Ni impunidad ni quijotismo
El ingenioso hidalgo Alonso Quijano antepon¨ªa la bondad y el idealismo a cualquier consideraci¨®n en su combate para desfacer agravios. De igual forma, somos legi¨®n los que nos indignamos ante las violaciones flagrantes de derechos humanos de las que demasiado frecuentemente recibimos noticia desde los m¨¢s variados confines. A la hora de terminar con ese horror, conviene, sin embargo, recordar que lo ideal, lo correcto y lo posible son categor¨ªas distintas y no siempre coincidentes.
Para reflexionar constructiva y conjuntamente sobre la mejor forma de respetar la legalidad internacional y los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo, Casa Sefarad est¨¢ celebrando -en la sede de la Fundaci¨®n Garrigues- un encuentro jur¨ªdico de varias decenas de jueces, acad¨¦micos y abogados de reconocido prestigio, mayoritariamente espa?oles e israel¨ªes, y tambi¨¦n de otros pa¨ªses europeos, Estados Unidos y Argentina.
No est¨¢ claro que Espa?a deba operar como sede judicial de todos los cr¨ªmenes contra la humanidad
El debate debe servir para profundizar en el conocimiento de los sistemas jur¨ªdicos respectivos, no perfectamente homologables, dado que el israel¨ª es heredero del Common Law. Las discusiones son plurales y dif¨ªcilmente concluyentes. La capacidad de aceptar la divergencia es particularmente necesaria a prop¨®sito de la querella criminal en curso en la Audiencia Nacional contra un ex ministro de Defensa y seis militares israel¨ªes por la muerte de 14 civiles en Gaza, como resultado de la "ejecuci¨®n extrajudicial" de un l¨ªder de Ham¨¢s en 2002. Como corresponde a un asunto sub judice, los debates respetan la competencia exclusiva de la Sala de lo Penal para optar entre la posici¨®n favorable del magistrado de instrucci¨®n y la contraria del fiscal. No obstante, es seguro que alguna voz israel¨ª traslade su percepci¨®n de que la querella es una manifestaci¨®n m¨¢s de una supuesta animadversi¨®n pol¨ªtica espa?ola hacia Israel. Conf¨ªo en que despu¨¦s del encuentro los juristas israel¨ªes habr¨¢n comprendido que las 13 querellas relacionadas con la jurisdicci¨®n universal en curso en la Audiencia demuestran que se trata de una cuesti¨®n de car¨¢cter general.
El Primer Encuentro Jur¨ªdico de Casa Sefarad es tambi¨¦n rico entre los abogados espa?oles. De un lado, los que sostienen que Israel no podr¨ªa ser objeto de querella si hubiera aceptado el Tribunal Penal Internacional (TPI), de cuya imparcialidad Israel alega no fiarse. De otro, los que consideran que los limitad¨ªsimos medios de nuestra justicia no permiten desviar recursos a pleitos inconexos con Espa?a sobre los que no podr¨¢ ejecutarse una eventual sentencia. Este argumento, unido al de las complicaciones diplom¨¢ticas que estas querellas generan para Espa?a (especialmente con China), influy¨® en el reciente acuerdo entre los dos principales grupos parlamentarios para limitar la competencia de nuestros tribunales s¨®lo para aquellos casos que presenten v¨ªnculos con Espa?a. Cabe notar que, cuando entre en vigor, la reforma no tendr¨¢ efecto retroactivo sobre las querellas en curso.
La legitimidad de que Espa?a investigue cualquier posible crimen sobre sus nacionales es clara, incluso si las posibilidades de ejecutar la sentencia en un territorio extranjero son escasas. Menos claro es que, dado que los dem¨¢s pa¨ªses ya condicionan su competencia a los casos que presentan una conexi¨®n nacional, Espa?a deba seguir operando como la sede judicial para enjuiciar todos los genocidios, cr¨ªmenes de guerra y de lesa humanidad que se perpetran en el mundo.
El car¨¢cter subsidiario de nuestra jurisdicci¨®n es otro punto de fricci¨®n. Desde Israel se arguye que su investigaci¨®n sobre el mismo caso deber¨ªa llevar a desestimar su enjuiciamiento en Espa?a. Los partidarios de que la querella prospere citan la falta de resultados varios a?os despu¨¦s de los hechos y cuestionan la capacidad del sistema israel¨ª de depurar responsabilidades por falta de independencia. Ahora bien, este argumento conlleva aceptar que un tribunal extranjero enjuicie a espa?oles que est¨¦n siendo juzgados en Espa?a o incluso despu¨¦s de haber sido absueltos. En todo caso, el espacio potencial de impunidad se ha reducido enormemente desde julio de 2002, cuando entr¨® en vigor la jurisdicci¨®n del TPI. Los 108 pa¨ªses que ya han ratificado pueden denunciar a cualquier individuo por esos cr¨ªmenes, como tambi¨¦n el Consejo de Seguridad y el fiscal del TPI.
El encuentro de Casa Sefarad permite abordar las diferencias de enfoques, pero tambi¨¦n subrayar lo que nos une, incluida la cuantiosa y fruct¨ªfera contribuci¨®n a la identidad colectiva espa?ola realizada por los centenares de miles de jud¨ªos que habitaron la Pen¨ªnsula durante largos siglos. Los estereotipos, adem¨¢s de falsos, nunca ayudan. Ni Israel es un pa¨ªs dominado por un Ej¨¦rcito fascista que da cobertura a fan¨¢ticos religiosos que roban tierras a los palestinos, ni Espa?a es el pa¨ªs m¨¢s antisemita de Europa, pese a que as¨ª lo indiquen algunas encuestas internacionales.
La invasi¨®n de Irak confirm¨® que la imposici¨®n no es el camino para promover la democracia. Si el di¨¢logo firme pero constructivo es la mejor f¨®rmula para promover el progreso en Cuba o en Ir¨¢n, ?por qu¨¦ no habr¨ªa de serlo tambi¨¦n con Israel, pa¨ªs con el que, adem¨¢s, compartimos valores esenciales como la democracia, de la que disfruta desde 1948, la separaci¨®n de poderes, la igualdad de g¨¦nero, la libertad de culto o la libertad sexual?
Diego de Ojeda es director general de Casa Sefarad-Israel.
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