El retorno de Calvino

?Se siente usted responsable de sus actos y considera una obligaci¨®n moral aplicar la libertad individual al bien com¨²n? ?Cree que todos deber¨ªamos participar del bienestar social, en lugar de que unos cuantos se enriquezcan a costa de muchos? Entonces es usted un poco calvinista. O cuando menos, comparte los valores m¨¢s llamativos de la doctrina propugnada por Jean Cauvin (Noyon, Picard¨ªa, 1509-1564), el te¨®logo franc¨¦s de la Reforma cristiana, m¨¢s conocido como Calvino.

Tradicionalmente asociado con Holanda, a pesar de que nunca la visit¨®, la crisis econ¨®mica le ha devuelto a la vida p¨²blica nacional en el 500? aniversario del nacimiento. Una reaparici¨®n apadrinada por el primer ministro democristiano, Jan Peter Balkenende. Calvinista, como tambi¨¦n lo son su ministro de Finanzas, el socialdem¨®crata Wouter Bos, y el ministro de Familia y Juventud, Andr¨¦ Rouvoet -el triunvirato que gobierna hoy en coalici¨®n-, el mandatario ha apelado a la austeridad para recuperarse del descalabro financiero mundial.

"Esta crisis es tambi¨¦n de car¨¢cter moral y ha sido creada por la avaricia, la preocupaci¨®n por el dinero y el ego¨ªsmo", dijo Balkenende durante la ceremonia nacional dedicada a conmemorar el aniversario de Calvino. Al presentarlo como un "reformador social, y no s¨®lo religioso", el pol¨ªtico le atribuy¨® "las cualidades que me han inspirado y sostenido en tiempos dif¨ªciles: pensamiento a largo plazo, ahorrar para futuras generaciones, sobriedad y ¨¦tica profesional". Todo un dec¨¢logo, que, traducido al lenguaje de los t¨®picos, podr¨ªa aplicarse a la sociedad holandesa en su conjunto. Pero, ?qu¨¦ se entiende en realidad por calvinismo? Y sobre todo, hasta qu¨¦ punto puede llamarse calvinista un pa¨ªs donde un 40% de la poblaci¨®n se declara no religioso, frente a un 28% que se considera cat¨®lico, un 19% protestante y un 5% musulm¨¢n.

Jan de Bruijn, catedr¨¢tico de Historia Pol¨ªtica, ha intentado aclararlo desde el rotativo de inspiraci¨®n cristiana Trouw. En su opini¨®n, el calvinismo se asocia cada vez menos con una corriente religiosa. "De su otra vertiente esencial, la que sostuvo la lucha durante la Guerra de los 80 A?os contra Espa?a y condujo a la independencia del Estado holand¨¦s, el gran p¨²blico sabe poco". S¨ª hay "unos valores de ah¨ªnco, sencillez y sobriedad a los que se adjudican unas bondades que rozan a veces la caricatura", a?ade. Como ejemplo, recuerda el grito del antiguo primer ministro, Wim Kok, al definirse como "socialdem¨®crata y calvinista" cuando hablaba de contenci¨®n presupuestaria.

Sin embargo, a pesar de que Calvino asent¨® su doctrina en Ginebra, y de que los holandeses ignoran en su mayor¨ªa que su rigidez teol¨®gica le llev¨® a quemar en la hoguera al intelectual espa?ol Miguel Servet, no todo es severidad. En el a?o de Calvino tambi¨¦n hay exposiciones, concursos fotogr¨¢ficos y recuerdos cl¨¢sicos.