El Ferrero de los buenos tiempos
El valenciano derrota a Gonz¨¢lez, n¨²mero diez, y llega a octavos
Bajo las chispas de agua, las nubes negr¨ªsimas y el viento de hielo, Juan Carlos Ferrero. El Mosquito pica mientras le llueven bombas. Enfrente est¨¢ Fernando Mano de Piedra Gonz¨¢lez, el n¨²mero diez del mundo. Y Ferrero, luchando. Y Ferrero, chupado de piel y huesos, r¨¢pido en la zancada, con la mala uva y los golpes de los buenos tiempos. Gonz¨¢lez gana la primera y la cuarta manga entre chistes y juegos con la grada. Queda todo para el drama del quinto, la tumba del resto de espa?oles en la tercera ronda (Tommy Robredo, y ayer David Ferrer, que perdi¨® ante Stepanek: 5-7, 5-7, 6-3, 6-4, 4-6). No Ferrero. No el Mosquito. No el ex n¨²mero uno del mundo, dispuesto a ignorar todas las excusas del mundo. ?Cu¨¢ntas pistas de hierba hay en Espa?a? "Cero", contesta Javier Piles, t¨¦cnico de Ferrer, y en seguida se acumulan los ejemplos de pistas de hierba construidas, a entre 30.000 y 40.000 euros cada una, y luego fracasadas. Una en Barcelona. Otra en Madrid. La ¨²ltima, en Valencia, en la Academia de Ferrero, vencedor en un partido para fuertes. "Hicimos la pista en el campo de f¨²tbol", cuenta Antonio Mart¨ªnez, su t¨¦cnico, que luego cerr¨® el prado. Los espa?oles se preparan sobre tierra, cemento y hierba sint¨¦tica, la misma sobre la que se juega al paddle. Ferrero y Fernando Verdasco, los supervivientes en octavos, lo compensan con otras cosas.
"?Por qu¨¦ lleg¨® Juan Carlos a la final de la Davis de Australia 2003 y desde el primer entrenamiento jug¨® bien sobre hierba?", contesta Mart¨ªnez a la gallega cuando le preguntan por la buena racha sobre hierba de su pupilo, octavofinalista en Wimbledon y semifinalista en el Queen's. "Por lo mismo por lo que lleg¨® al n¨²mero uno: porque tiene unas condiciones naturales, un talento especial. ?sta es la clave", contin¨²a. "Los mejores adaptan su timing a la hierba enseguida. La mano, los ojos, los adaptan r¨¢pido, por talento. La dificultad principal es adaptar la mentalidad, que es muy distinta a la de los espa?oles especializados en tierra. Hay que admitir el fallo".
Hay otras razones para su triunfo, conquistado contra las garras de la noche, que amenazaba con trasladar el partido a la central, tan desesperada est¨¢ la organizaci¨®n por estrenar su nuevo techo. Est¨¢, por ejemplo, la maldici¨®n de Tim Henman. "?l cre¨ªa", dice Feliciano L¨®pez refiri¨¦ndose al brit¨¢nico que lleg¨® tres veces a las semifinales de Wimbledon, "que dejaban los botes de las pelotas abiertos, con lo que perd¨ªan presi¨®n y todo es m¨¢s lento". La coincidencia es total en la caseta: "La bola est¨¢ muy pesada, cuesta m¨¢s moverla". "Y eso favorece a los tenistas de tierra", a?ade Piles: "Se queda hinchada, con el pelo hacia fuera. El problema es que el suelo est¨¢ blando y la bola bota poco. No da tiempo a reaccionar. No hay quien clave las zarpas para defenderse, los apoyos son blandos: dificulta contraatacar". As¨ª, sin embargo, clavando las zarpas, est¨¢ Ferrero en octavos.
Ferrero, el n¨²mero 70, venci¨® a Gonz¨¢lez, el diez, entre otras cosas porque su orgullo competitivo no entiende que en Espa?a, al contrario que en Argentina, Inglaterra, Brasil o Alemania, no haya pistas de hierba. Hay otra cosa. "Juan Carlos est¨¢ muy fino", dijo ayer Ferrer, que se march¨® de Wimbledon con Carla Su¨¢rez (6-0 y 6-4 ante Venus Williams) y Anabel Medina (doble 6-2 contra Wozniacki). "El problema han sido las lesiones que ha tenido, que ha estado parado un a?o... acabar¨¢ volviendo a estar con los buenos, entre los 15 primeros".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.