La super-biblioteca ya tiene rivales
Google y otros nuevos proyectos amenazan el dominio de la Miguel de Cervantes
La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes sirvi¨® con ¨¦xito 323.864 p¨¢ginas en julio de 1999. Fue su tarjeta de presentaci¨®n, su primer mes de funcionamiento, el inicio de una carrera global por el dominio de la difusi¨®n de la literatura hispanoamericana en la Red en la que la biblioteca ha impuesto su ley. Su cat¨¢logo ofrece hoy a cualquiera con acceso a Internet las joyas de las letras espa?olas: 60.000 libros completos, m¨¢s de lo que se puede leer en una vida, y gratis. La biblioteca vinculada a la Universidad de Alicante sufre, sin embargo, el primer bache estad¨ªstico desde su creaci¨®n. En febrero le solicitaron 1,8 millones de p¨¢ginas menos que en el mismo mes de 2008. En marzo se dej¨® 1,4 millones. En abril, 1,9. En mayo sirvi¨® casi 4,2 millones de p¨¢ginas menos que un a?o atr¨¢s.
?Qu¨¦ le ocurre a la Miguel de Cervantes? Nada grave, responden en la biblioteca y en la fundaci¨®n que la gestiona. El tr¨¢fico sigue siendo muy alto (a pesar de la bajada, el mes pasado su clientela se descarg¨® 12.754.409 p¨¢ginas) y ni siquiera Google, afirman, con su monumental proyecto Google Books, que ha escaneado m¨¢s de siete millones de libros en cinco a?os, amenaza su posici¨®n de referencia en castellano.
Pero algo est¨¢ cambiando. "No hay duda de que la aparici¨®n de nuevas plataformas digitales ofrece m¨¢s posibilidades a los lectores. Hay muchas instituciones que est¨¢n empezando a lanzar sus propias bibliotecas, no solamente Google, sino fundaciones y sobre todo universidades... La propia Biblioteca Nacional de Espa?a ha creado la Biblioteca Digital Hisp¨¢nica", explica Rafael Gonz¨¢lez, de la Fundaci¨®n Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
"No s¨¦ cu¨¢nto nos ha podido afectar lo de Google, porque estamos centrados en el espa?ol, un ¨¢mbito en el que seguimos siendo los m¨¢s importantes en p¨¢ginas servidas y en oferta de contenido. Y aunque evidentemente queremos llegar al mayor n¨²mero de usuarios, sobre todo queremos ofrecer la mayor calidad", a?ade.
La biblioteca lanzar¨¢ antes de final de a?o su primera serie de obras para libro electr¨®nico. "Nuestros criterios son muy exigentes, sin una errata, con herramientas filol¨®gicas muy avanzadas, una calidad que ni Google ni otros gigantes ofrecen", afirma Enrique Rubio, catedr¨¢tico de Literatura y director de la biblioteca.
Con su salto al e-book la Miguel Cervantes se adentrar¨¢ en lo que (otra vez) se anuncia como el futuro de la literatura y el fin del reinado del papel. Con toda la aprensi¨®n que ello provoca, a la vista de la capacidad mort¨ªfera que la revoluci¨®n digital demostr¨® en el caso de la industria discogr¨¢fica y la que todav¨ªa est¨¢ por descartar en la del cine. El cambio tecnol¨®gico, sin embargo, es al mismo tiempo necesario para que la biblioteca virtual desarrolle su potencial; nadie, o pr¨¢cticamente nadie, es capaz de leerse los Episodios Nacionales de Gald¨®s hoy en la pantalla de un ordenador. Hace unos d¨ªas, cuenta Rubio, estuvo leyendo por Internet La estafeta rom¨¢ntica, el episodio en el que Gald¨®s narra el entierro de Larra, para escribir un art¨ªculo sobre el autor rom¨¢ntico. Estuvo una hora y media frente al ordenador. "Para leer de verdad, cuatro o cinco horas, prefiero el papel", dice, "pero para navegar un rato, con la web es como si tuviera la biblioteca encima de las piernas, sin tener que levantarme a coger un libro". Ahora, gran parte de los usuarios son especialistas y alumnos que la utilizan como fuente de consulta y de investigaci¨®n. Ma?ana, si el salto digital funciona, podr¨ªan no serlo.
La Miguel de Cervantes escanea 16.500 p¨¢ginas al mes, pero cuida los derechos de autor. Solo digitaliza libros de autores que murieron hace m¨¢s de 70 a?os (de forma que sus obras han pasado a ser de dominio p¨²blico); o de aquellos cedidos expresamente por el escritor, por sus herederos o por quien ostente sus derechos. Es el caso de los poemas que Mario Benedetti recit¨® en Alicante y del Canto General de Pablo Neruda.
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