El derecho de asilo en tiempos dif¨ªciles
Hablar de tiempos dif¨ªciles en relaci¨®n con los refugiados no deja de ser un pleonasmo. Nunca ha habido buenos tiempos para quienes necesitan el derecho de asilo, pero las estad¨ªsticas del ACNUR certifican que nunca como ahora ha habido tal necesidad de asilo. La raz¨®n es que se han incrementado y diversificado las situaciones que obligan a millones de personas en todo el mundo a huir de su pa¨ªs para encontrar un refugio. A las persecuciones por razones pol¨ªticas o la pertenencia a minor¨ªas amenazadas, a las guerras o conflictos civiles que se multiplican, se han sumado otras vinculadas a la opci¨®n sexual, a la condici¨®n de g¨¦nero o a los desastres medioambientales. Y el asilo, un derecho fundamental y universal, es un derecho cada vez m¨¢s amenazado.
Ante el blindaje de las fronteras de la UE, los refugiados son forzados a mezclarse con inmigrantes irregulares
Ante todo, conviene recordar que el asilo no es un acto de generosidad, de caridad, sino un derecho fundamental universal, lo que supone la existencia de obligaciones jur¨ªdicas exigibles ante los Estados que lo reconocen por haber ratificado la Convenci¨®n de Ginebra de 1951 y el Protocolo de Nueva York de 1967. Obligaciones de protecci¨®n de los refugiados, no s¨®lo en el propio territorio, sino fuera de ¨¦l. Incluso se podr¨ªa decir que ser¨ªa el derecho m¨¢s b¨¢sico, en el sentido de que es el propio de quienes son, sin m¨¢s, seres humanos, sin atributos.
Pero el asilo es un derecho en crisis, amenazado hoy m¨¢s que nunca. El hecho es que, pese a que no cesan de incrementarse los refugiados y desplazados, cada vez llegan menos demandas de asilo a nuestras fronteras.
En Espa?a, en 2008 se registraron tan s¨®lo 4.516 solicitudes de asilo -la cifra m¨¢s baja en 20 a?os- y menos de la mitad de ellas se admitieron a tr¨¢mite. De ¨¦stas, s¨®lo se concedieron 151 estatutos de asilo strictu sensu, el 2,91% del total (a las que habr¨ªa que a?adir 126 concesiones de protecci¨®n complementaria). Esas cifras -en Francia hablamos de 22.000 solicitudes y 11.000 concesiones en el mismo periodo- son indignas para un pa¨ªs que, pese a la crisis, es la octava potencia del mundo.
Frente al t¨®pico de que vivir¨ªamos amenazados por avalanchas de demandantes de asilo, los hechos muestran que sucede lo contrario en el mundo pr¨®spero del que forma parte Espa?a, la Uni¨®n Europea. Nosotros, europeos, espa?oles, que vivimos en las sociedades m¨¢s seguras que jam¨¢s hayan existido, no somos los destinatarios prioritarios de esos movimientos de demanda de asilo. Entonces, la pregunta es: ?por qu¨¦ ese proyecto sostenido de restringir el asilo?
Que haya cada vez m¨¢s necesidad de asilo y, sin embargo, bajen las solicitudes (por no hablar de las concesiones), tiene una explicaci¨®n, como se analiza en el Informe CEAR 2009 que se hace p¨²blico en estos d¨ªas. El factor fundamental son las pol¨ªticas de control y externalizaci¨®n de fronteras en materia de inmigraci¨®n y asilo, emprendidas por la UE y por Espa?a (uno de cuyos principales instrumentos es la firma de convenios bilaterales con pa¨ªses de tr¨¢nsito) y reafirmadas en el pacto europeo de asilo e inmigraci¨®n acordado en octubre de 2008. Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil que quienes huyen de persecuci¨®n y buscan refugio puedan llegar hasta nosotros y, lo que es peor, obtengan el reconocimiento del asilo. Esa externalizaci¨®n de las fronteras crea espacios de contenci¨®n -bajo el cuidado de pa¨ªses que muchas veces no superan el est¨¢ndar m¨ªnimo de respeto de derechos humanos- cada vez m¨¢s dif¨ªciles de superar.
Eso obliga a los refugiados a unirse en su huida a los inmigrantes irregulares, con los que se confunden. Y una de las consecuencias es que son tratados como ellos y ni siquiera se les da la posibilidad de demandar asilo.
Ahora estamos en medio de la discusi¨®n parlamentaria de la reforma de ley del asilo y en el marco de una transformaci¨®n hacia un sistema europeo com¨²n de asilo (SECA). En CEAR confiamos a¨²n en que se obtenga en Espa?a un acuerdo parlamentario que ampl¨ªe esta noci¨®n para adecuarla a las nuevas amenazas. Que mantenga todas las v¨ªas de acceso, por ejemplo, la diplom¨¢tica. Que no restrinja la solicitud por la v¨ªa de la cl¨¢usula de pa¨ªses seguros. Que exija a los pa¨ªses que gestionan el tr¨¢nsito el respeto al est¨¢ndar m¨ªnimo de derechos humanos.
Creemos adem¨¢s que ese pacto permitir¨ªa a Espa?a aprovechar su pr¨®xima presidencia de la UE para apuntar hacia una pol¨ªtica europea de asilo m¨¢s abierta, para mostrar una imagen de la UE diferente, comprometida con la legalidad internacional, que contribuya a la presencia fuerte de la UE como agente en las relaciones internacionales.
No pedimos hacer frente en solitario a la miseria del mundo. S¨®lo estar a la altura de los deberes que impone nuestra condici¨®n de privilegio en un mundo global. S¨®lo ser coherentes con nuestro respeto por el Derecho y del Estado de derecho, esa huella gen¨¦tica que reivindicamos como creaci¨®n europea y que es la opci¨®n por la que debemos decidirnos en estos tiempos de crisis.
La misi¨®n del Derecho, lo que hace o puede hacer de la tarea del Derecho y los juristas algo noble, es esa prioridad de defensa del m¨¢s d¨¦bil en aras de la igual libertad. Para revertir el pesimista -y l¨²cido- argumento de Mario Benedetti que parece pensado para los refugiados: "El mundo es esto / en su mejor momento, una nostalgia / en su peor, un desamparo".
Javier de Lucas es presidente de la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR).
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