Falsedades, inventos y refritos en la aldea global
DEFENSORA DEL LECTOR. La publicaci¨®n de una noticia sobre la autopsia de Michael Jackson que result¨® ser falsa muestra la tensi¨®n que se produce entre rapidez y fiabilidad en el periodismo digital
?Qu¨¦ hace que un diario como EL PA?S pueda ser citado con seguridad por el resto de la prensa cuando publica una noticia en exclusiva? Su credibilidad. La presunci¨®n de veracidad, es decir, el convencimiento de que se nutre de fuentes solventes y de que las noticias que publica son rigurosamente contrastadas. Aunque intangible, ¨¦se es el principal capital de un diario, y se gana con el esfuerzo continuado de todos sus profesionales. ?Puede perder un peri¨®dico credibilidad si ¨¦l mismo ofrece como fuente de sus informaciones a medios que no tienen esa misma credibilidad? ?Es suficiente en estos casos con citar la fuente?
Quiero traer hoy a reflexi¨®n con los lectores tres noticias que en mi opini¨®n ilustran la naturaleza de los desaf¨ªos que el periodismo de calidad debe afrontar en estos tiempos de transici¨®n al periodismo digital, en los que la prisa y la proliferaci¨®n de fuentes pueden convertirse en un factor de inseguridad informativa.
Si la entrevista a Pen¨¦lope era inventada, ?por qu¨¦ se publicaba?
Desde el mismo momento de la muerte del cantante Michael Jackson, el resultado de la autopsia se hab¨ªa convertido en la noticia m¨¢s codiciada. La ma?ana del lunes 29 la edici¨®n digital de EL PA?S public¨® en su portada el resultado de la autopsia: el cantante pesaba 51 kilos, ten¨ªa el est¨®mago lleno de pastillas, estaba calvo y presentaba cicatrices de al menos 13 operaciones de cirug¨ªa est¨¦tica. El subt¨ªtulo aclaraba que eso era "seg¨²n el diario sensacionalista The Sun". Al final de la tarde tuvo que rectificar: "El informe de la autopsia es falso", dec¨ªa el titular, a pesar de lo cual, continuaba reproduciendo su contenido.
?Debe verificarse la informaci¨®n de una fuente poco fiable antes de publicarse o es suficiente con citar la procedencia? La decisi¨®n fue tomada por la directora de la edici¨®n digital, Lydia Aguirre, y el redactor jefe de Cultura, Borja Hermoso, quien explica las razones: "La prensa sensacionalista tambi¨¦n puede dar exclusivas, y aunque no tiene la credibilidad de la prensa rigurosa, no podemos ignorar lo que publica. La noticia de The Sun sobre la autopsia se propag¨® r¨¢pidamente por la red y EL PA?S no pod¨ªa dejar de darla. ?ramos conscientes de que a las dos horas pod¨ªa ser desmentida, pero tambi¨¦n pod¨ªa ser verdad. En un medio on line, la informaci¨®n se va dando y modificando constantemente. Lo importante en este caso es darle al lector elementos para que pueda valorar la fiabilidad de la fuente. En este caso lo hicimos advirtiendo de que se trata de un diario sensacionalista. De este modo el lector tuvo acceso a una informaci¨®n que podr¨ªa haber sido verdad, y que cuando se comprob¨® que era falsa, se le dijo inmediatamente".
El problema es que el lector no est¨¢ constantemente on line, y espera que lo que lee sea fiable en todo momento. Como lo espera de la edici¨®n impresa, en la que el tratamiento de la falsa autopsia fue muy distinto. Sobre ella se public¨® el martes 30 una cr¨®nica titulada "Locura medi¨¢tica en tiempo real", muy cr¨ªtica con el baile de exclusivas y noticias falsas en la que el propio diario hab¨ªa participado el d¨ªa anterior, lo que ha llevado a algunos lectores a preguntar a la Defensora si es que hay dos varas de medir.
Algunos, como Bel¨¦n Mart¨ªnez, Luis L¨®pez Varona o Elena Soriano, han expresado su desagrado por la forma en que se han mezclado rumores y noticias. I?aki Garc¨ªa-Blanco escribe desde Cardiff, Gran Breta?a, para criticar que se recurriera a The Sun como fuente de autoridad: "En dos ocasiones se refieren al citado diario como sensacionalista, un calificativo que un medio de referencia como EL PA?S jam¨¢s utilizar¨ªa para s¨ª. Pero son las pr¨¢cticas period¨ªsticas las que definen el sensacionalismo, no las cabeceras. Y en este caso, EL PA?S ha ca¨ªdo en el mismo vicio que critica".
La edici¨®n impresa del peri¨®dico dispone de unas horas para verificar las informaciones, pero en la versi¨®n digital, la din¨¢mica de la rapidez puede dar lugar a una mayor inseguridad, sobre todo en aquellos asuntos en los que, como era el caso, concurren una gran expectaci¨®n y ciertas dosis de morbo.Borja Hermoso se?ala que la noticia puede saltar en cualquier medio, no necesariamente solvente. As¨ª es. De hecho, fue una p¨¢gina web de cotilleo de famosos, TMZ, la que lanz¨® la noticia de la muerte del cantante. La noticia era tan impactante que todos los medios la reprodujeron y hasta la cadena global CNN interrumpi¨® la programaci¨®n y estuvo m¨¢s de tres horas informando sobre ello con una leyenda a pie de pantalla que rezaba "la CNN no ha podido confirmar esta informaci¨®n".
Lo cual plantea una cuesti¨®n crucial en esta transici¨®n hacia el periodismo digital: la dram¨¢tica disyuntiva entre rapidez y seguridad. Verificar una informaci¨®n requiere tiempo. Si no se tiene, es importante seleccionar muy bien las fuentes a las que se da credibilidad. La prensa rigurosa ha tratado de hacer valer su diferencia de calidad, su fiabilidad, frente a la prensa amarilla. Pero si ella misma la utiliza como referencia y se arriesga a dar noticias falsas, ?c¨®mo puede pedir a los lectores que valoren esa diferencia? El "todo por la audiencia" que tantos estragos ha hecho en la televisi¨®n, puede ahora da?ar la credibilidad de los diarios digitales si su ¨²nica obsesi¨®n es llegar primero a cualquier precio.
El segundo ejemplo se refiere a otra incongruencia fruto del efecto arrastre en la red. "Obsesiva, insegura y discreta" era el titular de la noticia publicada el jueves en Gente. El subt¨ªtulo dec¨ªa: "La revista brit¨¢nica Psychologies publica una entrevista a Pen¨¦lope Cruz y la actriz la desmiente de forma tajante". El texto reproduc¨ªa los detalles m¨¢s significativos de una entrevista en la que la actriz ofrec¨ªa "una muy poco habitual visi¨®n de s¨ª misma", pero terminaba con un p¨¢rrafo demoledor, entre corchetes: "Antonio Rubial, portavoz de la cantante, afirm¨® anoche que se trata de una entrevista totalmente inventada". Si as¨ª era, ?por qu¨¦ se publicaba?
La entrevista hab¨ªa saltado el d¨ªa anterior a la red y la responsable de la secci¨®n, Mabel Galaz, hab¨ªa encargado al corresponsal en Londres, Walter Oppenheimer, una cr¨®nica sobre su contenido. As¨ª lo hizo Oppenheimer. En su cr¨®nica citaba correctamente la fuente y reproduc¨ªa los aspectos m¨¢s significativos de una entrevista ciertamente interesante, de la que en ese momento nadie pod¨ªa sospechar que fuera inventada. La versi¨®n enviada se public¨® en las primeras ediciones. Pero se modific¨® para las segundas de Madrid y Barcelona. Mabel Galaz explica lo ocurrido: "Al tener noticia de la versi¨®n que circulaba por la red, el representante de Pen¨¦lope envi¨® al correo personal de dos redactores de Madrid un comunicado advirtiendo de que la entrevista era inventada. Pero los dos redactores estaban de vacaciones. Uno de ellos abri¨® el correo ya de madrugada y reenvi¨® el comunicado al equipo de guardia que, dado lo avanzado de la hora, opt¨® por a?adir a la cr¨®nica del corresponsal el desmentido recibido".
En la red circula a toda velocidad una gran cantidad de informaci¨®n muy f¨¢cilmente asequible. Esa facilidad puede convertirse en una trampa. De ello trata el tercer ejemplo para la reflexi¨®n. Dos confidenciales publicaron el d¨ªa 2 que El PA?S hab¨ªa plagiado. Uno de ellos, siempre muy cr¨ªtico con el grupo Prisa, lo hac¨ªa con este ¨¢cido titular: "Lecci¨®n de periodismo de EL PA?S: fusila un reportaje de The Guardian". A ra¨ªz de ello, algunos lectores preguntaron a la Defensora si era cierto y c¨®mo pod¨ªa explicarse. Efectivamente, las similitudes entre la cr¨®nica "El lujo se recupera", firmada por M¨®nica Andrade desde Roma, y "Recession is so last year: luxury goods firms are back in fashion", publicado por The Guardian, permiten utilizar la palabra plagio, pues aunque la cr¨®nica de Andrade es mucho m¨¢s corta y no sigue el mismo orden expositivo, los datos, los nombres e incluso los entrecomillados son los mismos, sin que se cite al diario brit¨¢nico. De nuevo las premuras y una cadena de fallos en el control han llevado a la autora y al diario a saltarse el sem¨¢foro en rojo. Andrade recibi¨® el viernes 26 a las 9.40 un correo en el que Mabel Galaz adjuntaba el art¨ªculo de The Guardian y le encargaba un texto de 45 l¨ªneas a partir de la idea del diario brit¨¢nico. La cr¨®nica lleg¨® a la redacci¨®n a las 18.17 horas del mismo viernes y la responsable de Gente la dej¨® al equipo de fin de semana para que se publicara el lunes.
M¨®nica Andrade est¨¢ desolada. "Mi gran error fue aceptar el peculiar encargo de realizar una pieza a partir de un reportaje de otro diario, realizado en Londres, y con muy escaso margen de entrega, al que yo, desde Italia, poco pod¨ªa a?adir. Como suele ser habitual, la petici¨®n se hizo con mucha premura, puesto que era viernes y hab¨ªa que mandar el texto ese mismo d¨ªa para que saliera el fin de semana. No obstante, busqu¨¦ m¨¢s informaci¨®n en las p¨¢ginas web de las empresas, que a?ad¨ª para convertir un texto econ¨®mico en una pieza adaptada a la secci¨®n de Gente. A pesar de ello, deber¨ªa haber citado la fuente. Lamento mucho lo que ha pasado; no me hab¨ªa sucedido en 20 a?os de profesi¨®n, y espero no volver a verme envuelta en un caso similar". El hecho de que la cr¨®nica se publicara indica que nadie en la redacci¨®n cheque¨® esa informaci¨®n ni la compar¨® con el art¨ªculo que hab¨ªa motivado el encargo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.