas de reinserci¨®n.
La estrategia negociadora de Uribe, encabezada por el comisionado Frank Pearl, ya est¨¢ trazada. No habr¨¢ mediadores internacionales, sino "gente de adentro". La discreci¨®n sustituye al espect¨¢culo pol¨ªtico. El ex guerrillero Yesid Arteta ha dejado Barcelona para convertirse en "instructor de paz" y propiciar el acercamiento a sus antiguos camaradas. Otros mandos, como Karina u Olivo Salda?a, se han unido a un esfuerzo incierto que, en cualquier caso, no fructificar¨¢ antes de las presidenciales de 2010.
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