Funes anuncia que gobernar¨¢ El Salvador con el modelo pol¨ªtico de Lula y Obama
El nuevo presidente anuncia la reanudaci¨®n inmediata de relaciones con Cuba
Fue un discurso de investidura duro, vehemente, sin concesi¨®n al protocolo. Mauricio Funes, el primer presidente de izquierdas de la historia de El Salvador, acus¨® a los sucesivos Gobiernos de la derecha de la situaci¨®n terrible de atraso, crimen y desigualdad que sufre su pa¨ªs: "Fueron complacientes con la corrupci¨®n y c¨®mplices del crimen organizado". Pero, enseguida, quiso acallar a quienes lo han venido situando en la senda roja de Hugo Ch¨¢vez: "Mis dos referentes son Barack Obama, aqu¨ª representado por Hillary Clinton, y Lula da Silva, mi amigo personal. Ellos han demostrado que se puede hacer un Gobierno democr¨¢tico con una econom¨ªa fuerte y una distribuci¨®n justa de la riqueza".
Hillary Clinton asisti¨® a la toma de posesi¨®n y Ch¨¢vez falt¨® a la cita
La secretaria de Estado norteamericana, que celebr¨® "el cambio democr¨¢tico en la regi¨®n", y el presidente brasile?o sonrieron complacidos y el auditorio aplaudi¨® con fuerza. Con la misma fuerza con que segundos antes hab¨ªa celebrado el anuncio de Funes de reabrir de forma inmediata relaciones diplom¨¢ticas y comerciales con Cuba. El nuevo presidente de El Salvador confirm¨® ayer que su futuro depende de su capacidad de equilibrio. De su habilidad para compaginar los intereses del partido que le aup¨® al poder, el Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN), con su concepci¨®n personal de la pol¨ªtica: "Asumo la presidencia llamando a la uni¨®n nacional, sin odio y sin resentimiento. Un largo camino ha debido recorrer el pueblo salvadore?o para llegar a este d¨ªa. Ning¨²n esfuerzo ha sido in¨²til".
En ausencia de los presidentes de Venezuela, Hugo Ch¨¢vez, y de Nicaragua, Daniel Ortega, Funes no se permiti¨® ni una alegr¨ªa. La fotograf¨ªa que hizo de su pa¨ªs fue desoladora: "Tenemos que hablar sin rodeos de un deterioro de las finanzas generalizada. La responsabilidad no es del pueblo salvadore?o, sino de los dirigentes que han estado hasta hoy en el poder". Dijo que sus grandes objetivos son resguardar los empleos, proteger a los sectores m¨¢s vulnerables, impulsar pol¨ªticas sociales... Hasta sus promesas sirvieron para constatar de forma muy clara cu¨¢les son las carencias del pa¨ªs: "Tenemos que mitigar la desnutrici¨®n y comprar medicinas. ?No m¨¢s hospitales sin medicinas ni cuotas para poder recibir asistencia sanitaria...!". El nuevo presidente habl¨® de medio mill¨®n de ni?os sin escuela, de pueblos enteros sin agua corriente, de miles de personas -las m¨¢s desprotegidas- que viven d¨ªa a d¨ªa a merced de la extorsi¨®n y del crimen que practican las llamadas maras o pandillas juveniles.
Mauricio Funes tambi¨¦n habl¨® de esperanza. Dijo que su Gobierno emprender¨¢ inmediatamente un plan para combatir el fraude y la evasi¨®n fiscal. Y otro, a¨²n m¨¢s profundo: "Necesitamos hacer una revoluci¨®n pac¨ªfica y democr¨¢tica. Una revoluci¨®n ¨¦tica. El bien p¨²blico no puede ser confundido con el valor personal. La transparencia, el combate a la corrupci¨®n y a toda forma de despilfarro ser¨¢n cosas sagradas en nuestro Gobierno... Necesitamos un Gobierno consciente y patriota. Yo quiero ser el presidente de este Gobierno. ?ste ser¨¢ el Gobierno de la meritocracia, no el de los privilegios de unos cuantos. Aqu¨ª las personas ser¨¢n reconocidas por su talento y por su honestidad, no por sus apellidos... En nuestro Gobierno, quien tenga m¨¦rito ser¨¢ premiado y quien tenga culpa ser¨¢ ejemplarmente castigado. Se acab¨® el tiempo del padrinazgo y de la impunidad".
La llegada de Funes al poder tambi¨¦n tuvo momentos de emoci¨®n. Cuando record¨® a su hermano Roberto, asesinado por la Guardia Nacional en 1980, y a su hijo Alejandro, que falleci¨® en 2007 despu¨¦s de recibir un fuerte golpe en la cabeza propinado por unos maleantes en Par¨ªs. Y tambi¨¦n cuando, en tono de confianza, el nuevo presidente dijo: "Esta ma?ana, antes de venir a la ceremonia de investidura, fui a postrarme ante la tumba de mi maestro, de monse?or ?scar Arnulfo Romero
[asesinado por escuadrones de la muerte en 1980 en la capilla del hospital de La Divina Providencia, en San Salvador]". Los asistentes prorrumpieron en aplausos y Funes, entrecortada su voz por la emoci¨®n, intent¨® terminar una idea que repiti¨® una y otra vez durante su campa?a. "Monse?or Romero dijo que la Iglesia ten¨ªa una opci¨®n preferencial con los pobres. Eso har¨¦ yo. Favorecer a los pobres y a los excluidos".
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