Conrado y los esp¨ªas en la isla de los Castro
Un an¨®nimo provoc¨® los seguimientos de la seguridad cubana al representante de los intereses vascos en La Habana, en paradero desconocido desde su arresto en febrero
La trama que acab¨® con la carrera pol¨ªtica del ex vicepresidente cubano Carlos Lage, de 57 a?os, el ex canciller Felipe P¨¦rez Roque, de 44, y otras figuras que eran vistas como el relevo natural de la revoluci¨®n, pasa aparentemente por un nombre y un apellido: Conrado Hern¨¢ndez. Este ingeniero industrial, nacido en Matanzas, de unos 60 a?os, amigo de juventud de Lage y con excelentes contactos en el mundo diplom¨¢tico y empresarial espa?ol, ten¨ªa las puertas abiertas de importantes despachos oficiales cubanos. "En jerga criolla, Conrado era un bicho, un tipo que se las sab¨ªa todas y culebreaba bien en las alturas", dice un hombre de negocios que tuvo considerable relaci¨®n con ¨¦l.
En los diez a?os en que Hern¨¢ndez represent¨® los intereses vascos, Cuba multiplic¨® las compras de productos a Euskadi
Los destituidos han sido acusados de deslealtad, indiscreciones y ambici¨®n, no de corrupci¨®n ni de conspiraci¨®n
Miembro del Partido Comunista de Cuba (PCC), fue segundo de Lage cuando ¨¦ste ocup¨® el cargo de presidente de la Federaci¨®n de Estudiantes Universitarios, en los a?os setenta. Tras graduarse de ingeniero pas¨® por varios trabajos, desde el Combinado del Vidrio al hotel Habana Libre, siempre como dirigente.
Su labor como jefe de inversiones en el Habana Libre coincidi¨® con la gesti¨®n del grupo hotelero espa?ol Guitart, a principios de los noventa, ¨¦poca en la que empez¨® a introducirse en el mundo de los empresarios extranjeros. "Ya por entonces viv¨ªa bien y viajaba a Espa?a con cierta regularidad", afirma uno de sus compa?eros.
En 1998, cuando el Gobierno vasco abri¨® en La Habana la oficina de la Sociedad de Promoci¨®n y Reconversi¨®n Industrial (SPRI), con el prop¨®sito de coordinar la actividad de las empresas vascas y promover el comercio con Cuba, ¨¦l fue el ¨²nico candidato al puesto. Su vieja amistad con Carlos Lage era ampliamente conocida y Conrado la hac¨ªa valer, as¨ª que lleg¨® al cargo con todas las bendiciones oficiales y sin las "verificaciones" que las autoridades cubanas suelen hacer. Lage ya era en aquel momento n¨²mero tres del Gobierno y estaba al frente del ¨¢rea econ¨®mica.
En los diez a?os que Hern¨¢ndez represent¨® los intereses de SPRI, bajo cuyo paraguas hab¨ªa unas 40 empresas acreditadas en Cuba, las ventas de productos vascos a la isla se multiplicaron: de 88,82 millones de euros en 1998 se pas¨® a 184,5 millones el a?o pasado. Otro dato es que el 24% de lo que Espa?a vende a Cuba procede del Pa¨ªs Vasco, un porcentaje mucho m¨¢s alto de lo que las ventas vascas representan en el conjunto de las exportaciones espa?olas.
"No es que esto sea atribuible directamente a Conrado, pero s¨ª es cierto que bajo su gesti¨®n las relaciones comerciales con el Pa¨ªs Vasco florecieron", afirma un empresario con oficina abierta en La Habana desde hace a?os.
Como todos los cubanos que trabajan para firmas extranjeras, Conrado Hern¨¢ndez estaba contratado a trav¨¦s de una firma empleadora del Estado que cobraba en d¨®lares al Gobierno vasco por sus servicios, aunque ¨¦l percib¨ªa el sueldo en pesos cubanos (no m¨¢s de 25 euros mensuales, al cambio). Las gratificaciones tapadas de sus jefes extranjeros, adem¨¢s de las posibles comisiones por las ventas -pecado en Cuba- eran la fuente principal de sus ingresos y tambi¨¦n de sus vulnerabilidad. Uno de los buenos negocios que apadrin¨® Conrado fue la compra por Cuba, en 2005, de miles de generadores el¨¦ctricos a Guascor, una peque?a empresa vasca que de un d¨ªa para otro se instal¨® en el coraz¨®n de los planes prioritarios de la revoluci¨®n. El pa¨ªs viv¨ªa entonces una situaci¨®n de emergencia, con ciclos de prolongados apagones debido al mal estado de la red el¨¦ctrica.
El negocio con Guascor, de unos 100 millones de d¨®lares, fue una opci¨®n estrat¨¦gica de Fidel Castro para cambiar el sistema de generaci¨®n de energ¨ªa, hasta ese momento dependiente de viejas termoel¨¦ctricas que se averiaban con frecuencia. Casualmente, al inaugurar uno de los grupos electr¨®genos suministrados por la empresa vasca, el 26 de julio de 2006 en la ciudad de Holguin, Castro cay¨® enfermo y tuvo que ser operado de urgencia. (Desde entonces no ha vuelto a aparecer en p¨²blico). M¨¢s o menos por aquella ¨¦poca, los servicios cubanos de seguridad empezaron a seguir a Conrado.
En un v¨ªdeo que desde hace meses es exhibido en la isla a los militantes comunistas -y que hoy ya puede considerarse casi p¨²blico- el presidente cubano, Ra¨²l Castro, asegura que la investigaci¨®n a Hern¨¢ndez descubri¨® que ¨¦ste ten¨ªa relaci¨®n de amistad, y contactos estrechos y frecuentes, con Lage y P¨¦rez Roque, as¨ª como con el ex responsable de Relaciones Internacionales del PCC, Fernando Rem¨ªrez de Estenoz, de 57 a?os, y Otto Rivero, vicepresidente del Consejo de Ministros, de 41, a cargo de los programas de la llamada Batalla de Ideas. Todos ellos fueron relevados el 2 de marzo.
Seg¨²n Ra¨²l Castro, Conrado se convirti¨® en objetivo prioritario de la seguridad del Estado por sus v¨ªnculos con agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de Espa?a, que supuestamente lo habr¨ªan captado como informante por sus buenas relaciones con miembros de la nomenclatura. En la filmaci¨®n, proyectada a la militancia a modo de explicaci¨®n de los ceses de Lage y P¨¦rez Roque, aparece Conrado en pantalla, ya arrestado, confesando trabajar para los servicios secretos espa?oles.
Las autoridades cubanas utilizan como "prueba" la grabaci¨®n de un encuentro en 2007 entre Hern¨¢ndez y agentes del CNI en el restaurante El Templete de La Habana, donde los comensales supuestamente acuerdan en qu¨¦ consistir¨ªa la colaboraci¨®n del primero. Tambi¨¦n aparece la esposa de Conrado, una teniente coronel del Ministerio del Interior cubano que trabajaba en el hospital Cimeq, donde es atendido Fidel Castro y los principales dirigentes del pa¨ªs, quien admite que su marido le ped¨ªa informaci¨®n sobre la salud del comandante. Llega a decir que Hern¨¢ndez pas¨® de "ser un revolucionario" a trabajar "como esp¨ªa".
Los miembros del espionaje espa?ol en La Habana siempre han negado tal versi¨®n. Tambi¨¦n fuentes diplom¨¢ticas. En esos medios la tesis es que si Conrado trabajaba para alg¨²n servicio de inteligencia era para el cubano, por lo que todo responder¨ªa a un plan interno para acabar con Lage y P¨¦rez Roque -antes considerados hombres de Fidel Castro-, en momentos de reestructuraci¨®n del poder. Lo cierto es que tras destaparse el esc¨¢ndalo, el Gobierno espa?ol retir¨® de forma definitiva a los tres agentes del CNI que estaban destacados en La Habana. Su relevo sigue pendiente.
"Posibilidades hay de cualquier cosa", asegura un veterano observador de la realidad cubana. "Si Conrado cobraba comisiones, y es lo m¨¢s seguro, parece posible que fuera f¨¢cil de presionar, desde Espa?a, desde Cuba o desde los dos lados", comenta.
"La verdadera raz¨®n de por qu¨¦ el tel¨¦fono de Hern¨¢ndez estaba intervenido es dif¨ªcil de saber", dice. Lo cierto es que lo estaba y que se grabaron numerosas conversaciones telef¨®nicas. En algunas, Conrado y sus amigos planifican fiestas en la finca que el representante de los intereses econ¨®micos vascos ten¨ªa en Matanzas, donde el grupo se reun¨ªa el grupo a jugar al domin¨® y a relajarse. Al parecer, all¨ª era habitual el choteo sobre la edad y capacidad de los dirigentes hist¨®ricos, en especial del actual vicepresidente primero, Jos¨¦ Ram¨®n Machado Ventura, que era calificado de "f¨®sil" y "dinosaurio". En el v¨ªdeo tambi¨¦n salen conversaciones de Conrado con Rem¨ªrez y Otto Rivero en el que el primero les solicita informaci¨®n sobre las pasadas elecciones en el Pa¨ªs Vasco. Hern¨¢ndez entraba y sal¨ªa de sus despachos con total naturalidad.
Otras dos personas son clave en la trama que condujo a la destituci¨®n de Lage y P¨¦rez Roque. La primera es el doctor Orlando Castellanos Lage, primo del ex vicepresidente cubano. ?ste trabajaba en el Instituto de Cardiolog¨ªa y Cirug¨ªa Cardiovascular, y empez¨® a ser investigado a ra¨ªz de un an¨®nimo recibido por Ra¨²l Castro. En el papel que lo denunciaba se expon¨ªa que Castellanos Lage hac¨ªa "comentarios contrarrevolucionarios" y contra la dirigencia hist¨®rica del pa¨ªs (a Machado Ventura llegaba a desearle la muerte).
En realidad, este an¨®nimo es el que supuestamente provoca el primer seguimiento que conduce a Conrado, que fue detenido el pasado 14 de febrero en el aeropuerto de La Habana cuando se dispon¨ªa a viajar a Bilbao.
Otro hecho fortuito convierte al secretario de Fidel Castro, Carlos Valenciaga, de 34 a?os, en sospechoso para el r¨¦gimen. Es la fiesta que organiza por su cumplea?os, en septiembre de 2006, en una sala del Palacio de la Revoluci¨®n, cuando el l¨ªder cubano se encontraba entre la vida y la muerte en el mismo edificio. Ra¨²l Castro califica de "indecente" aquel festejo y a partir de entonces se comienza a desconfiar de Valenciaga. El 23 de febrero de 2008, los servicios secretos graban una llamada que le hace Lage. El ex dirigente se lamenta de no ser ¨¦l, sino Machado Ventura, el elegido por Ra¨²l Castro como primer vicepresidente. Valenciaga fue destituido en 2008.
En esencia, los destituidos fueron acusados de deslealtad, abuso de poder, de cometer indiscreciones graves -Lage revel¨® a Conrado la elecci¨®n de Machado Ventura antes de que fuese oficial- y de albergar ambiciones pol¨ªticas. Nada de corrupci¨®n ni conspiraci¨®n, por ello ninguno fue detenido ni expulsado del Partido Comunista. P¨¦rez Roque y Rivero trabajan en la actualidad como ingenieros electr¨®nicos en dos f¨¢bricas de La Habana. Valenciaga est¨¢ en los archivos de la Biblioteca Nacional, y Lage, al parecer, sigue a¨²n en su casa, con el estatus conocido en Cuba como plan pijama, sin nada que hacer.
La verdadera filiaci¨®n de Conrado sigue siendo un misterio. Pero, aunque sean ciertas las acusaciones de espionaje, ?fue ¨¦sa la raz¨®n fundamental de la destituci¨®n de Lage y P¨¦rez Roque? La respuesta, que se desprende de las propias palabras de Ra¨²l en el v¨ªdeo, parece ser que no. El presidente cubano, al hablar ante los miembros del Bur¨® Pol¨ªtico durante la sesi¨®n en la que se decidieron los ceses, el 2 de marzo, critic¨® a lo que llam¨® los "dirigentes probeta", los j¨®venes que pasan directamente de las organizaciones pol¨ªticas estudiantiles y juveniles a altos puestos de poder. No era la primera vez que Ra¨²l Castro hablaba de ello y de la necesidad de acabar con las estructuras paralelas de Gobierno y con el amiguismo como fuente de poder. Lage, P¨¦rez Roque, Rivero y Valenciaga fueron presidentes de la Federaci¨®n de Estudiantes Universitarios y todos ocuparon puestos destacados en la UJC, la Uni¨®n de J¨®venes Comunistas (Lage y Rivero fueron secretarios generales de la organizaci¨®n). Los cuatro eran muy j¨®venes cuando ya estaban a las ¨®rdenes directas de Fidel Castro, y P¨¦rez Roque y Valenciaga ejercieron durante a?os como secretarios personales de El Comandante. Lage era vicepresidente del Consejo de Estado desde hace 23 a?os
En el pasado, otros dos dirigentes que hicieron carreras pol¨ªticas mete¨®ricas acabaron destituidos deshonrosamente. Los dos fueron secretarios de la UJC: Luis Orlando Dom¨ªnguez, sentenciado a prisi¨®n por corrupci¨®n en los ochenta; y Roberto Robaina, canciller entre 1993 y 1999, hasta que perdi¨® la confianza de su mentor. Tambi¨¦n hay que recordar el descalabro del poderoso Carlos Aldana a principios de los a?os noventa.
En esta ocasi¨®n, el s¨ªmbolo del relevo cae cuando la generaci¨®n hist¨®rica est¨¢ a punto de desaparecer. Fidel Castro, enfermo desde 2006, cumplir¨¢ en agosto 83 a?os. Ra¨²l Castro y su vicepresidente primero, Jos¨¦ Ram¨®n Machado Ventura, tienen 78. El futuro de la revoluci¨®n, seg¨²n lo ve Ra¨²l, no pasa por las personas, sino por las instituciones... Y manda ¨¦l, que durante medio siglo ha sido segundo secretario del Partido Comunista y jefe del Ej¨¦rcito.
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